Opinión

Adicción al smartphone: la delgada línea que separa la necesidad de la obsesión entre los jóvenes

Un artículo curado por José Jorge Chade.

Me pareció muy importante transcribir un artículo publicado por la IBSA Foundation for Scientific Research, con sede en Castagnola, Lugano, Suiza. La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o responsabilidad social es para IBSA un conjunto de valores y acciones concretas. Significa aumentar la calidad y el bienestar diario de las Personas y de la Sociedad, devolviendo parte de su valor en forma de proyectos que beneficien a la comunidad.

Este artículo sobre el uso y adicción al smartphone es muy importante para que las familias puedan adentrarse en este mundo y puedan gestionar los límites. La Fundación Bologna Mendoza se encuentra adherida y consulta permanentemente sus documentos. La visión esbozada en estos temas es «ir más allá de la cura», siendo plenamente conscientes de la importancia de los beneficios de acompañar las vías de tratamiento donde la palabra clave sería "acompañar", con la participación en actividades culturales. La misión es promover una cultura científica autorizada y accesible mediante la difusión, la pertenencia a una red científica internacional y el apoyo a la investigación. Pasemos ahora al desarrollo del artículo:

"Los jóvenes de hoy son la primera generación que vive perpetuamente conectada a la red, en un mundo en el que se han abolido las fronteras y el tiempo fluye mucho más de prisa. Por primera vez, el uso excesivo de los medios digitales se perfila como una nueva forma de adicción, comparable a vicios tradicionales como el tabaco, las drogas y el alcohol.

Hay una delgada línea, casi imperceptible, que separa el «buen uso» del abuso, la necesidad de utilizar los teléfonos inteligentes con fines prácticos y sociales del miedo a perderse algo y el estrés de tener que estar constantemente conectado.

¿Qué ocurre, entonces, cuando se cruza esta línea y el deseo de controlar el teléfono domina cualquier otro aspecto de nuestras vidas? Se trata de una pregunta crucial, teniendo en cuenta las repercusiones psicológicas, sociales e incluso físicas que la adicción a los teléfonos inteligentes puede tener sobre todo en los jóvenes.

En Suiza, las cifras son significativas: el 60% de los niños de 10 a 11 años ya posee un smartphone, mientras que el 25% de los niños de 6 a 7 años tiene acceso a una tableta personal (estudio MIKE 2021)1 . Se trata de una tendencia creciente, ya que cada vez más padres equipan a sus hijos desde una edad temprana con dispositivos digitales, confiando a menudo a los teléfonos móviles y smartphones el papel de niñera.

Este escenario no solo llama la atención sobre el estilo de vida digital de los jóvenes, sino que también centra la atención en las posibles repercusiones que este panorama tecnológico puede tener en su bienestar.

¿Uso o abuso? Cuando llamarlo «adicción al smartphone

En el entorno hiperconectado en el que vivimos, la tecnología se ha convertido en una obsesión generalizada, accesible en todas partes y para todo el mundo. Nos hemos acostumbrado tanto a ella que ya no nos sorprende ver cómo los jóvenes prefieren una pantalla a los pasatiempos tradicionales, al deporte e incluso a las relaciones sociales «offline» que tanto echamos de menos en los viejos tiempos.

Sin embargo, tras esta aparente normalidad se esconde una realidad preocupante. Detrás de los dispositivos digitales y las aplicaciones sociales hay jóvenes frágiles, listos para entrar en pánico ante la mera idea de estar desconectados. Para ellos, la falta de un smartphone significa sentirse perdidos, inmersos en una sensación de vacío que les asusta.Los signos de adicción son evidentes: insomnio, irritabilidad, pérdida de interés por otras actividades y necesidad de mentir sobre el tiempo que se pasa delante de la pantalla. Según el Dr. Stefano Vicari, catedrático de Neuropsiquiatría Infantil de la Universidad Católica de Roma y jefe de la UOC de Neuropsiquiatría Infantil y Adolescente del Hospital Infantil Bambino Gesù de Roma, «cuando Internet se convierte en la principal prioridad y aparecen síntomas de abstinencia, está claro que existe un problema de adicción» 2.

Esta adicción no sólo afecta a la pantalla, sino que también puede manifestarse a través del juego, las compras compulsivas, la adicción a la sobrecarga de información (la búsqueda compulsiva de información en línea), la ciberadicción sexual (el uso excesivo de sitios pornográficos) y la ciberadicción a las relaciones (el hábito incontrolado de buscar relaciones en Internet).

Laura Marciano, investigadora asociada de la Harvard T.H. Chan School of Public Health de Boston, recuerda en su artículo sobre el tema 3, publicado en Ticino Scienza, que «sólo se reconocen dos trastornos, el trastorno del juego y el trastorno del juego en línea. Por otra parte, lo que se define como 'adicción a Internet' o 'adicción a las redes sociales' no es un verdadero diagnóstico, por lo que nos referimos a estos conceptos con el término uso problemático».

¿Por qué la tecnología crea adicción en los adolescentes?

Un aspecto crucial es la naturaleza de las aplicaciones y los juegos diseñados específicamente para este público joven. Estas herramientas digitales están cuidadosamente diseñadas para captar la atención y provocar un compromiso continuo, empujando a los usuarios hacia una búsqueda incesante de gratificación. En particular, estas plataformas están diseñadas para actuar sobre el sistema dopaminérgico, que regula el delicado equilibrio entre los sentimientos de gratificación y frustración.

Las características distintivas de estos contenidos -desde sus vivos colores hasta sus elementos psicoestimulantes- crean una experiencia atractiva y muy excitante para los adolescentes. Es importante subrayar que el riesgo de desarrollar adicción no se limita a individuos con predisposiciones o problemas previos, sino que todos los adolescentes son potencialmente vulnerables debido a la propia naturaleza de tales estímulos digitales.Además, es importante tener en cuenta el contexto único de la adolescencia, caracterizado por una serie de cambios físicos, emocionales y sociales. Los adolescentes se enfrentan a una fase de la vida llena de agitación y ansiedad, durante la cual se enfrentan a una amplia gama de emociones intensas. En esta fase de crecimiento y exuberancia, los adolescentes experimentan por primera vez una serie de impulsos y deseos que a menudo se manifiestan de formas difíciles de gestionar. La presencia constante de los smartphones en su vida cotidiana les ofrece una vía de escape inmediata para apaciguar estos impulsos, incluso durante las actividades escolares.

FOMO: el miedo a perderse algo

FOMO, acrónimo de «Fear of Missing Out» (miedo a perderse algo), es un fenómeno muy extendido entre los jóvenes de hoy. Esta ansiedad por quedarse fuera o perderse momentos significativos en línea lleva a muchos a mantener una presencia constante en las redes sociales y plataformas digitales. El miedo a no ser el primero en enterarse de lo que ocurre o a perderse acontecimientos importantes genera un estrés constante, lo que empuja a los jóvenes a consultar sus dispositivos sin cesar y a estar siempre conectados.

Al mismo tiempo, la sociedad actual ejerce una presión cada vez mayor sobre el concepto de disponibilidad constante. Los jóvenes se enfrentan a la expectativa de estar siempre disponibles, tanto virtual como físicamente. Esta sensación de tener que estar siempre disponible puede resultar agobiante y contribuir aún más a la proliferación del FOMO.

Mitigar los riesgos y reconocer las ventajas de la tecnología

Las grandes empresas y los profesionales del marketing tienen un profundo conocimiento de los jóvenes, a menudo mayor que el de los padres. Saben que los jóvenes responden principalmente en función de las emociones. Por lo tanto, es crucial que las emociones se aborden de forma constructiva y que se eduque a los jóvenes para que reconozcan y gestionen sus sentimientos. Esto puede hacerse mediante la educación, la cultura y un sólido apoyo tanto de las instituciones como de la familia.

Por lo tanto, para mitigar los riesgos asociados al uso excesivo de la tecnología y promover un equilibrio saludable, es esencial adoptar un enfoque que reconozca tanto los aspectos positivos como los negativos de su presencia en la vida cotidiana de los jóvenes.

Educar a los jóvenes sobre la importancia de un uso consciente y responsable de la tecnología resulta, por lo tanto, crucial. Esto puede incluir el establecimiento de límites de tiempo para el uso de la pantalla, el fomento de actividades fuera de línea como los deportes, el arte y el tiempo pasado al aire libre, y la promoción de un equilibrio entre las actividades digitales y analógicas.

Además, es crucial dotar a los jóvenes de las habilidades necesarias para navegar de forma segura y crítica en el mundo digital, enseñándoles a evaluar las fuentes de información, proteger su privacidad en línea y hacer frente a posibles ciberacosos o abusos.

Al mismo tiempo, es importante hacer hincapié en los beneficios de la tecnología, como el acceso a la educación y la información, la posibilidad de conectar con personas de diferentes culturas y orígenes, y las oportunidades de expresión creativa e innovación.

Educación digital y bienestar: iniciativas de la Fundación IBSA

En los últimos años, la Fundación IBSA ha promovido diversas iniciativas para concienciar sobre la importancia de una relación equilibrada con la tecnología. Un ejemplo es el concurso «Digital On-0ff» 2023, en colaboración con Lugano Living Lab, que utilizó un lenguaje innovador para informar a un público intergeneracional sobre las adicciones digitales. Al implicar activamente a los jóvenes mediante la creación de vídeos animados, promovió la concienciación y la educación digital de forma atractiva. En 2022, la iniciativa «Conciencia digital» desveló los «trucos ocultos» del mundo digital, combinando psicología y juego gracias a la contribución del mentalista suizo Federico Soldati. La psicología, elemento común entre la tecnología y las artes escénicas como la magia, es crucial para comprender la eficacia de las técnicas persuasivas. (Sobre esta modalidad y creando talleres ad hoc comenzará también a trabajar en nuestro medio la Fundación Bologna Mendoza)

La iniciativa prevista para 2024, Felicidad 2.0, en colaboración con la USI, Università della Svizzera italiana, es un nuevo y apasionante proyecto que propone actividades de comunicación basadas en la ciencia para los adolescentes de entre 14 y 18 años, ¡pero no sólo! En el centro del debate está la influencia del uso de los medios sociales en el bienestar de los adolescentes a lo largo del tiempo, examinando indicadores cruciales como la felicidad y procesos de desarrollo como la formación de la personalidad y la necesidad de conexiones sociales. Happiness2.0 podrá ofrecer una experiencia atractiva a través de su «HappyLab»: talleres de dos semanas de duración y dos horas de duración en los que la ciencia y el arte se unen para explorar estos temas de forma dinámica y estimulante.

Todas estas actividades contribuyen a fomentar una mentalidad equilibrada hacia la tecnología, en la que se reconocen tanto los riesgos como los beneficios, ayudando a los jóvenes de todas las edades a desarrollar una relación sana y sostenible con el mundo digital, lo que les permite aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece la tecnología y reducir los riesgos potenciales asociados a su uso excesivo."

Referencias Bibliográficas;

[1] ZHAW University - MIKE Study 2021[2] Quotidianosanità.it - Dopo il Covid più bimbi e adolescenti dipendenti da telefonino, ecco i segnali da notare per genitori e pediatri[3] Ticino Scienza a cura di Laura Marciano - Lo smartphone? Può essere anche un alleato e non solo un "nemico"Piattaforma nazionale Giovani e media - Smartphone & tablet - onnipresentiPro Juventute Foundation - Dipendenza da cellulareFondazione Umberto Veronesi - Dipendenza da cellulareMonAM -Sistema di monitoraggio svizzero delle Dipendenze e delle Malattie non trasmissibili - Utilizzo problematico dei social media

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