Perspectivas

Los primeros datos son positivos, pero no se ven en la superficie

Algunos datos internacionales y mediciones el INDEC marcan ciertas mejoras, pero aún no son percibidas. Escribe Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

Esta fue una semana donde abundaron datos positivos para la economía, a la par de la presentación del Presupuesto 2025 en el Congreso. Además, hubo una buena noticia desde el exterior, porque la Reserva Federal de EE.UU. (el Banco Central) dispuso rebajar la tasa de interés de fondos federales en 0,5% anual y, según algunos funcionarios, habría otra rebaja similar para fin de año.

Aunque algunos digan que es insignificante el efecto de esta decisión para los argentinos, ya que no tenemos acceso al crédito, lo cierto es que es mucho más importante que lo que la mayoría puede percibir. En principio, esta baja de las tasas genera una baja del valor del dólar en forma internacional, revaluando las monedas de los demás países. Esto, en Argentina, debería generar una baja del valor de la divisa norteamericana.

Otro efecto positivo de esta decisión es que, es probable, que comience un tiempo de aumentos de los precios internacionales de las materias primas, de las que exportamos y de las que importamos. Esto podría favorecer las exportaciones de cereales de la próxima cosecha y, si se llega a tiempo, las exportaciones de gas. Si sigue bajando el dólar a nivel interno, sobre todo los paralelos, podría desinflarse la presión inflacionaria o, al menos, estancarla.

Del "veranito financiero" a un mercado laboral "muy dañado": los números de la semana

Los mercados han reaccionado en forma positiva esta semana, apuntalados en el compromiso que anunció Milei de seguir pagando la deuda. Esto generó una reacción récord de la Bolsa argentina, pero también una progresión muy positiva de los bonos argentinos en Wall Street. El riesgo país llegó a tocar 1.300 puntos, un nivel que hace mucho no registraba, aunque sigue muy alto, y el dólar MEP cayó al nivel de $1200 y el blue anduvo por $1240/$1250. Hoy los dólares paralelos están más baratos que a principios de año, con una inflación acumulada de 190%. El dólar no fue buena inversión y por eso muchos inversores cambian de posiciones.

El dilema del consumo

Por estos días algunos medios disfrutan poniendo cifras raras. Es sabido que cualquiera le puede hacer decir a los números lo que quiera, según como los tomen. Después del shock contra la inflación y la decisión de no financiar más al Tesoro, se produjo un parate muy fuerte a la par que muchas empresas se cubrieron con costos del dólar a $2000 o $3000. Esto finalmente no se dio, pero las empresas nunca bajaron los precios. Obvio, la recomposición de los salarios se fue dando de a poco y también a mismo ritmo se fue acomodando el consumo.

Las publicaciones comparan el consumo de este año con el mismo mes del año anterior, cuando había combustibles y tarifas subsidiadas. Además, como el dólar estaba atrasado, venían grandes cantidades de extranjeros de países limítrofes a comprar artículos de alimentos, bebidas, higiene personal y limpieza. Eran famosas las colas de extranjeros, como ahora lo son las de argentinos viajando al exterior.

Lo correcto, dado el proceso vivido, es comprar contra el mes anterior para ver la evolución, porque contra el año anterior siempre va a dar mal. En la comparación intermensual el consumo viene creciendo lentamente. Se reconoce un piso en el mes de y luego una recuperación lenta, que avanza tranquila a medida que se verifica un descenso de la inflación. Este dato es vital porque las personas ya no sienten necesidad de comprar cantidades para acumular, porque las variaciones de precios no lo justifican. No obstante, estas mejoras son leves y aún no son percibidas por la población, que trata de absorber el impacto de subas de tarifas y precios de servicios que los impactan.

El economista Juan Carlos de Pablo decía esta semana: "yo no entiendo por qué dicen que el consumo baja cuando la producción aumenta. ¿Será que los empresarios disfrutan fabricar cosas que no van a vender y engrosa sus inventarios inútilmente?".  Es hora de mirar debidamente los números para no crear climas poco propicios, porque se estaría haciendo el juego a intereses políticos. Digamos exactamente lo que dicen los números, con lo relativas que son las estadísticas.

Esperando el blanqueo

El próximo 30 de setiembre vence la primera etapa del blanqueo de capitales y, según informan las entidades financieras, se están abierto muchas cuentas especiales, en la cuales los contribuyentes podrán depositar los montos a blanquear. Según estimaciones del gobierno, esta etapa podría alcanzar un monto cercano a US$14.000. Según datos de las entidades, hasta el momento se habrían ingresado unos us$4000 millones.

Un dato curioso es que estos dólares no se ven reflejados en los encajes de los bancos y por lo tanto no engrosan las reservas del Banco Central, como deberían. Según algunas consultoras, las entidades los tiene guardados sin incorporar a la espera de lo que puedan hacer los depositantes después del 30 de septiembre. Desde esa fecha, los que depositaron hasta us$100.000 dólares podrían sacarlos sin problemas.

Aunque se anuncien muchas buenas noticias, que van marcando leves mejoras que son perceptibles por la sociedad, el gobierno lucha por el problema de la acumulación de dólares y aquí es donde vuelven a discutir muchos economistas acerca de la necesidad de levantar el cepo lo más rápido posible. Con cepo será muy difícil que el BCRA acumule más reservas, salvo que el Blue baje de $1000 pesos.

Además, el Tesoro sigue acumulando dólares para pagar vencimiento de deuda, por lo que no se entiende la razón de querer acumular reservas si los pagos de deuda los hará el Tesoro. El proyecto de Presupuesto aclara que el concepto de superávit incluye al primario (ingresos menos egresos) y al financiero (pago de intereses de la deuda). Con esa claridad, se podría liberar el cepo porque, seguramente, no habrá intervenciones en el mercado.

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