Camino a la Casa Blanca

La moneda está en el aire: así son las elecciones en Estados Unidos

Las elecciones de Estados Unidos suelen ser el evento electoral más llamativo de todos, tanto por su importancia geopolítica como por su excentricidad al momento de realizarse. Datos, curiosidades, antecedentes y qué pasa en caso de empate.

El próximo 5 de noviembre se realizarán las elecciones presidenciales en Estados Unidos, en donde la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump buscarán alcanzar el número de electores necesarios para poder llegar a la Casa Blanca y quedarse con uno de los sillones más poderosos del mundo. Con números parejos en las encuestas y un final abierto, el sistema de elecciones estadounidense es complicado y enredado, acudiendo a mecanismos inusuales para desempatar en caso de que sea necesario.

Las elecciones se realizan el primer martes de noviembre, correspondiente entre los días 2 y 8 de dicho mes, de cada año múltiplo de 4. De acuerdo con la Constitución de Estados Unidos, votar es "un derecho y un privilegio", pero no es obligatorio. El sistema de votación alterna entre papeletas a mano y voto electrónico.

Vale la pena destacar que la elección del presidente en Estados Unidos se realiza de manera indirecta: los ciudadanos no escogen de manera directa al presidente, sino que delegan esa responsabilidad a un Colegio Electoral compuesto por 538 electores, que son a quienes eligen.

Cada uno de los 50 estados del país posee un número de electores proporcional a la cantidad de habitantes que posee. Es por ello que los estados más grandes son los más jugosos al momento de realizar campañas y buscar a los votantes indecisos. California, el estado más poblado de Estados Unidos, posee 55 electores, mientras que Alaska o Delaware (de los menos poblados) solo tienen 3. El candidato más votado en un estado es quien se adjudica la totalidad de los votos del colegio electoral.

50 estados y los electores que aportan

¿Cuántos electores debe tener un candidato para ser presidente? 270. Con esa cantidad, sumaría la mitad más uno de los electores necesarios para consagrarse como presidente. Si bien el voto de la gente es hacia electores y estos recién emitirán sus votos al candidato de manera formal en el mes de diciembre, los números son contundentes. Esta tradición data desde 1800, cuando los votos debían llegar hasta la capital de cada estado y el proceso era mucho más lento que el actual, en donde a medianoche ya suele conocerse quién es el ganador del escrutinio.

Una particularidad que puede dar con este sistema es que un candidato puede alcanzar la presidencia sin haber sido el más votado nominalmente: en el año 2016, Trump aplastó a Hillary Clinton en electores (306 a 232), pero recibió casi tres millones de votos menos; el magnate se hizo fuerte en los estados con más electores, pero perdió en California, el más "popular" de todos. Algo similar ocurrió en el 2000, donde George Bush venció a Al Gore en una definición voto a voto en el estado de Florida que llevó la situación a instancias judiciales.

Ante la declinación de Joe Biden de ir por la reelección (la constitución estadounidense permite hasta dos mandatos consecutivos), la vicepresidenta Kamala Harris se colocó al frente de la campaña y emparejó las encuestas frente al expresidente Donald Trump, prometiendo un final reñido para los dos aspirantes a la Casa Blanca. En el último debate, la demócrata y el republicano se mostraron firmes y sólidos, dejando cada vez más dudas sobre el resultado final.

¿Qué pasa en caso de empate?

Al ser 538 los votos del Colegio Electoral, existe la posibilidad de que la cantidad de electores termine igualada en 269 y ningún candidato alcance la mayoría. Es un escenario muy difícil, pero posible. En ese caso, la duodécima enmienda de la Constitución de Estados Unidos establece que el Congreso será quien defina al nuevo presidente.

Cada estado tiene derecho a un voto, independientemente de la cantidad de congresista que posea: todos los diputados de un mismo estado deberán acordar a qué candidato elegirán para ser presidente. Quien obtenga la mitad más uno (es decir, 26 votos), será presidente. El vicepresidente, por otra parte, es elegido por el Senado: allí los 100 miembros tienen derecho a voto.

Al volver a ser números pares, puede darse la insólita situación de que se presente un nuevo empate. En ese caso, si la elección a presidente finaliza 25 a 25 pero el vicepresidente si tiene consenso del Senado, será este quien asuma provisoriamente la presidencia en tanto el Congreso acuerde. En caso de empate en ambas cámaras, quien asumirá interinamente en la Casa Blanca sería el presidente de la Cámara de Representantes, en tanto haya acuerdo entre los congresistas. 

Esta nota habla de: