Análisis

Encuesta de Tendencias: Hacia una nueva polarización

El análisis de Fernando Rosso desde la consultora Tendencias. Periodista. Editor y columnista político en La Izquierda Diario. Colabora en revistas y publicaciones nacionales con artículos sobre la realidad política y social

Fernando Rosso

 Resumen de la encuesta de Tendencias

 Dinámica: La velocidad que registra la coyuntura no tiene correlato a la hora de evaluar los movimientos de aprobación y desaprobación del Gobierno de Javier Milei. La gestión mantiene un 36% de imagen positiva, y un 41% de negativa. Un 23% la califica como regular. Si sumamos a quienes la catalogan como regular positiva (17%), alcanzan los 53 puntos. Sin embargo, en relación al último estudio de Tendencias, este trabajo muestra un descenso significativo de las opciones moderadas (regular positivo / regular negativo), y aumenta la polarización entre los que optan por apoyar o rechazar abiertamente al Gobierno. 

Temas de coyuntura: La crisis generada por la denuncia de Fabiola Yañez contra Alberto Fernández parece amortiguada: "esperar la investigación judicial" quedó como la opción más elegida (26,4%), aunque para el 24,5% "dejó en evidencia el doble discurso progresista". El rechazo a la visita de legisladores y legisladoras de La Libertad Avanza a militares genocidas concita un repudio mayoritario.

 Economía: Los seguidores del Gobierno responden que la situación mejora o que -aunque no haya recuperado el poder adquisitivo- valoran que haya bajado la inflación. Sin embargo, los tarifazos reciben un rechazo abrumador (63%) y casi nadie percibe que haya mejorado su situación económica doméstica. 

Preocupaciones: La preocupación por la desocupación (42%) ha desplazado a la inflación (15%). Las "sensaciones" varían: esperanza entre los oficialistas, preocupación e incertidumbre entre los opositores. Las expectativas a futuro están divididas: un 36% cree que su economía mejorará, mientras otro 35% piensa que empeorará.

 Acción: Preguntamos si salir a la calle es una opción o no para cambiar las políticas económicas. Un 18% cree que hay que salir a la calle a reclamar, y no abandonarla hasta conseguir las demandas; dentro de un 42% que creen que hay que salir, mientras un 52% considera que hay que dejar gobernar a Milei.

 Ideologías: Un 38% opina que el capitalismo es bueno (porque desarrolla las capacidades personales o porque permite enriquecerse); un 33% cree que el capitalismo solo puede traer bienestar si hay un Estado fuerte que lo regule. Un 20% considera que hay que contraponer al capitalismo un sistema con alguna forma de planificación "desde abajo". 

Ajuste: Crece la opinión de quienes no están de acuerdo en los cambios que propone Milei y sostienen que no pueden soportar más ajuste. Se derrumba a la mitad -siempre en relación a nuestro último trabajo- quienes están dispuestos a seguir soportando el ajuste, para hacer los cambios que necesita el país.

 Imagen: Victoria Villarroel, Milei y Patricia Bullrich se encuentran por arriba de los 50 puntos; los opositores mejor ponderados son Cristina Kirchner y Axel Kicillof con 39%; Myriam Bregman y Juan Grabois se suben al ring con 33% de imagen positiva. 

Hacia una nueva polarización

El amplio trabajo de Tendencias (6874 casos) contiene algunos hallazgos interesantes para entender la dinámica política actual. En primer lugar, las tendencias a la polarización entre quienes respaldan y quienes rechazan al Gobierno. Durante estos nueve meses de gestión de Javier Milei percibimos una propensión a esperar un derrumbe del respaldo "en general" al Gobierno como único patrón de medida de su eventual fortaleza o crisis. 

Sin embargo, esa mirada puede pecar de cierta superficialidad si no se indagan aspectos cualitativos en la composición de ese respaldo, tanto en términos de las razones por la que se sostiene como en relación a las intensidades que refleja cada porción del nuevo clivaje político que está naciendo en la Argentina (mileísmo y antimileísmo). 

Sobre esta dinámica, el trabajo revela un derrumbe de las opciones de "centro" o más "tibias" (como regular-positiva o regular-negativa) que cayeron del 38% en la última medición (mayo-2024) a 22% en la actualidad. Los semioficialistas se hicieron más oficialistas, pero los opositores también son más opositores, de hecho, estos últimos crecen 10 puntos en comparación con la anterior encuesta. 

El "centro" suele ser un colchón que aporta a la estabilidad de cualquier administración. A un Gobierno se lo puede evaluar por quienes lo respaldan, pero también por quienes se le oponen y cómo se oponen. 

Este trabajo pone en evidencia un aumento de la polarización y su intensidad. 

Todo el mundo sabe que a las polarizaciones, como a las armas, las carga el diablo.Además, corresponde evaluar esta dinámica en íntima conexión con las posiciones de rechazo a medidas concretas como los tarifazos (63% en contra); con las definiciones mayoritarias que aseguran no soportar más ajuste; con las respuestas sobre la situación económica personal (casi el 60% no lega a fin de mes); con el aumento creciente de la preocupación por el desempleo (que no hará más que incrementarse) o la percepción de que la baja de la inflación no impacta en su economía familiar (casi 75% entre las opciones malas y menos malas). 

Pese a los elementos "moderadores", como el gaseoso sentimiento de esperanza o la mayoría (aunque cada vez más equilibrada) que opina que la situación actual es responsabilidad del Gobierno anterior, parece que es sólo una cuestión de tiempo que esta realidad impacte en las percepciones generales. Por último -en relación a la dinámica de conjunto- son muy sugerentes las respuestas a un interrogante novedoso (ausente en otros trabajos) que introduce Tendencias y que tiene que ver con la disposición a salir a la calle para defender derechos o para enfrentar al Gobierno: un nada despreciable 42% ve con buenos ojos ocupar la calle.

Un dato que no estaría mal que legara a la sede de Azopardo 826 (CABA), entre otras instituciones. En este contexto, es imposible hacer abstracción de acontecimientos como los que involucran al expresidente Alberto Fernández (relativizados por los resultados de este trabajo, pero que favorecen a actual oficialismo) o -lo que quizá es más importante- la imposibilidad de renovación conceptual que atraviesa el peronismo.

También hay que incorporar las internas salvajes que cruzan a La Libertad Avanza, así como la dinámica de una economía que se muerde la cola. Ambos ingredientes, estos últimos, que perjudican al Gobierno y siembran dudas en los "factores reales de poder" sobre la consistencia de la aventura libertariana. 

La "opinión pública" es un componente (importante, pero uno más) que convive con otros que hay que tener en cuenta para hacerse un cuadro completo de situación. El rechazo contundente y mayoritario a la visita de los legisladores oficialistas a los militares detenidos por delitos de lesa humanidad debería ser tenido en cuenta por quienes decretaron un giro unilateral a la derecha con la elección de Milei, un vuelco que daba por tierra con todo atisbo de consciencia en la defensa de las libertades democráticas. Aunque es cierto que este rechazo convive con buenas cifras en las imágenes de Victoria Vilarruel o Patricia Bulrich. Es una tarea indagar en esas contradicciones sin negarlas ni para un lado ni para el otro. 

Otro interrogante novedoso -vinculado con la ideología- es el que pregunta la opinión sobre el capitalismo en general: un 38% opina que es "bueno", pero un 53 % piensa que tiene que tener algún tipo de regulación, y dentro de eso, un 20% considera que debe ser reemplazado por alguna forma de planificación. Otra vez, teléfono para los que ven sólo neoliberalismo en la cabeza de los argentinos y las argentinas. 

A veces no se trata sólo de las respuestas, sino de calibrar las preguntas. Finalmente, un aspecto que hasta cierto punto confirma las tendencias a la polarización en contexto de crisis y disgregación: la izquierda clasista (Myriam Bregman) o la izquierda del peronismo (Juan Grabois), ambos entran en la disputa entre los opositores, por lo menos en términos de imagen positiva (33%), apenas unos seis puntos por debajo de Cristina Kirchner o Axel Kicillof. Si se pudiera sintetizar en un epigrama o casi en un haiku, el cuadro de conjunto muestra que Milei todavía está apoyado sobre un colchón, pero debajo se mueven placas tectónicas.  

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