Acompañar en la intemperie: denuncio o no consigo apoyo
La opinión de Verónica Piñol Nahim.
La habitación propia que Virginia Woolf nos aconsejaba construir para proteger nuestras autonomías se está derrumbando.
Temo todas las mañanas visitar los portales digitales de información porque es de esperar que una mujer, niñx, o ha desaparecido/a o, encontraron partes de su cuerpo calcinado, o el agresor se volvió loco y mató a su hija enfrente de su compañera. No me digan que no es porrnográfico. Naturalizar las muertes, volvernos inmunes a esas violencias.
En paralelo hay una sutil y salvaje lógica política que va socavando las políticas de abordajes y acompañamiento de las violencias por razones de géneros. Esa complicidad de una libertad de excreción, de odio, de que el mercado regule las muertes de las personas, de que el todos contra todos es válido en la transparencia del anarquismo libertario. El ambiente tóxico de twitter se ha hecho más real de lo que esperábamos y la cultura del aguante sostiene que el león triunfa porque el Ministerio que protegía a las minas y los travas ya fue.
El programa Acompañar, la Línea 144, el Programa Acercar Derechos, los traslados interregionales de persones en situación de violencias por razones de género y de familiares, las redes de asistencia, el sistema integrado de Casos por violencias de géneros, la reparación económica para hijas/os de víctimas de femicidio o fallecidas a causa de violencias por motivos de géneros RENNYA, Ley Micaela, entre otros. Todas propuestas de políticas públicas que no salían de la galera, ni de una imaginación perversa, surgían de muertes, de violencias, y abusos reales. Reducir estos programes implica la barbaridad de la transparencia de esas noticias que se propagan todos los días como naturales.
En el medio, además el gobierno envía a cuenta gotas información sobre si les da continuidad o no a esos programas en las provincias, dejando a las mujeres en estado de intemperie y desolación siendo la consecuencia de esto la vuelta a convivir con el agresor porque no pueden sostener individualmente esa decisión tan vital y cierta de reconstruir y reparar sus vidas.
Para contextualizar, en la asunción de este gobierno se establece un reordenamiento institucional de los ministerios estableciendo a partir del Decreto 86 /2023 la existencia de ocho carteras interministeriales entre ellas el Ministerio de Capital Humano. Bajo su dependencia se crea la Subsecretaria de Protección contra la violencia de género que a partir del 24 de Mayo del corriente año depende del Ministerio de Justicia.
Claudia Barcia es su titular y todo de lo que ella depende es comunicado bajo su perfil de Linkedin que sabemos es una red social orientada a mostrar perfiles laborales y conectarlos con el mundo empresarial , por lo tanto esa no es una manera institucional de dar cuenta sobre la gestión y planificación de las políticas públicas.
De ahí todo y con todo lo expuesto es una desprolijidad intencionada.
Toda esta introducción para detenernos en que el Gobierno Nacional decretó que el programa Acompañar, que otorgaba un salario mínimo vital y móvil a víctimas de violencia de género por 6 meses para promover la salida de ambientes violentos, se reducirá a tres meses y solo será otorgado a quienes acrediten "la realización de la denuncia judicial o policial de violencia por motivos de género".
Según el Equipo Latinoamericano de Género ( ELA) esta decisión genera evidentes retrocesos en los abordajes porque:
Al Estado le cuesta 22 veces más intervenir de manera tardía en los casos de violencia de género.
El plazo de 3 meses no permite cumplir los propios objetivos que se propone el programa que es alcanzar a mujeres que se encuentran en una situación de riesgo alto o altísimo, es decir que está en riesgo la vida misma.
6 meses ya resultaba poco tiempo para construir una estrategia de salida y crear condiciones suficientes para iniciar un proceso de autonomía económica de las mujeres que presentan niveles de mayor riesgo.
Obligar a denunciar vulnera los derechos de las víctimas. El requisito de la denuncia no es solo un paso formal que se agrega, es obligarla a una disyuntiva: "denuncio o no consigo apoyo"
Solo 2 de cada 10 mujeres que sufren violencia de pareja / ex pareja deciden denunciar, lo que nos habla de una gran falencia del sistema, que claramente no ofrece espacios de atención y acompañamiento seguros, no revictimizantes y reparadores.
Además, no todas las formas de violencia son delitos. La Ley 26.485 de Protección Integral aprobada en 2009 no crea tipos penales sino que define distintas conductas que constituyen violencias
Uno de las características más valoradas del Programa Acompañar era que entendía que antes de la denuncia era necesario poder ponerse a salvo y tener las necesidades básicas cubiertas.
El Programa existe dirán, y la intemperie también.