Un iceberg de 3.672 km2 gira en un torbellino oceánico
Durante meses, un gigantesco iceberg ha girado lentamente en un punto del océano Antártico, y podría continuar atrapado en este vórtice durante bastante tiempo, dicen los expertos.
El coloso A23a, el iceberg más grande del mundo, es de gran interés para los científicos que han seguido de cerca el bloque congelado desde que se desprendió del bloque de hielo Filchner-Ronne de la Antártida en 1986.
Ahora, el destino del iceberg no está claro, ya que sigue atascado como resultado de una serie de circunstancias poco comunes que, según los científicos, no tienen precedentes. "Esto nunca había sucedido antes, hasta donde todos sabemos", dijo el Dr. Les Watling, profesor emérito de ciencias biológicas de la Universidad de Hawai en Manoa, en un correo electrónico.
El trozo de hielo de aproximadamente 3.672 kilómetros cuadrados, un poco más grande que Rhode Island y más del doble del tamaño de la ciudad de Londres, se desplazó sobre un monte submarino y quedó atrapado en un fenómeno conocido como la columna de Taylor, un vórtice giratorio de agua causado por las corrientes oceánicas que golpean la montaña submarina. Las corrientes crean un movimiento cilíndrico del agua sobre el monte submarino, donde ahora flota el iceberg, que gira unos 15 grados al día, según el British Antarctic Survey.
El curioso giro del iceberg, lo derrite lentamente, pero no afectará el aumento del nivel del mar, según los expertos. En cambio, resalta el fascinante ciclo de vida de los icebergs y cómo la crisis climática impacta las capas de hielo de la Antártida.
Un iceberg gigante, un sistema de corrientes y una montaña submarina
Cuando la masa flotante se desprendió inicialmente de la plataforma de hielo en la década de los años 80, no llegó muy lejos antes de encallar en el fondo del mar de Weddell. Después de derretirse en el mismo lugar durante más de tres décadas, finalmente se aflojó lo suficiente en 2020 como para iniciar una deriva gradual hacia el mayor sistema de corrientes oceánicas del mundo, la Corriente Circumpolar Antártida. Pero cuando el iceberg llegó a la corriente en primavera, en lugar de ser enviado a las aguas ligeramente más cálidas del océano Atlántico Sur, su viaje se detuvo una vez más.
El bloque congelado gira lentamente sobre una montaña submarina llamada Pirie Bank Seamount, que tiene unos 1.000 metros de altura. El iceberg, que mide unos 61 por 59 kilómetros, es ligeramente más pequeño que la montaña y se encuentra "en ese punto óptimo de tamaño, donde es retenido por la columna, pero no sobresale demasiado de la columna. Por lo tanto, no se aleja fácilmente", dijo el Dr. Alexander Brearley, un oceanógrafo físico del British Antarctic Survey.
El instituto de investigación notó el giro peculiar cuando las imágenes satelitales revelaron que el iceberg estaba atascado en un punto cerca de las Islas Orcadas del Sur, dijo Brearley. Debido a que el giro es tan lento, no es visible cuando se mira el iceberg en tiempo real.
"Hemos estudiado estas columnas de Taylor en el pasado, no específicamente en relación con los icebergs, sino porque son fenómenos oceanográficos realmente lindos e interesantes que tienen implicaciones importantes para la circulación oceánica", afirmó Brearley.
"Lo que pasa con ellos es que tienden a ser bastante pequeños. Por ejemplo, el monte submarino sobre el que se encuentra actualmente tiene sólo unos 100 kilómetros de ancho y es bastante pequeño. Tuvo que entrar en el área pequeña para ser arrastrado dentro de la columna. Por lo tanto, es sorprendente. No sabemos qué tan común es, porque realmente no lo hemos buscado, pero es súper interesante desde una perspectiva oceanográfica".
Un iceberg gigante giratorio no es una preocupación
"Mientras el iceberg permanezca atrapado, se derretirá más lentamente de lo que lo hubiera hecho si hubiera continuado su viaje. No importa dónde se derrita el hielo, no contribuirá al aumento del nivel del mar, ya que el iceberg ya está en el agua, dijo Brearley.
El desprendimiento de las plataformas de hielo a lo largo de la costa antártica también es una parte natural del proceso de la Tierra, y no hay nada de qué preocuparse con el desprendimiento de cualquier iceberg individual, dijo Brearley.
Lo que preocupa particularmente en torno a la Antártida occidental es el adelgazamiento cada vez mayor de las plataformas de hielo en medio de la crisis climática, que puede causar más desprendimientos de icebergs y dar como resultado un derretimiento más rápido del hielo terrestre y contribuir al incremento del nivel del mar, añadió.
"No creo que debamos preocuparnos por este evento en particular. Pero, en términos más generales, deberíamos interesarnos por los icebergs: entender la cantidad, de dónde provienen y, en última instancia, qué significa eso para el hielo terrestre que se encuentra detrás de ellos y su estabilidad en el futuro", dijo Brearley.
CNN