La boxeadora italiana Angela Carini pide perdón a la argelina Imane Khelif por cómo la trató
La boxeadora italiana Angela Carini se disculpó el por el trato que ofreció a la argelina Imane Khelif tras el combate femenino de 66 kilos celebrado el jueves en los Juegos Olímpicos de París.
La boxeadora italiana Angela Carini se disculpó el viernes por el trato que ofreció a la argelina Imane Khelif tras el combate femenino de 66 kilos celebrado el jueves en los Juegos Olímpicos de París.
Tras su derrota ante Kheliff, en la que abandonó el combate a los 46 segundos, Carini no estrechó la mano de su rival.
"Lo siento por mi oponente", declaró a La Gazzetta dello Sport. "Si el COI ha dicho que puede luchar, respeto esa decisión".
Esta semana, el Comité Olímpico Internacional defendió repetidamente el derecho de Khelif a competir.
Carini declaró al medio deportivo italiano que lamentaba no haber estrechado la mano de Khelif tras el combate y que "abrazaría" a la argelina si volvieran a encontrarse.
"No era mi intención", declaró Carini.
"En realidad, quiero pedirle disculpas a ella y a todo el mundo. Estaba molesta porque mis Olimpiadas se habían esfumado", añadió.
Está previsto que Khelif vuelva al ring el sábado para disputar un combate de cuartos de final.
Una polémica antigua
El caso de Khelif recuerda al de la exatleta española María José Martínez Patiño, quien en 1985 fue descalificada de la Universidad de Kobe tras un análisis sanguíneo que determinó que tenía cromosomas XY, habitualmente propios de los hombres.
El diagnóstico de la atleta fue el de síndrome de insensibilidad a los andrógenos (SIA): personas con cromosomas XY pero resistentes a los efectos de los andrógenos, consideradas hormonas sexualmente masculinas.
Ella es una persona intersex, un "concepto paraguas que recoge muchísimas diferencias", en palabras del profesor de la Universidad de Valladolid Jonathan Ospina-Betancurt, experto en Intersexualidad y Transexualidad en el Deporte, quien explica a EFE que esta condición puede afectar tanto al sexo biológico como al cromosómico, hormonal o gonadal, entre otras características.
"No se puede clasificar a las personas exclusivamente por unos cromosomas, por una carga genética o por unos niveles de testosterona concretos porque no existe un estanco perfecto para las categorías de hombre y mujer", subraya.
Así lo demostró Martínez Patiño a la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), ante la que evidenció que su anormalidad genética no le otorgaba ninguna ventaja. Si acaso, al contrario: "Aunque yo hubiera intentado doparme con testosterona no habría tenido efectos porque el receptor de los andrógenos no actúa. No hay respuesta del organismo", según ha comentado en una entrevista con EFE
El 14 de octubre de 1988, después de tres años de inactividad, fue rehabilitada.