Fútbol argentino

Rubén Tomé, formador de Di María: "Todos los chicos quieren ser Angelito"

El primer entrenador de Ángel Di María en El Torito contó algunos detalles de la vida del crack, quien el domingo jugaría su último partido con la camiseta de la Selección Argentina.

Hace muchos años, Rubén Tomé recibió en el club El Torito de Rosario a un flaquito llamado Ángel Di María, quien años después se convertiría en uno de los máximos ídolos de la historia de la Selección Argentina. En diálogo con Gabriel Conte, Evangelina Argüello y Hernán Bitar en "Tenés que saberlo", por Radio Jornada 91.9, el entrenador contó algunos detalles de la infancia del Fideo en su Rosario natal.

"Él jugaba para el Torito y yo no sabía que jugaba, estaba jugando para una categoría de nenes de dos años más grande. Había debutado pero no legalmente, jugaba con DNI, no tenía el carné de la Asociación. A mí me tocó armar la categoría 88, el único jugador que tenía era "el flaquito", se ve que en Rosario en el año 88 hubo más mujeres que nenes. Costó armar la categoría, tuve la fortuna de que mi primer jugador fue el Flaquito", señaló Tomé.

El formador contó que Di María tenía 7 años y que cuando su mamá no podía llevarlo, él lo buscaba por su casa: "La mamá andaba en una bicicleta Graciela y se venía con él al club, estaba a tres cuadras y yo a cinco. Cuando no podían llevarlo, lo pasaba a retirar yo por la casa".

Tomé contó que "El Flaco" era como todo nene de casa, que salía de la escuela, tomaba la merienda y se preparaba para el fútbol: "A esa edad, les tirás una pelota y le tenés que inculcar como formador de los chiquitos, que se diviertan con la pelota, que tiren una pared, sombreritos, que se rían. Yo no sé si logré eso, lo mio ha sido un granito de arena en semejante playa. Yo le veo en la cara como disfruta cuando la pone por arriba de los arqueros o cuando está por asegurar un gol, ese nene está intacto dentro de Angelito".

El formador del Fideo recordó que muchos de los chicos venían de la calle e incluso alguno no tenía zapatillas para jugar, además de ayudar en sus casas: "Ángel venía de cargar las bolsas de carbón porque el padre tenía una carbonería y uno podrá pensar "el viejo no lo lleva a la práctica", pero el padre tenía que ir a repartir el carbón para ser sustento de la familia. Él no va a querer que le falte nada a la familia, siguió el ejemplo del padre, que por ahí jugaba un día sábado y el padre estaba repartiendo carbón. A él le nació la carrera de futbolista, que es cortita y es lo que me toca hablar con los chicos acá. Los nenes de 13, 14 años todos quieren ser Angelito, pero es sacrificio, levantarse a las 7 de la mañana, doble turno, ir a la escuela. Y quien no tenga la fortuna de llegar a la carrera de futbolista, va a tener que seguir un trabajo como todo ser humano. El Flaco eligió que su trabajo fuera el fútbol y lo hizo de maravilla. Uno se enorgullece de haber podido participar de tan chiquitito en su vida y que le haya ido tan bien".

Tomé recuerda que compró medias para todos los jugadores y a Ángel tenían que ponerle un elástico para que no se le cayeran por sus piernas flacas: "Era un equipazo, era una miniselección, el otro día me encontré acá en el barrio con uno de los chicos. Lo que uno vivió con el Ángel y con los chicos dentro de la cancha uno no se lo olvida nunca".

En caso de que decida volver a Rosario, Tomé señaló que lo van a cuidar y que "nadie se va a atrever a tocarle un pelo", al igual que Messi: "La gente tiene que ser consciente de que gracias a ellos la ciudad de Rosario es conocida mundialmente. Es algo extraordinario, nos tocó tener a los dos mejores jugadores de esta época, salieron campeones de todo. Esta generación se va acordar toda la vida, los nenitos que tengo de la categoría 2015 me vienen con la camiseta de Messi y Di María, no con la camiseta de El Torito. Los chicos están identificados con ellos, el Ángel, en su inconsciencia, se tiene que dar cuenta que el fútbol infantil de acá está identificado con él, todos los chicos quieren ser Angelito".

El formador del Fideo contó que los niños han cambiado ya que ahora todos quieren jugar a la pelota y antes le costaba mucho poder armar una categoría: "Rosario es una fábrica de sacar jugadores. En el baby hay un montón de nenes diferentes, me encantaría que todos jueguen de la misma manera. En la época de Angelito, yo tenía 5 chicos que les encantaba jugar con la pelota y tres se sentaban a armar castillitos de tierra. Yo no tengo título de técnico, pero me siento formador: de hacer castillitos de arena a atajar y sacar una pelota del ángulo".

En referencia a la despedida del Fideo de la Selección, Tomé señala que debe estar cansado y debe querer disfrutar con su familia: "Lo último que le faltaba ganar era el Mundial, igual que Messi, que tuvieron la fortuna de que Scaloni les armó un equipo alrededor de ellos y juegan con un entusiasmo... nos dejan tan bien a todos que nos llenan los ojos de fútbol. Por ahí sale mal, pero tienen un entusiasmo que te dan ganas de ser argentino. Veo a personas de otros países que se ponen la camiseta de la Selección y gritan como si fueran rosarinos, cordobeses, mendocinos. Es un orgullo", recalcó.

Rubén Tomé.

Finalmente, el exentrenador del Fideo contó que cuando este vuelve al Torito lo hace de incógnito: "El Ángel cuando viene tiene que venir a escondidas, no está preparada la ciudad. Si decís que está el Angelito en el club, tenés que sacarlo en helicóptero después" y cerró con un pronóstico sobre el partido del domingo: "Yo tengo el anhelo de ganar 1 a 0 con gol del Angelito y que salgamos campeones. Ese va a ser el premio. Y con pase de Messi, para que no se ponga celoso (risas)", concluyó.

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