Historia

Alpatacal: la muerte en un tren cuando iban al desfile del 9 de julio

La historiadora Luciana Sabina recuerda en esta nota la tragedia de Alpatacal, en donde murieron cadetes chilenos que iban al desfile por el 9 de julio en Buenos Aires, hace 97 años, y personal ferroviario que pereció en esa oportunidad.

Luciana Sabina

En julio de 1927, con motivo del festejo de la independencia de Argentina, el presidente Marcelo T. de Alvear invitó a los cadetes y oficiales de Chile, Uruguay, Brasil y Paraguay a participar en el desfile del 9 de julio en Buenos Aires. La delegación chilena, a bordo del Ferrocarril de Buenos Aires al Pacífico protagonizó el mayor accidente ferroviario argentino en Alpatacal, en La Paz, un día como hoy hace 97 años.

Sobre el choque, la revista Fraternidad señaló: "Según nuestros delegados (...) los hechos sucedieron en términos muy generales así: El tren N. 3, que iba de Retiro a San Juan, tenía la locomotora N.° 1056. En Alpatacal chocó con el especial-cadete que venía de Mendoza a Buenos Aires, trayendo una delegación de cadetes y militares chilenos enviados por el gobierno de Chile para asistir a la inauguración del monumento al general Mitre y desfile militar del 9 de julio.Este tren era remolcado por las locomotoras 1071 y 1407. El choque se produjo a 50 metros fuera del cambio de la estación Alpatacal, cerca de los límites Mendoza y San Luis. Según los relojes que se encontraban parados de compañeros muertos en el choque, la hora del accidente fue la de los 4 y 15 minutos".

Tras el choque "se produjo inmediatamente un pavoroso incendio -continúa la citada revista- que fue como la lápida que iba a sellar muchas vidas que pudieron salvarse. Sin elementos para extinguir las llamas que iban en su obra de destrucción arrasándolo todo, numeroso personal y pasajeros, que no podían salir de los vehículos por estar apretados en una forma u otra, eran carbonizados vivos".

El día 10 en Mendoza, señala Fraternidad, "... toda la ciudad estuvo representada en aquel cuadro de dolor. Desde la adhesión oficial hasta la más humilde del pueblo: todos sin distinción fueron a llevar sus flores y a acompañar a los restos de los trabajadores que fueron sepultados en Mendoza (...) Los delegados que asistieron al sepelio en representación de la Comisión Directiva, no han encontrado palabras para expresar el inmenso dolor que se tradujo en la gran manifestación que se llevó a cabo en Mendoza, conduciéndose a pulso hasta el cementerio los restos de las víctimas. Una columna de siete cuadras como un río humano seguía a los ataúdes silenciosa, envuelta en la solemnidad y la tristeza que causaba la desaparición de tantas vidas laboriosas. El gobernador de la provincia dictó un decreto adhiriéndose al duelo y su guardia oficial hizo acto de presencia en el sepelio. También el intendente de la ciudad de Mendoza se adhirió al duelo. El personal de Mendoza paró 5 minutos a las 10 horas en señal de duelo...".

Con el tiempo las víctimas mendocinas de la tragedia serían sepultadas en un panteón especial que se encuentra en el Cementerio de la Capital.En total se trató de 30 muertos, 12 de ellos cadetes chilenos. Una vez al tanto de la tragedia el gobierno chileno dio órdenes de que los cadetes ilesos continuaron su viaje a la Capital Federal, para cumplir con su misión. Diarios de la época señalan que terminaron desfilando entre una verdadera "tempestad de aplausos".

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