Entrevista

Darío Lopérfido: "No existe el castigo para la corrupción en Argentina"

El exfuncionario de Horacio Rodríguez Larreta Darío Lopérfido habló sobre la corrupción en el Estado y cómo debería afrontarse el problema para poder atacarlo de raíz.

La corrupción es una de las problemáticas que más preocupa a los argentinos y que está siempre en el ojo de la tormenta dentro de la agenda política. El exfuncionario del gobierno porteño Darío Lopérfido habló en "Tenés que saberlo", por Radio Jornada 91.9 y señaló los caminos para poder encontrar una solución a este problema.

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"Es muy difícil desde la gestión del Estado tratar de hacer algo sin que uno se tropiece con estructuras tomadas por la corrupción. La corrupción lo que tiene es un nivel de complicidades internas que hace que sea más difícil encontrarlas", señaló Lopérfido.

El exsecretario de Cultura y Medios de Comunicación de la Nación bajo la presidencia de De La Rúa señaló como positiva la idea del gobierno de evitar los intermediarios en la entrega de alimentos: "Si hay gente que tiene que recibir alimentos ¿por qué los tiene que recibir de un grupo piquetero? Es una locura eso. Vemos lo que está pasando con Belliboni, con Grabois, vemos que eso es una estructura que perjudica al que menos tiene por la corrupción de estructuras políticas que toman parte de ese dinero o de esos alimentos no se para qué, para enriquecimiento personal o para hacer política, para el aparato político. Si uno se plantea por qué nadie estuvo pensando en eso para solucionarlo y hacerlo de otra manera, es porque la política en general favorece esas estructuras de corrupción. En el gobierno de Alberto Fernández se le daba dinero a los piqueteros y algunos, como Pérsico o muchos otros, estaban en el gobierno, estaban de los dos lados", señaló.

Lopérfido señaló que la clave está en el que mientras el Estado sostenga estas contrataciones y metodologías, seguirá lidiando con estructuras de corrupción: "Tienen su propia dinámica de favorecer a determinadas empresas porque les dan un vuelto o porque los favorecen en diferentes cosas. Yo tiendo a pensar que cualquier cosa, por eso me parecía interesante lo de Sturzenegger, que directamente lo hagan los privados es mucho mejor", señaló.

El ex funcionario de CABA señaló que esto es extensible a toda la política y colocó com ejemplo el caso de Chocolate Rigau en la Legislatura de Buenos Aires: "Eso es toda una estructura que involucra a todos los partidos de la provincia de Buenos Aires. No es que uno lo puede remediar desde un partido político, todos los diputados tienen que ver para que eso suceda, si hubiera un bloque de 30 diputados que no estuvieran de acuerdo y lo denunciaran, eso no podría pasar, eso pasa por complicidad de toda la clase política de la provincia de Buenos Aires. Eso tiene que ver con un proceso más a largo plazo que es de saneamiento de las estructuras políticas", analizó.

Lopérfido março que además de realizar un trabajo interno dentro de la política, también deben haber respuestas por parte de la justicia: " Si la justicia es implacable con la corrupción, el que es corrupto un día se la va a jugar y va a tratar de que le salga bien, pero sabe que se está metiendo en un lugar complicado. El gran problema, que lo vimos en casos emblemáticos como el de Insaurralde, es que no existe el castigo para la corrupción en Argentina. La persona honesta y la persona deshonesta reciben el mismo tratamiento", marcó.

En esa línea, también mencionó la necesidad de cambiar una cultura política en algunos lugares: "Mendoza es una provincia que en general tiene una cultura política mejor que el resto de las provincias, eso es así, porque más allá de que haya problemas, de que pueda haber corrupción alguna vez, es muy distinto a la provincia de Buenos Aires, que tiene unos niveles de corrupción desatados y una cultura política muy mala. Esto es lo más complicado porque se trata de cambiar la idea de la política, que uno tiene que llegar a los lugares de poder con una idea de servicio público no con una idea de salir más rico que cuando entró", señaló.

El exfuncionario de Horacio Rodríguez Larreta señaló que al gobierno de Macri le faltó ir al subsuelo de la política y que prefería la paz social arreglando con los responsables: "Uno habla con el Polo Obrero, con Grabois, con los piqueteros peronistas y te dicen dame y yo te garantizo la paz social. Vos le das pero no te garantizan la paz social, el día que querés hacer una reforma jubilatoria como le pasó a Macri, te tiran 14 toneladas de piedras. Es una ilusión que la paz social se compra con dinero con estos grupos".

Sobre el gobierno actual, Lopérfido señaló que tiene un discurso fuerte, pero que muestra falta de expertiz: "El discurso está muy bien porque ayuda a que se forme conciencia en torno a un problema, pero también hay que tener gente muy experimentada, que vaya al fondo y que sepa que en cada ministerio vas a tener, por más de que vos no seas corrupto, un montón de gente en la tercera o cuarta línea que te va a hacer trampa y vas a caer por más que tengas la mejor intención", explicó, señalando la importancia de tener gente con experiencia para evitar que la estructura sea infiltrada.

El exfuncionario de CABA señaló que la ciudadanía tiene más paciencia porque se produjo un cambio: "Cambiaron los jóvenes, que durante muchos años eran progresistas o kirchneristas y alimentaban esa fuerza política. Hoy son más grandes y los jóvenes que vinieron en las últimas generaciones tienen un discurso más ligado a que los dejen trabajar, estudiar y vivir en paz, que el Estado no se meta a molestarme, es un gran avance. Lo que cambió es la ciudadanía y está dispuesta a bancarse un ajuste muy duro a cambio de la perspectiva de futuro. Hay muy poca paciencia y muy poco nivel de patriotismo de parte de sectores de la política, desestabilizadores, como la CGT que ya hizo un paro. Esos sectores están cuidando negocios, no les importa mucho la ciudadanía o lo que pase", marcó.

Lopérfido señaló que se verá si termina triunfando este cambio en la ciudadanía o los sectores corporativos que juegan a la desestabilización: "La mafia nunca se entrega, no es que porque viene un gobierno bueno al país, dice no lo somos más. Moyano nunca va a permitir que se le caiga una estructura que construyó toda su vida, de negocios y corrupta, basada en la extorsión y en la presión al gobernante. Esa gente no se va por las buenas y ahí está el gran interrogante de la Argentina. Se pueden mejorar muchas variables, pero con la mafia no se puede arreglar porque te va a traicionar y hay que tener los pies suficientemente fuertes como para enfrentarlos", concluyó.