Karina Milei salió de bambalinas para mostrarse al frente de un Gobierno pragmático
¿Le pasa algo al Presidente? Parece ajeno a la gestión. Francos y Caputo, con más poder. Adorni, optimista por la victoria ganada en la opinión pública ante la CGT: "que tomen nota". ¿Será este un nuevo modelo de gestión, a cargo de la secretaria general? La columna de Silvia Mercado desde la Casa Rosada.
El Gobierno parece el mismo, pero todo indica que es distinto. No solo por la carta blanca que tiene Guillermo Francos a la hora de construir mayorías en la Cámara de Diputados y ahora en la Cámara de Senadores, ampliando su capacidad de negociación con los pedidos que le hacen los gobernadores porque notoriamente recuperó decisión, sino porque Luis "Toto" Caputo va tomando casilleros de la administración pública en un camino sin pausa, comiéndole ravioles al otrora poderoso jefe de Gabinete, Nicolás Posse.
Hay cosas que son evidentes, como que el ministro de Economía demoró aumento de tarifas y actuó a través de la Subsecretaría de la Competencia para frenar a las empresas de medicina prepaga. Antes, se había reunido con las supermercadistas en lo que fue su primera incursión en la regulación de los precios del Gobierno libertario, una herejía al ideario de Javier Milei.
Caputo ya había puesto a sus dos socios del mundo privado en la gestión, Sebastián Bausili en el Banco Central y Juan Pazo en la Secretaría de Producción. También son amigos. Es un trío que con solo mirarse sabe cómo tiene que actuar cada uno. Se conocen hace años.
En los hechos, significa una evolución para Caputo, que desde el día cero se preocupó por incluir en su agenda de gestión la pata de la economía real, donde justamente empezó a limar a Posse. Por ejemplo, vaciándole la Secretaría de Agricultura a Fernando Vilella para ponerle gente propia, lo que espera hacer con otras áreas, como la Secretaría de Energía.
Esta semana corrió fuertemente el rumor de que Florencia Mizrahi, titular de la AFIP, abandonaría su cargo. El reemplazo vendría con Leandro Cuccioli, quien había sido asesor de Caputo cuando fue ministro de Finanzas de Mauricio Macri. Pero, a pesar de que se anunciaba como inminente, el cambio no se concretó.
Hay quienes dicen que el poder del actual ministro de Economía puede asimilarse al que tuvo Domingo Cavallo en la administración de Carlos Menem, un proceso que fue inverso en los gobiernos de los Kirchner y aún más en el de Macri, que incluso llegó a dividir Hacienda en un intento por tener la última palabra en materia económica.
Hay quienes aseguran que estos cambios hablan de una nueva etapa del Gobierno. Milei genera una gran atracción mediática y sus ideas radicales apasionan a franjas necesitadas de un nuevo relato con los que transitar estos tiempos de incertidumbre. No solo en la Argentina. Su figura genera cada vez más interés en los países y culturas más diversas. No saben si es un Messi o un Maradona, tampoco si ganará la batalla económica, pero quieren conocerlo, saber de él, lo imaginan un ejemplo para sus países o un monstruo que crece en todas las latitudes. La grieta no es patrimonio local.
En Argentina, el Presidente puede decir que no le importa el origen de los fondos que podrían blanquearse de aprobarse la Ley Bases, pero en Rosario se combate el narcotráfico. También asegura que las negociaciones comerciales tienen que hacerse entre privados y no de estado a estado, aunque todo indicaría que más temprano que tarde deberá hablar con Xi Jinping.
Suele denostar a los medios de comunicación por haber recibido en el pasado publicidad del Estado y se niega a continuar esa práctica. Sin embargo, son varias las empresas que reciben respaldo desde cuentas estatales y sin ninguna transparencia.
¿Ese pragmatismo de dónde viene? ¿Tiene nombre y apellido? ¿Cuál es el origen?
En las últimas semanas, Karina Milei salió de bambalinas y lo que antes era una influencia decisiva en los gastos de la Casa Rosada y los movimientos de su hermano, pasó a la conformación de LLA en todo el país, desplazando a los partidos que se integraron para llevar a Milei en la boleta y depositarlo en la Presidencia.
Luego trascendieron sus influencias directas en cuestiones más personales del Presidente, supuestamente corriendo a Fátima Florez del vínculo con Milei, a pesar de que la actriz llegó a viajar a Miami por su cuenta, en un intento por romper el entorno presidencial.
Esta semana algunos movimientos se hicieron todavía más explícitos. La hermanísima no solo encabezó la reunión de Gabinete, tal como lo afirma el comunicado distribuido por Prensa de Casa Rosada, sino también la reunión con los diputados del PRO, a quienes agradeció el respaldo para lograr la aprobación por alto margen de la Ley Bases y consultó sobre cómo será el regreso del proyecto a la Cámara baja, buscando garantías para su aprobación. Aunque sea después de la firma del Pacto de Mayo.
Durante la campaña, Milei llegó a emocionarse ante una pregunta que le hizo Viviana Canosa acerca del vínculo con su hermana. "Moisés era el líder, pero no tenía capacidad para comunicar sus ideas. Para eso lo tenía Aaron. Yo soy Aarón y ella es Moisés", expresó sin ocultar las lágrimas.
Eran tiempos en que se creía que el adjetivo "El Jefe" que usaba para mencionarla, era un agradecimiento a la delegación de cuestiones operativas, en que las que Milei descansaba.
Pero las semanas fueron transcurriendo y empieza a desnudarse un mecanismo inédito en la historia argentina: una hermana, desde un cargo siempre importante pero menor, que por primera vez está segundo en el mapa del Estado, tal como puede verificarse en el link que acompaña esta nota.
¿Será que el renovado pragmatismo del Gobierno tiene la impronta de la secretaria general? ¿Milei será un halcón secundado por una Karina paloma? ¿Será "El Jefe" un súper halcón que a veces se oculta como paloma? ¿O será, sobre todo, una mujer realista?
Es muy difícil saberlo, porque el público ni le conoce la voz. No es sencillo conocer qué piensa, solo hay trascendidos con muestras palamarias de su poder, aunque se desconocen sus ideas y objetivos.
Fuera de Casa Rosada no cejan los rumores. ¿Le pasa algo al Presidente? ¿Por qué no se mueve sin su hermana? ¿Por qué se desconoce su agenda? ¿Tiene algún problema no conocido que le impide mantener reuniones con políticos, gobernadores, presidentes de otros países, o empresarios? ¿Por qué se siguen haciendo reuniones de gabinete en las que él no está?
Mientras tanto, el Gobierno cerró muy bien la semana. Tal como anticipó Memo, la apuesta fue a doblegar en la opinión pública a la CGT, lo que definitivamente logró con solo demostrar que la mayoría de la población quiso ir a trabajar y en gran medida lo logró.
"Fue un fracaso", dijo el viernes el vocero presidencial en su conferencia de prensa diaria, que por supuesto no dejó de concretar tampoco el jueves, en medio del paro. Y se ufanó: "La marcha de los argentinos hacia la libertad es irrefrenable. Que los sindicalistas tomen nota".