Probamos el Menú Otoñal de Anna Bistró: conclusiones
La experiencia del Menú Otoñal del restaurante Anna Bistró, en calle Juan B. Justo, completa.
Anna Bistró lanzó su Menú de Otoño 2024 y, en esta oportunidad, la experiencia de probarlo dio más de lo esperado, y hay razones para ello.
Tuvo un gran protagonismo la comida, como no podía ser de otra manera, pero no fue solo ello: el contexto instigó a la sorpresa, palabra justa para describir el momento.
Fue al mediodía de un lunes y con el salón principal, los jardines, la galería lateral y el estar ubicado junto a la entrada, sobre Juan B. Justo, animado por charlas de parejas, familias que algo celebraban, hombres de negocio que hablaban en inglés mientras compartían, señalaban y parecían opinar sobre el sabor de los platos, y también, gente de trabajo, con la notebook junto al plato, dispuestos a almorzar y volver a las actividades.
Cuánto sale hoy comer en Anna Bistró
Los comensales de Memo llegaron con su espíritu crítico encendido, buscándole la quinta pata al gato. No la hallaron.
Empecemos por el ambiente: colorido, luminoso, agradable, acompañado por un jardín bien atendido aun en el incipiente otoño. Hay muchas mesas, pero todas conservan el espacio suficiente para la intimidad del diálogo. La ambientación, lejos de ser fría y formal, da idea de hogar vívido y despierta la invitación al disfrute.
Sigamos por la atención: cada una de las personas encargadas de la asistencia al comensal se comportaron con natural gentileza y profesionalismo, sin sobreactuaciones. No sucedió lo típico, que hasta ha generado memes humorísticos: aquello de que cuando alguien en un restaurant requiere de servicio, estén todos mirando para otro lado. Aquí parecen estar dedicados a la atención, cada uno en su rol, sin invasiones ni distracciones. Eso vale gran parte del puntaje que se le pudiera otorgar.
El Menú Otoñal de Anna Bistró
Un dato más de contexto: los precios. Pocos restaurantes de Mendoza han conseguido el difícil equilibrio entre calidad y costo, más en circunstancias especiales como las que atraviesa el país con mayor inflación en el mundo. En general, los locales gastronómicos recorridos por Memo terminan disminuyendo cantidades, o quitando acompañamientos, o aumentando los precios, sin más. En Anna Bistró los precios son accesibles atento a todo lo demás.
Los platos
La entrada elegida bien valió por toda la experiencia, sin exageraciones. Se trató de filetes de salmón ahumado, acompañados con tostadas de brioche, manteca y limón.
Tan contundente resultó la sorpresa que la foto personal del momento resultó mutilada por la ausencia de algunas fetas rápidamente extinguidas.
Se trata de una oferta ya tradicional de Anna Bistró, que no ha sido igualada por otros locales en Mendoza y que ha evolucionado para mejor con el paso del tiempo. En este caso, es una sensación de "mantecado" completo en el paladar, debido a la sutileza del salmón y el acompañamiento (fundamental y necesario) del pan elaborado por Brillat Savarin, la pastelería de la casa. Vale la pena ver la foto completa del plato que registramos ya empezado:
Los platos principales. Probamos dos: Sorrentino de osobuco con salsa portobello y una de las opciones del Menú Elle: pastel de salmón con salsa griega.
Los sorrentinos resultaron equilibrados, con el impacto necesario de un osobuco en su punto justo, protagonismo central de una pasta al estilo "casera" y un rol distinguido de los portobelos en su salsa, en cantidad suficiente, que invita a no dejar nada en el plato. Por otro lado, resultó más abundante que lo esperado.
En cuanto al pastel de salmón, resultó una delicada opción más para ese momento (recordemos que era el mediodía), que compartió todos los sabores que lo componen: tanto el pescado como los ingredientes que acompañaron. Puede decirse que es la versión "plato fuerte" de la entrada que probamos. La salsa griega resultó ser el acompañamiento ideal y en cuanto a la cantidad, hasta se podría decir que excesiva, ya que con tres porciones (y no 5) hubiera sido suficiente: gran plato.
Todas las opciones del Menú Otoñal, el recomendado:
- Raviolón de cordero ahumado,
- Sorrentino de osobuco, salsa portobello,
- Rib de cerdo laqueado en cerveza y miel,
Matambre, ciruela, cebolla caramelizada.
Los postres. Aquí luce el gusto personal: si chocolate sí o no; sí preferencia por el limón o la crema. Son productos de la ya conocida "mano" de Brillat Savarin y hay que elegir la propuesta del día que ofrece Anna Bistró. Pero también hay helados de Ferruccio Soppelsa, si se recurre a la carta completa, ya por fuera del Menú Otoñal.
Vale la pena dar testimonio de las opciones de postres del local, que son el colofón perfecto para un buen momento garantizado:
Postre del día
Moelleux de chocolate Anna con helado de naranja
Crème brûlée Patay façon bistró
Cheesecake, coulis de maracuyá
Crumble de manzanas con frutos rojos tibio y helado de pistacho
Exupery, mousse tres chocolates
Macaron helado cuorelato
Cuorelato almendra y nuez, helado Ferruccio Rocher
Cuorelato almendra, helado mascarpone con frutos rojos
Cuorelato almendra, helado pistacho
Cuorelato almendra y maní, helado dulce de leche
Copas heladas
Helado 3 sabores de agua: frambuesa, limón, naranja.
De Crema:
Ferruccio Rocher, chocolate,
Mascarpone con frutos rojos, dulce de leche, pistacho
Banana Split: Banana, helado de dulce de leche y Ferruccio Rocher
Copa de la reina: Helado mascarpone con frutos rojos y pistacho
Copa Aconcagua: Helado Ferruccio Rocher y pistacho
Colonel: Helado de limón, vodka, coulis de jengibre
Colonel brasilero: Helado de limón, cachaça, coulis de frutos rojos
Conclusión: Altamente recomendable.
Todas las opciones se pueden consultar en su carta.
Y una perlita final: la curiosa señalética de los baños: