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La obra póstuma de García Márquez: leé un fragmento de "En agosto nos vemos"

En la descripción que hace Penguin Random House se describe la novela como "un canto a la vida, a la resistencia del goce pese al paso del tiempo y al deseo femenino. Un regalo inesperado para los innumerables lectores del nobel colombiano".

En agosto nos vemos, la novela póstuma de Gabriel García Márquez, fue publicada el pasado 6 de marzo, diez años después de su muerte y día de su cumpleaños número 97. Inicialmente, se creía que el destino de la novela sería el archivo personal del escritor en el Harry Ransom Center en Texas, Estados Unidos.

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Sin embargo, el año pasado, la familia dio la noticia de que el último libro del nobel colombiano sería publicado por Penguin Random House durante la feria del libro de Frankfurt. En agosto de 2023, por medio de un comunicado, los allegados de García Márquez explicaron que la decisión se tomó porque la obra tiene "muchísimos y muy disfrutables méritos y nada que impida gozar de lo más sobresaliente de la obra de Gabo: su capacidad de invención, la poesía del lenguaje, la narrativa cautivadora, su entendimiento del ser humano y su cariño por sus vivencias y sus desventuras, sobre todo en el amor".

"Hay algo curioso y es que Rodrigo (García) en el Festival Gabo en Cartagena, cuando le preguntaron por la adaptación de 'Cien años de soledad' para Netflix, mencionó que la verdad es que Gabo no habría querido que 'Cien años' se adaptara a una versión cinematográfica y que seguramente Gabo no habría permitido la publicación de 'En agosto nos vemos'. Pero también dijo que Gabo fue muy claro en aclararles que cuando muriera 'hagan lo que quieran"'. La decisión de ellos de autorizar la publicación tiene que ver con muchas lecturas y con saber que no era una obra inconclusa sino ya acabada", detalló Federico Díaz-Granados, poeta y columnista en la revista Cambio, sobre la obra que conoció en 2009, cuando tuvo la oportunidad de ver cómo la asistente personal del escritor le entregó una versión del manuscrito de la obra.

"Ya estaba terminada, pero sabemos que Gabo era muy perfeccionista. No se sabe en qué momento fue la última vez que revisó el manuscrito. Luego de la muerte de Gabo en 2014 viene la decisión de la familia de vender todos los archivos a la universidad de Austin, y pues ahí reposan todos estos archivos muy bien catalogados, muy bien clasificados. Muy pocos estudiosos tuvieron la oportunidad de leer el manuscrito", contó.

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Por su parte, Margarita Valencia, investigadora, escritora y crítica, habló de lo llamativo de esta obra póstuma: "Es rarísimo lo de las obras póstumas; me parecen académicamente interesantes. Es como coger al baúl de los abuelos, encontrar un velo de novia y volverlo camiseta para jugar fútbol. No es inamovible. Para que una obra esté viva tiene que ser así".

¿De qué trata 'En agosto nos vemos'?

El último libro del autor de Cien años de soledad consta de alrededor de 150 páginas, y seis capítulos, en los que cuenta la historia de Ana Magdalena Bach, una mujer de 52 años que, cada mes de agosto, emprende un viaje a una isla del Caribe, donde descansan los restos de su madre. Pero esos viajes se convierten en la oportunidad para que Ana Magdalena goce de sí misma y explore su deseo de modo que, por solo un día al año, ella se convierte en una persona diferente.

En la descripción que hace Penguin Random House se describe la novela como "un canto a la vida, a la resistencia del goce pese al paso del tiempo y al deseo femenino. Un regalo inesperado para los innumerables lectores del nobel colombiano".

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Además, como lo reveló una fuente de la editorial a El Espectador, sumado a la historia en el libro se incluyen imágenes de los documentos originales y una explicación del español Cristóbal Pera, doctor en Literatura y editor, sobre el citado proceso de conservación y sobre la versión final que "se estructuró respetando cada palabra escrita por García Márquez".

Detalles adicionales sobre la novela

Aunque En agosto nos vemos fue una novela escrita por García Márquez en la segunda mitad de los años 90, en ese momento sólo se conoció un capítulo que, en 1999, publicó en Cambio, donde primero fue editor y jefe de redacción en la sombra, y después fue dueño. Además, por esa época. García Márquez leyó un fragmento del libro en una lectura que hizo e Casa América de Madrid.

"Volvió a la isla el 16 de agosto en el trasbordador de las tres de la tarde. Llevaba una camisa de cuadros escoceses, pantalones de vaquero, zapatos sencillos de tacón bajo y sin medias, una sombrilla de raso y, como único equipaje, un maletín de playa. En la fila de taxis del muelle fue directo a un modelo viejo y carcomido por el salitre. El chófer la recibió con un saludo de viejo conocido y se lanzó dando tumbos a través del pueblo indigente, con casas de bahareque y techos de palma amarga, y calles de arenas blancas frente a un mar ardiente", se lee en las primeras páginas de la novela y en el fragmento que se conoció a finales de los 90.

Tras la corta publicación que se compartió, se creyó que el texto iba a ser publicado por medio de cuentos cortos. Pero pasaron algunos años y no se supo más del libro, tal vez debido a las complicaciones de salud de Gabo.

Detrás de esta obra de García Márquez hay otros detalles interesantes, como el homenaje que García Márquez les hizo al músico Johann Sebastian Bach y al escritor William Faulkner, ambos sus preferidos.

Como lo contó el periodista Nelson Fredy Padilla en su texto de El Espectador, en su momento el escritor les habría revelado a las personas más cercanas que, el nombre de la protagonista, Anna Magdalena Bach, estaba inspirado en el de la segunda esposa del músico alemán, y que decidió poner agosto en el título de la novela para hacerle un homenaje a Luz de agosto, obra de Faulkner, uno de los autores que inspiró su carrera.

Además, agosto se consolidó como uno de los meses más importantes para él, pues varias de las personas que marcaron su vida cumplían años en este mes, como su madre, Luisa Santiaga Márquez; Carmen Balcells, su amiga y agente literaria; Rodrigo García Barcha, su hijo; y Fidel Castro, su amigo.

Leé un fragmento de "En agosto nos vemos": el prólogo

Prólogo

La pérdida de memoria que sufrió nuestro padre en sus últimos años fue, como es fácil de imaginar, durísima para todos nosotros. Pero en particular la manera en que esa pérdida disminuyó sus posibilidades de continuar escribiendo con su rigor de costumbre fue para él una fuente de frustración desesperante. Nos lo dijo una vez con la claridad y la elocuencia de un gran escritor: «La memoria es a la vez mi materia prima y mi herramienta. Sin ella, no hay nada».

En agosto nos vemos fue el fruto de un último esfuerzo por seguir creando contra viento y marea. El proceso fue una carrera entre el perfeccionismo del artista y el desvanecimiento de sus facultades mentales. El largo ir y venir de las muchas versiones del texto es descrito en detalle, mucho mejor de lo que podríamos hacerlo nosotros, por nuestro amigo Cristóbal Pera en sus notas para esta edición. En su momento, sólo sabíamos de la sentencia final de Gabo: «Este libro no sirve. Hay que destruirlo».

No lo destruimos, pero lo dejamos a un lado, con la esperanza que el tiempo decidiera qué hacer con él. Leyéndolo una vez más a casi diez años de su muerte descubrimos que el texto tenía muchísimos y muy disfrutables méritos. En efecto, no está tan pulido como lo están sus más grandes libros. Tiene algunos baches y pequeñas contradicciones, pero nada que impida gozar de lo más sobresaliente de la obra de Gabo: su capacidad de invención, la poesía del lenguaje, la narrativa cautivadora, su entendimiento del ser humano y su cariño por sus vivencias y sus desventuras, sobre todo en el amor. El amor, posiblemente el tema principal de toda su obra.

Al juzgar el libro mucho mejor de cómo lo recordábamos, se nos ocurrió otra posibilidad: que la falta de facultades que no le permitieron a Gabo terminar el libro también le impidieron darse cuenta de lo bien que estaba, a pesar de sus imperfecciones. En un acto de traición, decidimos anteponer el placer de sus lectores a todas las demás consideraciones. Si ellos lo celebran, es posible que Gabo nos perdone. En eso confiamos.

RODRIGO y GONZALO GARCÍA BARCHA

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