Al pan, pan... y al vino, vino
El Prof. José Jorge Chade nos trae la definición en torno a la frase tan mencionada, vinculada a dos alimentos que también tienen un significado bíblico.
Estamos en la semana vendimial y para no salirnos de contexto probemos a recordar algunos modos de decir referidos al vino, por ejemplo. ¿Es posible que casi todos conozcamos el dicho "llamar al pan pan y al vino vino"? ¿Han oído hablar de él? ¿Saben cuál es su significado? ¿Conocemos su origen y la historia detrás de esta expresión?
Esta es, obviamente, una de las muchas maneras de decir que implican al vino. Entre ellos, por ejemplo, ya hemos explorado "el buen vino produce buena sangre" y profundizaremos en otros. Hoy ha llegado el turno de "llamar al pan, pan y al vino, vino".
Llamar al pan por su nombre y al vino un vino: significado
¿Cuál es el significado de "llamar al pan pan y al vino vino"?
"Llamar al pan pan y al vino vino" es un himno o una incitación a la franqueza, la franqueza y la sinceridad. Es la cualidad de quien habla con claridad y sin pelos en la lengua, de manera honesta y sin recurrir a discursos largos, pesados ??y deliberadamente ambiguos. Es la cualidad de alguien que, sin miedo, expresa su punto de vista, independientemente de que esta opinión pueda ser compartida o no. En definitiva, nos guste o no, así son las cosas.
Imagínate encontrarte frente a un amigo que quisiera contarte un hecho u opinión impopular o que sabe que no estarás de acuerdo con lo que pretende decirte. Para instarle a ser directo y claro, sin causar demasiados problemas, puedes decirle: "¡Oye, pan por pan y vino por vino!". O, de nuevo, imaginemos a una persona que siempre dice lo que piensa, sin ocultar ni enmascarar sus opiniones. Se puede decir que esa persona "llama al pan pan y al vino vino".
Llamar al pan pan y al vino vino: origen
El origen de la expresión "llamar al pan, pan y al vino vino" es bastante controvertido, también porque no existen fuentes escritas ciertas y específicas sobre el tema.
El dicho ciertamente cuestiona un alimento y una bebida que, durante mucho tiempo y para muchas comunidades, han representado las principales fuentes de sustento y alimento, la base de su dieta. Consideremos que, en algunas culturas, el pan es tan importante que la palabra misma también se usa con el significado de "comida" y la palabra "vino" con el significado más general de "bebida".
En definitiva, productos fundamentales, prácticos y genuinos. Esa practicidad y autenticidad a la que exhorta la expresión "llama al pan pan y al vino vino".
Otros estudiosos relacionan este dicho con la liturgia cristiana, de la cual "pan" y "vino" representan dos símbolos muy relevantes. Son los protagonistas de la Eucaristía o "Comunión" y representan el cuerpo y la sangre de Cristo. Son esencia y sustancia. La manera de decir "el pan por el pan y el vino por vino", traducida a un contexto extrareligioso y al lenguaje popular, parece recordar metafóricamente la necesidad de llegar al fondo de la realidad de los hechos y de la esencia de las cosas, tal como son, sin recurrir a elementos superfluos. En apoyo de esta hipótesis, muchos recuerdan la frase de Jesús, recogida en el Evangelio de Mateo: "Que vuestra lengua sea sí, sí; no, no".
Finalmente, en muchas culturas antiguas "el pan y el vino" eran símbolo de civilización y progreso frente a una condición de barbarie y eran protagonistas absolutos de rituales paganos donde a menudo eran llevados como obsequio a los dioses. También en este caso vuelve el tema de la practicidad y esencialidad de estos productos, pero también de la "corrección" y la "civilización" de las relaciones humanas.
En definitiva, vayamos al grano: "un pan por un pan y un vino por un vino".