"La Sociedad de la Nieve", los increíbles efectos especiales invisibles de la película que revive la tragedia en los Andes
El filme de J.A. Bayona, nominado a los premios Oscar, entrega una fusión perfecta entre lo real y lo digital, creando así un escenario auténtico que sorprende a los espectadores sin que estos se percaten de los efectos visuales.

Sin duda alguna que eres una de las tantas de miles de personas que durante los últimos días han visto el nuevo estreno de Netflix, La Sociedad de la Nieve, una película que retrata la tragedia de los Andes, en la que un equipo de rugby uruguayo sufrió un fatídico accidente aéreo de camino a Chile en 1972.
La foto de los rugbiers uruguayos en Mendoza, un día antes de estrellarse en Malargüe
El portal especializado Futuro 360, contó cómo la tecnología y la creatividad convergen en este film dirigido por el J.A. Bayona, director de El Orfanato (2007); Lo Imposible (2012) y Jurassic World: el reino caído (2018), entre otros títulos.
Fotografías detalladas capturadas por montañeros especializados se convirtieron en el material necesario para construir fondos reales. Sin embargo, la filmación física tuvo lugar en Sierra Nevada, España, donde los actores se enfrentaron a jornadas extenuantes y condiciones climáticas extremas.
Tres sets distintos se erigieron en Sierra Nevada, con altitudes que variaban desde los 3000 metros hasta los 2000 metros, y una pista de esquí donde se construyó una nave efímera con una pantalla LED de 12 metros.
El último set se encontraba en un olivar cerca de Granada, donde se edificó una plataforma de 100 metros por 100 para grabar escenas cruciales, como el impactante alud, que se ha convertido en un ícono visual de la película.
Lo que distingue a este film adaptado del aclamado libro La Sociedad de la Nieve de Pablo Vierci, es la elección consciente del equipo de no depender exclusivamente de la tecnología digital. Aunque podrían haber creado todo el entorno mediante ordenadores, optaron por un enfoque más inmersivo y realista, según detallan a Zenda.