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El filo de la motosierra quedó del lado de la clase media

Una mirada sobre los anuncios del ministro Luis Caputo. Si bien se en entienden las medidas, no parecen afectar a los sectores ya contenidos ni a lo más empoderados, que finalmente ganan siempre. La clase media se debe preparar para recibir todo el impacto en su rostro, de lleno.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

Una cosa no quita la otra: es cierto que las medidas anunciadas por el ministro de Economía Luis Caputo van al hueso y representan cabalmente el anuncio de shock que prometió Javier Milei, pero también lo es que el principal sector afectado será una clase media que ya viene muy golpeada por el kirchnerismo.

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La franja media de la sociedad, que pugna todo el tiempo por no descender a la pobreza y mantener su camino de ascenso social, capacitándose y formando a sus hijos, emprendiendo y ejerciendo la cultura del esfuerzo como pocos otros sectores, dinamizando la economía y el consumo, quedó del lado de los recortes.

El plan de ajuste le pegará de lleno y las medidas de asistencia siguen siendo para los sectores que ya estaban siendo asistidos con los planes vigentes.

Salvo que se entienda que mucha más gente de la clase media vaya a pasar a cobrar planes sociales, en una rotunda caída de su actual condición, no se entiende en dónde ha encontrado el equilibrio el gobierno nacional a la hora de recortar los recursos para poder introducir los cambios esperados.

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Tampoco queda muy claro en qué se afectará a "la casta": los más pobres seguirán siendo sostenidos por el Estado, ya que no se visualiza un plan de introducción en los canales de la formalidad económica, y los más beneficiados y poderosos, los de siempre, podrán acostumbrarse a las nuevas medidas con una comodidad que las capas medias no tienen.

Se comprende el objetivo de las medidas, aunque se carece de reaseguros sobre el sector más activo de la sociedad, menos culpable de los que ha pasado en el país y probablemente, el que más esperanzas dejó en manos de Milei a la hora de apostar por el cambio rotundo. 

No se ve la afectación real a lo que se llama "gasto político", aunque se valora que se encare un blanqueo en el financiamiento de los medios de comunicación. 

En vivo, anuncios de Caputo y repercusiones

La denominada "pauta oficial", los recursos públicos repartidos discrecionalmente a empresarios que pusieron medios de comunicación en muchos casos sin ser "gente de medios", enriqueció a numerosos contratistas del Estado que lo eran en otro orden, y que luego sumaron ese chorro de recursos a sus ingresos, casi sin explicación. Ahora se verá si pueden seguir en el rubro, o rápidamente buscarán beneficio en otras actividades, con la misma facilidad con la que se adaptaron al mundo de las comunicaciones, tantas veces lejano -y hasta ajeno- al del periodismo.

Finalmente resta conocer cuánto pagará "la política" y "la casta". Tal vez no haya quedado claro, o sean parte de una segunda tanda de anuncios, a futuro. La revisión de los cargos no lo es del todo: es simplemente una medida simbólica.

Las provincias inviables y dispendiosas, que siguen de fiesta siempre, gobierne quien gobierne, tienden a seguir igual, ya que serán sus senadores los que permitirán que el gobierno de Milei avance o no, de allí que la discrecionalidad del uso de los recursos del Estado para "estimular" a sus gobernantes no parece haber sido erradicada.

La finalidad de los anuncios resulta lógica y esperable, aunque parecen medidas insuficientes. Y se prevé que la tan mentada motosierra parta al medio a las clases medias, más que a los sectores que se empoderaron con los beneficios del kirchnerismo y la arbitraridad del manejo Estado a lo largo del tiempo.

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