Esta vez, Suarez se verá cara a cara con Fernández
Suarez alquiló un avión a un empresario mendocino y concurrirá a respaldar al Presidente Alberto Fernández en su negociación con los bonistas. Tenía todo listo para reunirse como lo hace habitualmente, en forma virtual, pero la insistencia pudo más.
El gobernador Rodolfo Suarez viajará en un avión privado a Buenos Aires, con el objetivo de reunirse con el presidente Alberto Fernández. Este jueves, el primer mandatario presidirá una nueva reunión de gobernadores en la Residencia Presidencial de Olivos y quiso verlos "cara a cara". El objetivo es la foto y el tema no es la pandemia de covid-19: con los representantes de las provincias presentes pretende dar una fuerte señal de respaldo político, antes de negociar con los bonistas de Wall Street.
El encuentro está previsto para las 17 y esta vez Fernández se encargó de persuadir especialmente a todos los gobernadores para que no falte ninguno a la cita, aunque Córdoba ya anunció que en lugar de Juan Schiaretti concurrirá su vice, Manuel Calvo.
En el caso de Suarez, estaba todo listo para un nuevo encuentro virtual: la notebook dispuesta y el gobernador listo para el intercambio. Pero las llamadas fueron un suficiente aliciente para cambiar de decisión, luego de que se informara de que los funcionarios no saldrían de Mendoza para no tener que cumplir al regreso con la cuarentena obligatoria de 14 días. Suarez evitó excluirse en el decreto que así lo establece para todo mendocino. ¿En qué ir, entonces, si no hay aviones? Hay, pero pero pertenecen a empresarios. En Mendoza no son tantos los que poseen aeronaves para uso particular. Desde Casa de Gobierno contactaron a un consorcio que posee uno -cuyos datos no se han dado a conocer oficialmente- y se asegura que lo alquilaron "al costo", para la ocasión. Viajará solo.
Hasta ahora, la relación entre Fernández y Suarez empezó bien, inclusive concitando el enojo de algunos correligionarios del Gobernador por el entendimiento en el arranque, pero luego se rompió a raíz del reclamo del mendocino por la centralización en la compra y distribución de respiradores para combatir la pandemia, ya que Mendoza había comprado con su esfuerzo una cantidad y la Nación los "secuestró", como se dijo en aquel momento. Eso generó cinco refutaciones del ministro de Salud, Ginés González García y al menos tres alusiones directas e indirectas a Suarez de parte del propio Fernández.
Con el nuevo decreto de prórroga de la cuarentena, el gobernador mendocino decidió acatar sin observaciones la decisión, a fin de limar las asperezas que se habían generado.
El Presidente ha dejado filtrar sus intenciones personales (que a veces chocan con versiones de grupos que integran el Frente de Todos) de honrar la deuda con los bonistas, de alrededor de 68 mil millones de dólares. Sin embargo también se comprende que no se puede pagar en medio de una crisis financiera y económica global. El presidente exige una moratoria de al menos cuatro años -para amortización del capital y la cancelación de los intereses-, y el canje de los títulos a un valor de 38 a 40 centavos de dólar por cada 100. Al respecto, hay una batalla de opiniones de economistas en torno a si Argentina debe o no apurar la negociación, habida cuenta de que como la crisis es mundial, la solución también deberá serlo, más adelante.
El panorama indica que os fondos de inversión rechazan la propuesta de moratoria y aguardan una mejora en los próximos días. Por ello, Fernández quiere ser parte de la negociación con el apoyo del FMI y los 24 gobernadores argentinos de diferente signo político entre ellos y algunos, con diferencias con él.