La última opción

En estos días tan complejos mi mente es un torbellino de recuerdos en los que el pasado se presenta con un matiz sociopolítico de cambios vertiginosos: democracia, dictaduras, populismos. Luchas, traiciones, demagogia, corrupción y muertes.

El Milei positivo, el Milei raro y Villarruel, una Cristina Kirchner en reversa y a toda velocidad

Transito, todavía airosa, la década de los ochenta. Soy testigo vivo de tantas historias contadas, a veces con cierto grado de subjetividad y otra con evidente objetivo político. Tengo memoria de mis días de luchas y esperanzas de un país libre, en paz. Con respeto por las instituciones, por la educación, por la salud.

Hoy que el mundo está en profundas crisis de valores siento que mi permanente accionar por los niños y los adolescentes solo ha tenido un impacto relativo en los distintos gobiernos. Me siento profundamente afectada cuando se que en esas guerras fraticidas hay niños, miles de niños que seguramente no crecerán en un clima de paz, sino de espanto.

El hambre, la violencia, la droga de los niños, en nuestro país no se alimenta de heladeras vacías, de colchones , de platita pre elecciones. Sino con gobiernos austeros, que sean ejemplo, en las política sociales. No al clientelismo que rebaja la dignidad de un pueblo.

2023-2027: El descenso de Dante

Tengo que votar. No lo haré por el presente gobierno corrupto, ni por espejitos de colores, no por aquellos que manipulan , especialmente ,a los jóvenes, no por los que tranzan y son sostenidos por los sindicalistas más réprobos de su historia, no a los que son sostenidos por los Vilas o los Manzanos, no por traidores a principios, no por los se venden por alcanzar el poder. Votaré por quien me asegure un futuro de esfuerzo y trabajo digno, para mis hijos, nietos y bisnietos. Todavía no pueden los actuales hechos destruir mi esperanza.