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Los guió en los Himalayas, se accidentó, lo abandonaron en el camino y le pasaron por arriba

Esto de lo que ahora hablan los diarios del mundo sucedió escalando el K2, en los montes Himalayas. Es la muerte de un sherpa paquistaní que ayudó a los escaladores a subir, pero que cuando se accidentó, fue abandonado.

La historia es dramática además de triste, y enciende la polémica entre los amantes de la montaña. En Mendoza, sabemos sobre los riesgos que implica la actividad y ya el Aconcagua se ha cobrado numerosas vidas entre quienes han intentado hacer cumbre, sobre todo, desde costados más dificultosos o poco explorados.

Esto de lo que ahora hablan los diarios del mundo sucedió escalando el K2, en los montes Himalayas. Es la muerte de un sherpa paquistaní que ayudó a los escaladores a subir, pero que cuando se accidentó, fue abandonado.

La prensa global se interesó por el caso, pero el relato que hizo Kris Annapurna es detallado e impresionante. Indica lo siguiente:

La consternación y la polémica siguen en los titulares de la prensa y los canales de televisión por la muerte de Muhammad Hassan, el porteador paquistaní fallecido mientras trabajaba para los clientes adinerados que estuvieron ascendiendo el K2 (8.611 m), la segunda montaña más alta del mundo, hace pocas semanas. Como contamos días atrás, el 27 de julio de 2023 Muhammad Hassan sufrió un accidente al ser alcanzado por una avalancha que lo desplazó cinco metros hacia abajo en la ruta normal del K2. Después, Hassan fue subido y empujado de nuevo hasta la ruta por algunas personas, pero al estar herido, no pudo moverse solo y fue incapaz de incorporarse o descender. Allí se quedó tumbado en la nieve helada. Aquel día, más de cien personas pasaron por encima del herido y moribundo Hassan, quien yacía en la ruta a 8.200 metros, en la sección denominada como Cuello de Botella.

Nadie ayudó para llevarle abajo y ninguno de los grupos comerciales abortaron su ataque a la cima para salvar la vida de un pobre hombre que pedía ayuda, pero que finalmente fue dejado a su suerte en la zona de la muerte. Es más, en las redes sociales se han filtrado imágenes de un vídeo en las que se ve cómo pasan sobre su cuerpo los clientes y sus ayudantes sherpas, con pasos grandes pero sin ninguna intención de parar y ayudarle. Hassan no tuvo ninguna posibilidad de sobrevivir allí, incapaz de descender solo. Nadie lo bajó y todos se centraron en que no les faltara la foto de cumbre triunfante con la sonrisa obligatoria.

Entre esos grupos y sus clientes también se encontraba la noruega Kristin Harila, quien ascendía hacia la cumbre del K2 cuando ocurrió el accidente. A Harila le faltaba sólo ese "ochomil" para poder terminar en tiempo récord la ascensión de los 14 "ochomiles".

Finalmente, la noruega pudo hacer cumbre y días más tarde anunció en sus redes sociales su llegada programada a Oslo para que sus fans pudieran esperarla en el aeropuerto. Mientras la caza-récords festejaba el final de su proyecto y el consiguiente éxito y los demás clientes volvían a sus casas tras su viaje pagado, una familia en Pakistán quedó rota para siempre. Hassan dejó atrás a tres hijos pequeños huérfanos de padre, y a su mujer.

Las críticas aparecieron en seguida contra todos los grupos y la escaladora comercial noruega Harila, a quien no le quedó otra que dar su versión sobre los hechos en su página web. Primero alegó haber tardado varios días para responder a las críticas por respeto a la familia de Hassan. Sin embargo, uno podría pensar que al ver que se la puso en el ojo del huracán, al final estaba casi "obligada" a dar su versión. Probablemente si el escándalo no hubiese saltado, Harila no hubiera dado explicaciones.

En su página web la noruega se defendió de las críticas hace un par de días escribiendo que su equipo sí que paró para intentar ayudar al porteador accidentado Hassan, dándole algo de oxígeno y colocando a Hassan cabeza hacia arriba ya que el paquistaní yacía cinco metros debajo de la ruta con la cabeza hacia abajo en la montaña. Harila ha afirmado que ella y sus equipo dejaron a Hassan allí porque parecía haber una nueva emergencia más arriba del Cuello de Botella, ya que los fijadores de cuerdas fijas avisaron de una avalancha, y ella siguió adelante con su equipo para ver si estaba todo bien, quedándose su empleado cámara un tiempo más con Hassan. Harila también ha explicado que unos sherpas nepalíes prometieron que iban a alcanzar a Hassan en breve e iban a asistirle después. Pero nadie bajó a Hassan. Harila y sus sherpas siguieron hacia la cumbre y posteriormente se enteraron de que Hassan había fallecido.

El porteador baltí, que aún no había cumplido los 30 años, fue condenado a morir por el desinterés, la falta de ética y la falta de solidaridad de parte de los más de cien clientes que pasaron por encima de él y a su lado, sin ayudarle a bajarse de allí.

¿Dónde quedaron los sherpas nepalíes fuertes que suben y bajan las montañas con mucha agilidad? De los más de cien escaladores que aquél día pasaron por el Cuello de Botella, al menos la mitad fueron sherpas. ¿Por qué la vida del paquistaní Hassan valió menos que la de un turista occidental si hubiera sido ésta última quien hubiera sufrido el accidente? ¿Cuánto valió la vida de este trabajador?

Varias personas conocidas del mundo del alpinismo recientemente han dado su opinión sobre este caso trágico y triste y lo contaremos en breve. Las diferentes reacciones no dejarán indiferente a nadie.

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