Coronabobos

Se pone a prueba si hemos evolucionado como civilización o no

Hay más riesgo de matar al sistema económico y de relaciones por incumplir tontamente con la cuarentena total, que por ser afectados directamente por el coronavirus covid-19. Hay indicios de epidemia de estupidez en el primer día de "cierre total" y hacia allí hay que dirigir las armas disponibles.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

Una serie de incidentes protagonizados por personas que se creen inmunes a la normativa y, por supuesto, a la pandemia de coronavirus covid-19, podría representar la excepción a la regla civilizatoria, o no, la confirmación de lo difícil que le resulta a la humanidad evolucionar socialmente.

En el primer día de cuarentena total en la Argentina ya había gente que consideraba "imprescindible", desde su minúsculo punto de vista, quedar exceptuado de una norma general que fue lanzada -como muy bien lo explicó el presidente Alberto Fernández- a raíz del incumplimiento generalizado de medidas preventivas en materia sanitaria que se habían sugerido anteriormente.

No es que hoy empiece el cuidado de contagio, sino que no nos cuidamos cuando había que hacerlo y, por lo tanto, vivimos bajo una medida extrema que es inédita en la historia.

Nadie puede alegar no haberse enterado cuando hoy en día alguien estornuda en una calle recóndita de Wuhan, en el centro de China, y el "achís"se escucha en milésima de segundos en Estados Unidos, Nueva Zelanda, Nigeria o París.

Como hemos tenido oportunidad de evaluar en otros países, es el comportamiento social lo que mejora o empeora la situación, no solo la capacidad del Estado de dar asistencia y combate.

Lo que estamos viviendo no es una persecución, es una limitación para la prevención y no hay fuerza de seguridad suficiente que en Mendoza pueda controlar fehacientemente que dos millones de personas cumplan la cuarentena (ni tendrían por qué hacerlo a esa escala y tampoco reclamárselo, si fuésemos realmente civilizados.

Lo más probable es que nadie muera por coronavirus o la cifra letal sea ínfima, e inclusive, a raíz de trastornos preexistentes que prediponen al agravamiento del covid-19 en caso de contraerlo.

Los que han llenado hoy, por ejemplo, el Mercado Cooperativo de Guaymallén para comprar un kilito de cada cosa, no morirán de hambre si no lo compran:

Un botón de muestra: el Mercado Cooperativo de Guaymallén, esta mañana.

Pero sí está "boqueando" la economía, con riesgo de sucumbir por inanición.

Si nadie respeta la cuarentena, que es lo más extremo a lo que se puede llegar, quebrarán personas, empresas y gobiernos.

¿No entienden de qué se trata? No habrá plata. Y ni haciendo mil marchas ni esgrimiendo mil discursos sobre "solidaridad" y otras etcéteras absurdas con que la barbarie escuda su subsistencia sin evolucionar. No tendrán a quién pedirle ni trabajo ni subsidios. Y esta consecuencia le cabe tanto a los "nadies" de la sociedad como a los muy engreídos "VIP".

De aquí que esto es una prueba. No hay misticismo ni hay que ser muy santo para formular profecías al respecto: si no respondemos a la consigna de quedarnos en nuestras casas, sí moriremos:

- Morirá nuestro sistema económico: morirá el empleo genuino.

- Morirá cualquier oportunidad de que quienes se caigan del empleo real sean sostenido por la fantasía estatal, que no tendrá a quién cobrarles impuestos.

- Morirán los recursos para sostener servicios esenciales.

- Morirán formas de relacionarnos que hemos cultivado y mejorado durante siglos, para condenarnos al reproche mutuo por no haber estado a la altura de las circunstancias.

La causa de muerte, como vemos, no pasa tanto por un bicho microscópico, ese enemigo invisible a simple vista en esta guerra de todos, sino por los "quintacolumnistas" de nuestro ejército social que juegan a su favor y generan que todos seamos víctimas colaterales de la estupidez.

CoronaBobos.

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