China lanza su Inteligencia Artificial a la competencia con ChatGPT

Los gigantes tecnológicos chinos, como Baidu, Alibaba y NetEase, intentan estar a la altura de los recientes avances occidentales en inteligencia artificial, promocionando proyectos con los que esperan lograr la misma expectación creada por el lanzamiento de ChatGPT.

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Después de meses anunciando recortes de costes y reducciones de plantilla, los grandes grupos presentan ahora con optimismo planes de inversión para rivalizar con el chatbot de OpenAI.

Zhou Hongyi, responsable de la empresa de seguridad en Internet Qihoo 360, cree que ChatGPT, un programa que produce respuestas de texto realistas a preguntas planteadas por humanos, es el comienzo de la revolución de la inteligencia artificial. "Tiene carencias, pero también un potencial ilimitado", aseguró la semana pasada.

La carrera por alcanzar a ChatGPT llega en un momento en que los grupos tecnológicos chinos llevan dos años sufriendo ataques regulatorios e intentando crecer en medio de una ralentización provocada por la pandemia.

Baidu está dando los primeros pasos, con planes para lanzar en los próximos meses un chatbot llamado Ernie en su motor de búsqueda, similar al Bing Chat de Microsoft y al de OpenAI.

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El modelo de IA subyacente al bot ha estado en desarrollo desde 2019. Su última generación, con 260.000 millones de parámetros, es comparable a GPT3, la tecnología que sustenta ChatGPT, en términos de tamaño, aunque opera en un conjunto de datos muy inferior.

Baidu anunciará esta semana más detalles sobre cómo se integrará el chatbot en sus productos, incluidos la búsqueda, los vehículos eléctricos y los asistentes inteligentes.

La noticia del posible lanzamiento del bot Ernie a partir de marzo hizo subir las acciones de Baidu más de un 15%, mientras que Alibaba y NetEase se vieron impulsadas por los avances en sus investigaciones sobre IA.

Las acciones de grupos de IA más pequeños, como Hanwang Technology y CloudWalk Technology, se han duplicado prácticamente en lo que va de año. Este mes, los medios de comunicación estatales lanzaron una advertencia sobre el boom especulativo.

Según el proveedor de datos Tianyancha, desde diciembre, más de una docena de empresas se han apresurado a registrar la marca "ChatGPT" u otras palabras que contengan "GPT" para su uso en todo tipo de sectores, desde instrumentos científicos hasta ropa y ventas publicitarias.

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El gobierno de Beijing dijo que apoyará a las empresas que creen sus propios modelos para equipararse a ChatGPT, mientras que la universidad Fudan de Shanghai ha reunido a más de una docena de ejecutivos de empresas de IA y académicos para analizar el desarrollo, los riesgos de seguridad y los usos de ChatGPT.

Sin embargo, analistas y expertos afirman que el aumento de las cotizaciones bursátiles en torno a cada nuevo anuncio no reflejan lo difícil que será para los grupos chinos replicar rápidamente el software creado por empresas como OpenAI y Google.

Baidu tuvo problemas con su anterior intento de chatbot, conocido como Plato, que, según los analistas, ni siquiera podía responder a una pregunta sencilla como: "¿Cuándo es el cumpleaños del cofundador de Alibaba, Jack Ma?".

Los analistas señalan la falta de texto en chino de alta calidad en Internet y en otros conjuntos de datos como un obstáculo para el entrenamiento del software de IA.

GPT, el programa en el que se basa ChatGPT, se empapó de cientos de miles de documentos académicos, artículos de noticias, libros y mensajes de redes sociales en inglés para aprender los patrones que forman el lenguaje. Por su parte, Ernie, de Baidu, se ha entrenado principalmente con datos en chino y en inglés de Wikipedia y Reddit.

Los costos informáticos de entrenar y ejecutar grandes modelos lingüísticos son también muy elevados. Se calcula que el coste de funcionamiento de ChatGPT, suponiendo que haya 10 millones de usuarios mensuales, asciende a US$ 1 millón al día. Un ejecutivo de una empresa china líder en IA, que pidió mantenerse en el anonimato, señaló que planeaba centrar sus esfuerzos en sectores verticales específicos, como el servicio de atención al cliente, en lugar de apostar por un chatbot conversacional más amplio.

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Es probable que la prohibición de exportar semiconductores avanzados impuesta por Washington agrave el problema de crear suficiente potencia de cálculo para los programas de IA. La normativa estadounidense impide que procesadores como el A100 de Nvidia se exporten a China, lo que encarece y retrasa el entrenamiento de los modelos de IA.

Los analistas de Bernstein calculan que es probable que los grupos chinos hayan almacenado suficiente cantidad de los chips que necesitan a corto plazo, pero señalan que el límite impuesto por Washington significa que las empresas chinas de IA se quedarán rezagadas a medida que avance el hardware.

"Será difícil que las empresas chinas sean competitivas a nivel mundial", afirma Van, de Bernstein.

"Hay muchas empresas que están haciendo anuncios ahora sobre rivales de ChatGPT, pero eso no significa que tengan un producto. Es difícil juzgarlos hasta que podamos probarlos", concluyó.