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¿Entonces, el pisco no es peruano? Lacoste responde y habla de los "piscos" mendocinos y sanjuaninos

Hace unos días, el periódico peruano Gestión publicó una noticia relacionada con la investigación desarrollada en Sevilla por el embajador Gonzalo Gutiérrez, que argumenta haber encontrado indicios irrefutables del uso de la palabra "pisco" para referirse al aguardiente en 1726.

En 2016, la investigación del historiador argentino Pablo Lacoste causó gran revuelo entre los especialistas del mundo del pisco, tanto de Chile como de Perú: en su libro "El Pisco nació en Chile", Lacoste daba a conocer la existencia de un protocolo del imperio español, en el cual se registraban "tres botijas de pisco" en la Hacienda La Torre, ubicada en la actual localidad de Pisco Elqui, detrás de la cordillera.

Se cita un documento, que data de 1733, como el primer registro oficial que se tiene del uso de la palabra "pisco" para referirse al destilado de vino que se hacía en la zona, producto muy apetecido y que era exportado a diversos puntos, principalmente los campamentos mineros de Potosí. Registros posteriores demostraron la masificación del nombre "pisco" para denominar el aguardiente en el valle de Elqui.

De acuerdo con lo contado por el Diario Financiero en Santiago, la contraofensiva no se hizo esperar: diversos historiadores peruanos intentaron infructuosamente desacreditar el descubrimiento. El último golpe provino hace pocos días de parte de parte de Gonzalo Gutiérrez, embajador del Perú ante la Unión Europea, el Reino de Bélgica y el Gran Ducado de Luxemburgo, y uno de los fundadores de la de la Academia Peruana del Pisco.

El trabajo de Gutiérrez, denominado "El Pisco, la primera referencia a su nombre" da cuenta de los hallazgos realizados en el Archivo General de Indias en Sevilla, España: allí se encuentran documentos que utilizan la denominación "Aguardiente de Pisco" y "Botijas de Aguardiente de Pisco" para el producto peruano en transacciones comerciales registradas en 1726 y 1729.

Francisco Hernández, presidente de la Asociación de productores de Pisco A.G., se manifestó extrañado ante esta publicación, ya que no se trata de una evidencia del uso de la palabra "pisco" para nombrar al aguardiente. "El registro que descubrió Lacoste es el primero de una serie de documentos que usan la palabra ‘pisco' para referirse al destilado de uva de nuestra zona pisquera. Existe gran cantidad de registros anteriores a 1733 en los cuales se habla de ‘piscos de aguardiente', pero eso no es muestra de que el producto era efectivamente denominado ‘pisco'. Los documentos del señor Gutiérrez tampoco son prueba de ello".

Pero Lacoste insiste con que el pisco como contenedor existió desde 1773. No hay registros de la existencia de esos contenedores antes de esa fecha.

En los siglos XVII y XVIII se elaboraban y comercializaban muchos aguardientes en el Cono Sur de América. Las zonas vitivinícolas de Perú, Chile y la actual Argentina se dedicaron intensamente a elaborar vinos y destilados. Los productos llegaban a los mercados con distintos nombres, por lo general, asociados al lugar de origen. En Buenos Aires se hicieron famosos los aguardientes de San Juan y de Mendoza. En Perú, los aguardientes de Moquegua, Ica, Pisco y Arequipa. En Chile, los de Coquimbo, Cauquenes, Concepción, etc. "Las referencias son numerosas en las fuentes de la época. En ese sentido, el documento hallado por el embajador Gonzalo Gutiérrez sobre botijas de aguardiente de Pisco, fechadas en la década de 1720 no aporta nada nuevo", consideró Lacoste.

El cambio importante fue usar la palabra "pisco", a secas, como nombre del producto. En Perú, esto ocurrió después de la independencia, en la década de 1820. En cambio en Chile, se comenzó a usar la palabra "pisco" para denominar al aguardiente de uva en la década de 1730 en el Valle de Elqui, según la investigación dirigida por Pablo Lacoste, y publicada en el libro "El pisco nació en Chile". Ese descubrimiento se publicó hace cuatro años, y todavía no ha sido refutado por la historiografía peruana.

"Esta disputa suena ilógica para cualquier persona. ¡Qué importa quién utilizó primero el nombre pisco! Pero el problema radica en que cuando intentamos posicionar nuestro producto en los mercados internacionales, la República del Perú bloquea su comercialización, impugnando el uso de la palabra ‘pisco'. El argumento es que los productores chilenos vulneran la Denominación de Origen Pisco del Perú. Cosa curiosa, considerando que la Denominación de Origen Pisco en Chile es 60 años anterior a la peruana", aseguró Hernández.

Efectivamente, la Denominación de Origen Pisco en Chile data de 1931, lo que la convierte en la D.O. más antigua del continente americano. En tanto, Perú registró su D.O. Pisco en 1991.

Chile se ha visto en la obligación de probar que el uso de la palabra pisco para designar a su aguardiente data de hace siglos, y no se trata de un intento de apropiación del nombre del producto peruano. Incluso, para evitar conflictos, en sus Tratados de Libre Comercio, Chile solicita la protección del pisco chileno, sin perjuicio de los derechos que Perú pueda solicitar para su destilado.

"No nos interesa esta pelea chica, no queremos trabar mercados. Lo que buscamos a través de estas investigaciones es defender nuestro producto, a nuestros productores y a nuestro derecho histórico de llamar a nuestro destilado por su nombre: pisco" manifestó Hernández.

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