Perspectivas

Dar en el blanco: Suarez, de un legado al otro

El gobernador Rodolfo Suarez cranea la creación de un sistema de potabiliación de agua para todo el oasis norte de Mendoza que permita anticiparse "40 o 50 años", según anticipó a. los requerimientos. Por otro lado, los gobernantes de ciudades se miran en el espejo de otras para intercambiar soluciones. Algo está bien y hay que alentarlo.

Periodista y escritor, autor de una docena de libros de ensayo y literatura. En Twitter: @ConteGabriel

El gobernador Rodolfo Suarez, antes de partir a la gira comercial de la que ya participa en Brasil, dejó picando un anuncio -tal vez el legado más importante de su gestión- que completará cuando vuelva, pero sobre todo cuando se cumplan dos pasos más: acordar con los intendentes involucrados en el proyecto y asegurar el financiamiento.

Se trata de un plan que da en el blanco con los requerimientos de la realidad y que sintoniza exactamente con la agenda de Mendoza: agua potable para el área metropolitana en tiempos de escasez hídrica.

Suarez no dijo mucho. En el acto en el que se habilitaron las glamorosas oficias de Sancor en el edificio Avatar de Palmares Valley, el mandatario enunció la idea y movilizó a un puñado grande de empresarios, dirigentes, políticos y periodistas que lo escuchaban.

Hablar de agua es dar en el blanco. Y los trazos generales de lo se que se ha previsto -de acuerdo a lo que Memo pudo reconstruir en medio de la incógnita reinante- es que habrá una nueva toma de agua por sobre la presa de Álvarez Condarco que concatenará no con una sola nueva planta potabilizadora, sino con una serie de pequeñas unidades a tal fin que distribuirán el fluido vital por la mancha urbana creciente del Gran Mendoza.

Este será el legado de Suarez, a quien le queda poco más de un año de mandato, aunque no vea terminada la obra.

Se subraya este dato porque todo el mundo sabe que su ambición primera era que dejaría como marca de su paso por el Sillón de San Martín una reforma constitucional que eliminara las elecciones de medio término, forzara a una responsabilidad en el manejo de las cuentas públicas y dejara en pie solo una cámara legislativa, entre otros propósitos.

Si bien Suarez no quiere descartar que ello suceda, a pesar de los resquemores que genera dentro de la política que les metan la mano en el bolsillo y su "bolsa de empleo", está más que claro que la idea no prendió en la agenda general de una población que sintoniza con los objetivos de la propuesta, pero que no le supo imponer la urgencia que el Gobierno quería darle a su discusión y aprobación.

Con claridad, la agenda de solucionar problemas de Mendoza es anticiparse a ellos y el del suministro de agua potable es central en una zona como la que habitamos y que a él le toca gobernar.

Enredados en un presente que pareciera no tener movimiento, su planteo está lleno de lógica y permite una discusión de otro nivel, salvo que también surjan zancadillas por H o por B, como con tantos otros proyectos de futuro en los que las denominadas "minorías intensas" que se creen mayorías y en su mística autopercepción, sostienen que pueden decidir en nombre de todo el resto de la sociedad.

Todo gobernador niega querer dejar "un legado", y le deja ese trabajo a la historia y el paso de los años. Suarez no es la excepción. Hasta ahora, venía con una característica que le quedaría marcada a fuego por siempre, y que es la búsqueda de un "equilibrio" en las tensiones, exageraciones, parálisis absurdas y autoritarismo que la Nación promovió e impuso durante la pandemia, y sus movimientos al estilo réplicas de terremoto que dejó hasta ahora.

Pero aquello resulta algo más bien sensorial, valorable, pero hacía falta algo más concreto. Pasó de construir un legado a proponer otro. Y eso sí será visto en perspectiva en el futuro, de concretarse finalmente el objetivo planteado. Habrá que aguardar a su regreso para ver cómo se mueven los engranajes de este nuevo desafío que involucra a todo aquel que beba agua: todos.

Mismos problemas, intercambio de soluciones

Por otra parte, una oportunidad de intercambio de propuestas y soluciones para las personas que viven en ciudades con circunstancias y condicionamientos similares se dio en el Encuentro de Ciudades Sostenibles que dos intendentes realizaron en la semana.

La propuesta de Ulpiano Suarez (Ciudad de Mendoza) y Tadeo García Zalazar se dieron cuenta que Mendoza comparte con Chile bastante más realidades que los terremotos.

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Antes que ellos, junto con ellos, otros han buscado trazar túneles de gestión en la cordillera de los Andes para compartir experiencias de uno y otro lado. Allí ya viven la sequía y la escasez de agua, y lo ha sufrido la capital, Santiago, de una manera mucho más violenta que el Gran Mendoza. Es una aglomeración de millones de personas que es "la vecina de al lado" de Mendoza. No puede no ser observada, y no por chusmerío, sino porque lo que les pasa nos puede suceder.

Así, aunque poco repercuta en el norte a veces soberbio de Mendoza, los intendentes de Alvear y Malargüe, Walther Marcolini y Juan Manuel Ojeda, han planteado la necesidad de integración con Chile y también, con provincias vecinas con las que compartimos riqueza pendiente de explotación. Mendoza sola no puede y lo ha demostrado. Alianzas estratégicas para la lucha, pero también para la gestión diaria, son fundamentales. Otro que lo ha señalado es Emir Félix, intendente de San Rafael. Este último prefiere que se haga un túnel en Las Leñas para pasar a Chile y darle una oportunidad a su comuna de crecer. Marcolini apuesta por el paso Vergara - Planchón, de muy baja altura, escasa pendiente y que posibilitaría un nuevo tren trasandino, como se planificó antes de que se construyera el de Las Cuevas, hace mucho más de un siglo. Por allí pasarían trenes con capacidad para llevar dobles contenedores.

El intendente de Las Heras, Daniel Orozco, directamente se fue a Chile a explorar experiencias.

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Es que hay cosas en común. Estamos obligados a la vinculación con Buenos Aires. Pero en lo concreto, somos parte de una región que nos integra con Chile, y también con San Juan y Neuquén, una agricultura que se codea con la de Río Negro y una pelea eterna con La Pampa a la que habría que encontrarle la vuelta de modo tal de sinergizar y defenderse juntas de los abusos del porteñocentrismo.

De modo tal que todo indica que hay indicios ciertos de que las agendas empiezan a incluir temas más palpables y reales que los sueños y ocurrencias que pueden ocasionar acciones esporádicas y efímeras.

El desafío demostrado es saber ir antes de que los problemas exploten del todo, pero sucede con todos los síntomas del deterioro en el "cuerpo" de Mendoza. Hay oportunidades que aprovechar y hay que saber cómo hacerlo.

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