Bodegas de Argentina toma distancia y dice que no pedirá un "dólar vino"
A diferencia de lo que pidió la Coviar al gobierno nacional, desde la entidad que reúne a la mayoría de las bodegas del país, dijeron que ellos no son parte de ese pedido y que apuntan a otras medidas que permitan mejorar la competitividad.
La titular de Bodegas de Argentina, Patricia Ortíz, tomó distancia del pedido que hizo la Coviar al Gobierno nacional para que, tal como se hizo con la soja, se consideré un "dólar vino" para el sector.
Recibí el boletín diario de Memo gratis haciendo clic aquí
La dirigente que encabeza la entidad que reúne a la mayoría de las bodegas del país, dijo que desde Bodegas de Argentina "no estamos pidiendo un dólar diferenciado" porque no les parece que sea el camino para mejorar la situación del sector.
Ortiz dijo que claramente el dólar está muy atrasado y no es el tipo de cambio que debería ser, pero consideró que lo correcto en estos casos lo que se debería ocurrir es un sinceramiento del precio, una devaluación y una recomposición, pero no pedir medidas como el "dólar vino" que vienen a ser "parches" que no llevan a ningún lado y no dan soluciones de fondo.
En conversación con Te Digo lo que Pienso de Radio Nihuil destacó que ya hay 11 tipos de dólares en el país y nadie sabe muy bien cuál le corresponde, por lo que desde su entidad prefieren apuntar a medidas que realmente permitan mejorar la competitividad.
En ese sentido, el pedido de Bodegas de Argentina va en el orden del cambio en el esquema de retenciones y liberar las trabas para las importaciones, las cuales afectan de manera directa al sector y que pueden ser resueltas de manera directa por el ejecutivo nacional.
En una reunión con Pesce plantearon sus inquietudes en materia de insumos, cuestión que accionó el gobierno.
Respecto a los efectos de la crisis, Ortiz destacó que "lo que se está cayendo es el segmento más bajo, tanto el mercado interno como la exportaciones". Diferenció las razones por la caída en ambos frentes, señalando que la caída a nivel local es por la pérdida de poder adquisitivo de la población, mientras que en el plano externo es por una perdida de competitividad.
En ese sentido, destacó que en una comparación con Chile, en una caja promedio de la Argentina, sólo producir el líquido es un 33% más caro que en el vecino país. Si eso se lleva a la botella completa, acá es un 44% más caro que lo que le resulta a un productor trasandino.
A eso, además, se le deben sumar retenciones, costos logísticos, los aranceles por falta de tratados internacionales y otros ítems que terminan haciendo que en un segmento bajo se pierde el espacio en el mercado mundial.