El Gobierno intimó a Freddy Vila para que retire las máquinas del Casino de Mendoza
Este viernes venció la concesión y desde el Gobierno esperan que la empresa retire las máquinas para que desembarque el nuevo adjudicatario del servicio.
Tras la licitación de la nueva concesión de máquinas tragamonedas del Casino de Mendoza, donde la empresa Traylon resultó adjudicataria, este viernes a las 23.59 venció el contrato con Mendoza Central Entretenimiento, de Freddy Vila. Sin embargo, la firma no dio señales de tener intenciones de retirarse, por lo que fue intimada por el Gobierno.
Cerró el Casino de Mendoza y nadie sabe cuándo reabrirá
Desde la medianoche del viernes, el casino central de San Martín y Brasil (Godoy Cruz) cerró sus puertas para que se realice el cambio de operadores. Por lo menos, la sala estará cerrada cinco días, plazo que le dio el gobierno a la empresa de Vila para retirar las máquinas y permitir así la instalación de las tragamonedas de Traylon.
"En el plazo máximo de 5 días corridos, MCE S.A debe retirar sus bienes muebles. En caso de que no cumpla con su obligación legal, los mismos serán retirados con cargo a MCE SA de todos los gastos y los riesgos que su incumplimiento ocasione", señaló el Instituto Provincial de Juegos y Casinos en un comunicado.
Agregó el instituto que preside Ida López: "Todo este proceso se ha llevado adelante conforme a Derecho y mediante resoluciones que han sido puestas en conocimiento y consentidas por el adjudicatario anterior, esto es, Mendoza Central Entretenimientos SA".
Sin embargo, hasta ayer la empresa de Freddy Vila no tenía intenciones de retirarse de la sede central del Casino de Mendoza, ya que había presentado un recurso de amparo para prorrogar la concesión justificando este pedido en presuntas irregularidades durante la última licitación. Concretamente, afirman que la oferta de Traylon es insostenible.
Una vez que se retiren las máquinas y mobiliario instalado por MCE, hay que proceder a cambiar el cableado e instalar las nuevas tragamonedas de Traylon, cuyo propietario es un exsocio de Cristóbal López. En total, serán 700 máquinas que no deberán tener una antigüedad superior a los seis meses, según el contrato.