Exdiputado por Mendoza y funcionario de Kicillof: para Alvaro "no vale la pena pelearnos por ningún sillón del Estado"
El "mendocino" Jorge Pampa Alvaro, que dirige el Puerto de Quequén en Necochea como funcionario de Kicillof, dijo que la plata que hace falta para solucionar los problemas argentinos no se consigue con préstamos del exterior, sino en la renta del campo.
Jorge Pampa Alvaro fue amigo y hasta jefe de Néstor Kirchner en la política universitaria, en La Plata, e integró la conducción nacional de la JUP en los años '70. Se identifica como "profunda, visceral y filosóficamente peronista". Su relación con el expresidente duró mucho tiempo y con solidez. Tanto, que aunque había emigrado a emprender a Mendoza, Kirchner lo puso en la lista de diputados nacionales por esta provincia en 2007, cargo que cumplió hasta 2011.
Terminado el período, creó su propio partido kirchnerista en Mendoza, Compromiso Popular, que no tuvo mayor trascendencia, pero que jugó contra la estructura del PJ sumando el respaldo de Guillermo Pereyra (Propuestas para Mendoza), el malargüino Raúl Rodríguez, Heber Moschetti en Luján y Eduardo Pérez Caram en Ciudad.
Con el ascenso al poder de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires, Alvaro recibió otro convite: ser el director del Puerto de Quequén, y ejerce hoy ese cargo, administrando más que el sector, ya que le toca terciar en disputas políticas, gremiales y además, sin renunciar a los fuertes planteos ideológicos que lo han caracterizado, anclado en los años de la militancia juvenil y que aun levanta como bandera.
Desde allí analizó, en diálogo con la prensa de la ciudad de Necochea, el área de influencia más cercana de su acción, dos aspectos de la realidad: la falta de recursos del Estado y en contraste, lo que considera una altísima rentabilidad del campo, y además, las disputas en el poder central del país que escenifica su partido, el Frente de Todos. Lo hizo tangencialmente, pero se entiende: para Pampa Alvaro, "no se concibe pelearnos por este u otro sillón del Estado, porque el problema lo tiene la derecha, la izquierda y el centro", según dijo, atento a que el poder -de acuerdo con su opinión- lo detentan los dueños del dinero.
Para llegar a esa conclusión, Alvaro primero se preguntó: "¿Cuánto le costó a el Estado argentino mantener desde el año 35 al año 90 lo que se llamó el 'precio sostén'?", en referencia a la época en que se garantizaba al productor agrario un precio mínimo, "o sea, no existía riesgo", expresó.
Ahora, expresó, "que se volcaron las tornas, y que ese sector por una cuestión mundial, de que grandes países empezaron a ser grandes consumidores de granos y cambió radicalmente la posición argentina, y no fue porque nosotros inteligentes fuimos ganando mercados, sino porque el comercio internacional de granos lo manejan muy pocos jugadores, vieron las praderas argentinas y listo, pasa esto que pasa: crecimiento constante de la producción, y por ende crecimiento constante de la apropiación de la renta que genera esa producción.
Esto, dijo, "beneficia a un solo sector y felizmente yo lo recontra celebro; es un próspero sector, que junto al financiero, que más renta acumula en la república por lo menos desde hace 16 años".
"El resto" de la crisis, desde su punto de vista, "son todos problemas sin plata para poder resolverlos". Analizó que "la polémica se centra en de dónde sacar la plata para ocuparse de eso". Lamentó que la respuesta de muchos sectores favorecidos es "que se arregle el Estado, que pida prestado". Ante ello, Alvaro consideró "que el préstamo tiene un límite y es la discusión que tenemos hoy con el FMI, la cantidad de dólares que debemos y la poca capacidad de producción de dólares genuina que tiene el Estado y una objetiva incapacidad de afrontar los tremendos ratios de deuda pública que hay, calculando 400 mil millones de dólares".
Para finalizar, acudió a la ironía, cuando expresó: "Soluciones mágicas no hay. Ahora, esto es algo muy personal, y sin negar la cosa ni huir de mi ideología. Si nosotros sabemos que hay 400 mil dólares que tienen argentinos debajo del colchón y que les conviene más tenerlos como ahorro que invertirlos, y si tenemos sectores que están ganando sumas ingentes de dólares como los que mencionamos, la respuesta está por ahí".
Entonces, para finalizar, el "mendocino" más bonaerense (o viceversa) dejó un mensaje en la botella, que da origen a esta nota: "No se concibe pelearnos por este u otro sillón del Estado, porque el problema lo tiene la derecha, la izquierda y el centro".