Tomás Eloy Martínez, para leer: "Las fábulas"
Un fragmento de "Argentina y otras crónicas", el libro de Tomás Eloy Martínez, de quien se cumplen 10 años de su muerte.
Las fábulas
Una civilización de la barbarie
Exilio es una palabra casi nueva en el lenguaje del sur del continente. Durante mucho tiempo había dejado de oírse hasta que la devolvieron al idioma los derrotados de la Guerra Civil Española. A principios de siglo, al exilio se le llamaba destierro. Un desterrado era un paria privado del único bien que abundaba entonces en estas latitudes, la tierra.
Según el Diccionario de autoridades, exilio significa salto hacia afuera. Las palabras son metáforas y, como tales, expresan la realidad de manera misteriosa. ¿Hacia fuera de qué se salta en el exilio? ¿Del país, de la propia conciencia? ¿Y por qué saltar, verbo que tanto tiene que ver con la fuga precipitada, con el adiós irracional y ciego pero también voluntario? ¿Cuánta voluntad de irse, de saltar, hay en un exiliado?
Los argentinos hemos cultivado el hábito del exilio desde nuestros orígenes como nación. Vivimos saltando hacia fuera, yéndonos, lo cual significa que el adentro es inhóspito, hostil, o por lo menos que hay en el adentro algo que nos repele. Una de las pocas señales de identidad que tenemos en común es, precisamente, esa incomodidad ante la patria, el perpetuo regresar y marcharse que nos desordena las vidas.
José de San Martín, por ejemplo, a quien los sectores más dispares reivindican como el ejemplo superlativo de argentinidad, conoció como pocos la hostilidad y el rechazo del adentro. Permaneció en el país natal menos de un cuarto de la vida: dieciséis años sobre setenta y dos; u once años sobre setenta y dos, si se descuentan los que consagró a la campaña libertadora, en Chile y Perú. Cada vez que intentó volver, lo alejaron con uno u otro pretexto del puerto de Buenos Aires. "No baje usted de su nave", le escribían. "No gaste usted su tiempo en esta tierra de discordia." Juan Bautista Alberdi, que lo visitó en Grand Bourg, conjeturó que San Martín nunca se decidiría a cambiar su apacible retiro francés "por los peligrosos e inquietos goces de su borrascoso país".
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EL AUTOR. Tomás Eloy Martínez es el autor de dos novelas clásicas de la literatura argentina: La novela de Perón (1985; Alfaguara, 2003 y 20 09) y Santa Evita (1995; Alfaguara, 2002 y 2010). Ambas han sido traducidas a más de treinta idiomas y publicadas en más de sesent a países. Ha publicado también otras cuatro novelas, vertidas a por lo menos diez lenguas. Entre ellas, La mano del amo (1991; Alfaguara, 2005), El cantor de tango (2004) y Purgatorio (Alfaguara, 2008). Es autor de los relatos de Lugar común la muerte (1979; Alfaguara, 2009) y La pasión según Trelew (1973; Aguilar, 2004; Alfaguara, 2009). En 2002 El vuelo de la reina fue distinguida con el Premio Alfaguara de Novela; al año siguiente recibió el premio a la mejor novela extranjera del People's Literary Publication House, en Beijing Shanghai.