El círculo vicioso de la educación: la cantidad sinónimo de calidad

Escribe el diputado electo Emanuel Fugazzotto, único legislador que tendrá Mendoza sin pertenecer al oficialismo ni al Frente de Todos.

Emanuel Fugazzotto

En las últimas semanas ha sido noticia la idea que el Gobierno Nacional intenta desarrollar en el país, ni más ni menos, que la ampliación en una hora de la jornada educativa en las escuelas.

Obviamente como todo cambio, genera voces a favor y en contra pero... ¿En qué condiciones se encuentra nuestra provincia para invertir tiempo en esta discusión? En primer lugar tenemos que reconocer que Mendoza cuenta con media hora más de clase que el resto del país y que esta política en materia de jornada educativa lleva casi veinte años, específicamente desde que la Nación delegó las facultades en materia educativa a las provincias.

En este sentido, Mendoza sólo debería incorporar media hora más de clase para sumar esa hora que propone la nación, ahora ¿es la cantidad la que garantiza la calidad educativa? Claramente no, diversos profesionales en el tema han expresado que no es la cantidad la que garantiza mejores resultados educativos, inclusive es evidente que media hora más de jornada de clase que otras provincias del país no han representado un salto cualitativo de Mendoza en la materia.

Por otra parte, nuestra provincia tiene graves falencias que dificultarían cualquier intento de mejorar la calidad del sistema educativo y podríamos resumirlo en: Infraestructura, salario docente, equipamiento escolar, punto aparte para la alimentación de nuestros estudiantes y los refrigerios que reciben que, en voz de los propios docentes, cada vez es menos nutritivo y más vergonzoso darle a nuestros niños, niñas y adolescentes lo que se envía desde la Dirección General de Escuela.

De qué serviría media hora más de clase en una provincia donde se encuentran superpoblados los cursos, donde claramente la demanda en las escuelas técnicas de la provincia han llevado a que existan hasta 60 estudiantes una misma aula, o sin ir más lejos, escuelas donde estudiantes reciben menor frecuencia de jornada de clases porque la infraestructura no permite que asistan en simultáneo y debe repetirse el formato de burbuja que se utilizaba durante la pandemia.

Me vuelvo a preguntar, De qué serviría instalar media hora más de clase, si hay escuelas que no disponen de bancos en condiciones y cantidad suficiente para poder asistir a clases en forma digna, otras que no tienen ni edificio propio y están próximas a ser desalojadas si la Dirección General de Escuelas no resuelve el problema.

Hoy nos encontramos en una contradicción, en un círculo vicioso del cual parece que es imposible salir, donde creemos que la cantidad resuelve los problemas de la ausencia de todo lo demás, donde quieren llevar a discutir en un congreso educativo un sistema pedagógico, pero lo quieren hacer sin discutir las condiciones laborales de docentes y las herramientas con las que disponen las escuelas.

Mendoza tiene la obligación de ordenar las prioridades, Educación siempre es prioridad en todos los discursos de campaña, es una de las pocas áreas en las que nos ponemos de acuerdo rápido todas las fuerzas políticas. Sabemos que hay que invertir y desarrollar, todos y todas, entendemos que la educación es la salida... pero llegó el momento de definir un camino.

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