Monedas: por qué a ellos (los chilenos) les sobran y a nosotros nos faltan

La falta de monedas es uno de los problemas que enfrentan a diario comercios y kioscos de todo el país. La cuestión es que sólo basta cruzar la cordillera para que te llenen de monedas. ¿Por qué sucede?

Apenas cruzas la cordillera hacia Chile se produce un fenómeno que no es común en la Argentina y que incluso por momentos hace que te sientas extraño. Se te llenan los bolsillos de monedas porque en el peaje o en cualquier comercio te dan el vuelto en dinero metálico.

En poco tiempo es posible darse cuenta y notar la diferencia en la cantidad del circulante de monedas que existe en países como Chile, Brasil o cualquier otro en que la economía funcione bajo estándares de normalidad. En la Argentina, en cambio, la cantidad de monedas es notoriamente baja y es un problema en la economía doméstica porque en comercios y kioscos escasean de manera notable.

Por lo antes mencionado, la preocupación es creciente por lo que sucederá cuando a fines de febrero se elimine el billete de $5 pesos y sea reemplazado -por lo menos en la teoría- por las monedas con ese valor. Digo en teoría, porque una vez que se sacó de circulación el billete de $2 el circulante de monedas con ese valor no es ni siquiera cercano y es fácil de comprobar en el día a día.

Entonces, cuando viajas y en los otros países te llenan de monedas, te das cuenta que ese detalle es una muestra más de las diferencias que hay con el resto de los países del vecindario en materia económica.

En Chile, por ejemplo, es posible hacerse de monedas de todos valores y tamaños. Una cuestión clave es que todas las monedas se utilizan y tienen un valor en el día a día de la microeconomía trasandina, a diferencia de lo que ocurre acá, donde las monedas sirven para poco y nada, como las de 25 o 50 centavos que aún están dando vueltas.

Consultado por Memo, el economista Pablo Salvador señaló que una de las razones para esa diferencia que notamos en el circulante de monedas es que "en cualquier país normal, no solamente en Chile, sino que también en Brasil, México o cualquier país de Europa, hay una alta cantidad de monedas circulando y eso es porque la moneda vale y podés comprar cosas. Vos acá en Argentina tenés monedas de $2 y $1 que no te sirven para hacer transacciones y necesitas billetes grandes. Incluso el de $100 tiene cada vez menos valor".

Se van los billetes, pero las monedas no vienen

Una de las preocupaciones principales por la desaparición del billete de $5 es lo que sucederá en las transacciones cotidianas con los vueltos y los redondeos, porque ya existe la experiencia reciente de la desaparición de los billetes de $2 y las complicaciones que generó en los comercios minoristas.

En lo real y operativo al sacarse de circulación los billetes de $2 y $5 se están llevando la mínima denominación a los $10 porque no se asegura la misma cantidad de circulante de metal acuñado respecto del papel que se retira. El ejercicio para darse cuenta de eso es simple y basta con recordar la cantidad de billetes de $2 que tenía cuando existían y compararlo con la cantidad de monedas del mismo valor que han pasado por sus manos en este período.

Ahora la preocupación es saber cómo se hará para manejar la situación de los precios que aún contienen estas unidades, pero se teme que se haga un redondeo hacia arriba cerrando precios en decenas. Distinta sería la situación si (como establece la AFIP) existiera el pago electrónico, pero la realidad indica que son pocos los comercios de barrio o kioscos que lo tienen habilitado.

A la menor cantidad de monedas que se fabrican en comparación con los billetes que salen de circulación, se suma que los bancos de las provincias no reciben cantidades importantes de monedas por el alto costo de los fletes y las que llegan vienen circulando de mano en mano.

En este contexto, los efectos de la inflación son tan fuertes y veloces que los billetes pierden rápidamente su valor, pero en vez de eliminar ciertas denominaciones que ya no tienen valor en la economía real, se asegura que el costo que significa para el Banco Central.

Para comparar volveremos al ejemplo trasandino. En Chile la moneda de menor denominación es la de $10 desde el 2017. En ese año el Banco Central decidió eliminar las monedas de $1 y de $5 y comenzó a regir la regla del redondeo para los pagos en efectivo que terminaran con cifras entre 1 y 9 (explicación en la imagen).

De este modo, el Banco Central dejó en circulación sólo las monedas que tenían un valor real en transacciones diarias. Eliminó las que no tenían valor real, dejó de producirlas y ajustó los detalles para que el dinero que circula tenga valor, haciendo muy común que en todos los niveles de operaciones existan monedas disponibles.

Así, queda demostrado que en este tipo de cuestiones es fundamental las acciones rápidas y certeras de las autoridades monetarias.

Cultura del ahorro

Pero el valor de la moneda física en el país trasandino también de la mano con la denominada cultura del ahorro. Es común que en las familias se regaelen alcancias a los niños para que junten monedas de $10, $50, $100 o $500 pesos chilenos.

Esa cultural del ahorro se mantiene en el tiempo y muchas personas separan monedas de alta denominación, las de $100 o $500, para que una vez que se tenga un número importante se cuenten y se lleven a depositar a una cuenta bancaria.

También están las personas que las juntan y cuando tienen muchas van de compras con ellas, pero allí existe una limitación. Aunque mucha gente no lo sabe, en el vecino país los comercios no están obligados a recibir todas las monedas que les lleven. Las normas trasandinas establecen que están obligados a recibir hasta cincuenta unidades de cada denominación para los pagos. Igualmente, si el comercio lo decide puede superar ese número, pero no puede rechazar un pago con monedas si es menor a las unidades señaladas.

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