Historia

Mendocinos en Malvinas: las islas que emocionan e interpelan

El homenaje a nuestros 649 soldados caídos en combate y a los 1.068 heridos, entre los 23.428 combatientes argentinos que participaron de la guerra cuyo promedio de edad oscilaba los 19 años, tras 74 días de conflicto y 33 enfrentamientos, hasta que los generales Jeremy Moore (comandante inglés) y Mario Benjamín Menéndez (gobernador militar de las islas), establecieron el alto al fuego y la consiguiente rendición argentina el 14 de junio de 1982. Una nota de Gustavo Capone.

El 22 de noviembre de 2.000 se sancionó la Ley N° 25.070 que declaró el 2 de abril como "Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas".

El objetivo de la justa conmemoración pretende recordar la transitoria recuperación de un pedazo de patria que nos pertenece y homenajear a nuestros 649 soldados caídos en combate y a los 1.068 heridos, entre los 23.428 combatientes argentinos que participaron de la guerra cuyo promedio de edad oscilaba los 19 años, tras 74 días de conflicto y 33 enfrentamientos, hasta que los generales Jeremy Moore (comandante inglés) y Mario Benjamín Menéndez (gobernador militar de las islas), establecieron el alto al fuego y la consiguiente rendición argentina el 14 de junio de 1982.

En todo el transcurso de la guerra 359 mendocinos actuaron directamente en combate, de los cuales 17 fallecieron en defensa de la nación. "Bajo la neblina que cubre las islas / fortín ancestral del cielo argentino /dejaron sus vidas Bedini y Giachino /Olivera, Silva, Faur y Miguel /hoy el pueblo llora su destino cruel /implorando al Cristo del Ande lejano /donde brillan nombre como el de Moyano /Miranda, Martínez, Alfaro, Escudero /Almas mendocinas, héroes que recuerdo /yo por ellos ruego, ruego por Granados, /ruego al eterno por Castro y Navarro /cóndores gloriosos que surcan los cielos /vendimiando sueños de estrellas y cerros./Tal vez sean Manzotti, Vázquez o García /corazones criollos de esta tierra mía/que los mendocinos siempre han de llorar /porque su heroísmo no van a olvidar /pues de aquellos hijos que Mendoza prestó /a diecisiete en héroes la muerte convirtió". (Los Trovadores de Cuyo - "Diecisiete héroes de Malvinas").

"Pero madre, ¿qué está pasando acá? / Son igual a mí y aman este lugar, tan lejos de casa,que ni el nombre recuerdo. / ¿Por qué estoy luchando? / ¿Por qué estoy matando?". Replicaba la estrofa siguiente, vislumbrado lo irreparable y absurdo de la guerra.

"Los Pichiciegos" es una novela de ficción del escritor argentino Rodolfo Fogwill. Ambientada en la guerra de las Malvinas, la narración principal transcurría a finales de mayo y principios de junio de 1982 y finaliza cuando los británicos ya han desembarcado en las islas y los soldados argentinos son hechos prisioneros y trasladados a la Argentina.

Fogwill escribió la novela en medio del ambiente bélico creado por la guerra. Entre el 11 y el 17 de junio de 1982, es decir, que terminó su obra tres días después del final de la guerra.

El aporte de Fogwill radicó, entre otros, en construir un relato ficticio más ajustado a la realidad que lo que primaba en el imaginario colectivo argentino, mayoritariamente manipulado por el poder de facto y transmitidos por los medios de comunicación.

En el fondo "el pichiciego" es ese quirquinchito que da la espalda y se esconde en la cueva que él cavó. Fogwill infería que el pueblo le daría la espalda a la locura mesiánica de un trastornado. No fue así. La Plaza de Mayo llena, es otra pregunta que nos hacemos todavía hoy, ante una sociedad argentina a la que le cuesta poco emocionarse (eso no estaría ni bien ni mal) pero que le cuesta mucho aprender (eso sí, estuvo y sigue estando mal).

Raúl Alfonsín, en octubre de 1983 será electo presidente argentino. Durante el conflicto de Malvinas su solitaria posición advirtiendo sobre lo temerario e imprudente del enfrentamiento lo aislaba de todo el arco político y gremial del momento. Mientras tanto, la gran mayoría de los dirigentes argentinos se sumaban a la euforia promovida por la propaganda oficial y reproducida por todos los medios de prensa.

Veinte meses después regresaba la democracia. Alfonsín será Presidente. Pero los diarios en plena guerra sostenían: "Una extensa delegación se trasladó a las islas, así dirigentes políticos que integran la Multipartidaria y sindicalistas de la CGT viajaron a Puerto Argentino junto con jefes militares, para asistir a la asunción del nuevo gobernador militar de las Islas Malvinas, el general Mario Benjamín Menéndez" (Clarín - Abril ?82).

Alfonsín se opuso rotundamente, mientras que hasta muchos radicales lo trataron de traidor.

Martín Antonio Balza es un militar argentino retirado, veterano de la Guerra de las Malvinas, que se desempeñó como Jefe del Ejército Argentino entre el 4 de noviembre de 1991 y el 10 de diciembre de 1999. Actualmente tiene 88 años.

Reconoció públicamente los excesos cometidos por algunos militares durante el Proceso en una cruda autocrítica, lo que le valió la expulsión del Círculo Militar y el repudio de sus propios camaradas. Y siempre sostuvo, desde un primer momento, que era imposible ganar la guerra en Malvinas. Tiene un libro que muestra su posición: "Malvinas; gesta e incompetencia" (Atlántida- 2003).

Fue embajador argentino en Colombia y Costa Rica con gobiernos democráticos. Efectuó declaraciones donde sostuvo que mientras los soldados se enfrentaban en Malvinas, gran parte del pueblo estaba más pendiente de los resultados futbolísticos de Argentina en el mundial de fútbol de España durante 1982, que por la suerte de la guerra.

"El Gráfico" fue la revista deportiva argentina más reconocida de todos los tiempos. Su primer número data de mayo de 1919, el último en enero de 2018. Fue un clásico del mundo futbolero, si bien sus temáticas abordaban el amplio abanico de la totalidad de los deportes. En su rubro fue considerada entre las más prestigiosas del mundo.

En una editorial de mayo de 2014, coincidente con su 96º aniversario de creación, sostenía sobre el debut de Argentina en el Mundial 1982 de España: "El estreno de Argentina en un Mundial es el izamiento simbólico de una bandera. Un acto fundacional. La puerta hacia una aventura colectiva, al margen del resultado en ese debut y de cómo termine el torneo para la Selección. Así recordamos el 2 a 1 a Hungría en 1978, el 3-1 a Corea del Sur en 1986, el 0-1 contra Camerún en 1990, el 2-1 a Nigeria en 1994, el 1-0 a Japón en 1998, el 2-1 a Costa de Marfil en 2006 o los 1-0 a Nigeria en 2002 y 2010, como días felices que pusieron fin a la abstinencia mundialista futbolera.

La excepción es el domingo 13 de junio de 1982. Argentina perdió 1-0 contra Bélgica, pero ese partido, mirado en perspectiva, es un absurdo que solo se entiende en el delirio de un país en dictadura. (...) Aquel debut se jugó en simultáneo a los combates finales en las Malvinas. A la misma hora en que la Selección se presentaba en el Camp Nou (Barcelona), la artillería inglesa recuperaba los montes cercanos a Puerto Argentino y avanzaba hacia la capital de las islas. Nuestros soldados retrocedían. El final de la guerra sería cuestión de horas.

Al día siguiente, el lunes 14 de junio de 1982, mientras la patria futbolera lamentaba la derrota en España, los militares argentinos firmaron la rendición. Si hubiera sido posible dividir la pantalla de los televisores en dos (como sucede en las definiciones de los campeonatos), en una mitad habríamos visto el comienzo del Mundial y en la otra, la definición de la guerra".

Síntesis y "al pie del cañón"

Malvinas, va más allá de su lógica y de la justa causa nacional. Malvinas además condensa la dificultad para pensar políticas de Estado para el largo plazo; nuestra incomodidad para procesar las muertes trágicas colectivas y despierta siempre la inquietante pregunta de hasta qué punto somos una sociedad que puede maltratar a sus jóvenes hasta empujarlos al suicidio.

En democracia todavía no hemos podido saldar esas deudas; por ende, la conmemoración de este hecho sigue habilitando espacios para la emoción, la discusión y el debate, pero de una vez por todas, no solo circunscribiéndolo al merecido patriótico recuerdo, sino además generando escenarios serios para poder pensar desde nuestros derechos soberanos sobre Malvinas, nuestra inserción en el mundo de hoy y la directa proyección hacia el futuro.

Veteranos de Malvinas de Mendoza.

Ese es el mejor homenaje que nuestro sector dirigente, junto a la sociedad toda, puede brindar a los héroes veteranos y a los caídos en la guerra. En síntesis, qué estamos haciendo por ese veterano de Malvinas, pero sobre todo qué país estamos construyendo para ese nieto del veterano de Malvinas.

Enfermeras en Malvinas.

Terminaré con lo que podría ser una octava crónica a las anteriores siete presentadas. Héroes de Malvinas son también aquellas 14 mujeres que estuvieron "al pie del cañón" para curar heridas físicas y espirituales en el corazón de las islas y en pleno conflicto. Las "Mujeres Invisibles", deuda imperdonable de muchos para con aquellas enfermeras que atendieron desde su rol profesional, y con edades adolescentes, a los soldados de la patria en los hospitales de campaña de Malvinas. Reitero, otra deuda imperdonable (como a lo largo de toda la historiografía argentina) con la mujer argentina.

Mujeres curadoras esas enfermeras, como las muchísimas madres que se quedaron esperando aquel muchacho que no volvió, o que tuvieron que curar con lo que pudieron a su hijo, y contener a ese bravo "veterano" de guerra, un hombre y un soldado que llegó herido con tan solo 18 años heroicos.

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