Arqueólogos hallan restos incas que probarían su presencia al sur del río Mendoza

El descubrimiento en la Laguna del Diamante de los sitios LD-S25 y LD-S26 muestra claramente que estos pueblos ocuparon y controlaron los ambientes cordilleranos entre los ríos Mendoza y Diamante. Además, evidencia que construyeron en la caldera del Maipo un espacio sagrado. Participaron arqueólogos del ICB de UNCUYO-CONICET. También personal de Recursos Naturales y Gendarmería.

Un grupo de arqueólogos del Instituto Interdisciplinario de Ciencias Básicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (ICB, UNCUYO-CONICET), acompañados por personal de la Dirección de Recursos Naturales del Gobierno de Mendoza y Gendarmería Nacional, realizó descubrimientos de suma relevancia en los faldeos del volcán Maipo, dentro del Área Natural Protegida Laguna del Diamante, en San Carlos. Se trata de dos sitios arqueológicos con estructuras arquitectónicas numerosas y complejas que pueden asociarse a los Incas.

El denominado LD-S25 incluye más de 20 estructuras generadas mediante muros bajos de roca; entre las que se destacan recintos y espacios pircados con formas rectangulares, uno de ellos de grandes dimensiones (57 por 10 metros); recintos con plantas circulares de alrededor de 3 metros de diámetro; un camino de acceso de 40 metros con sus límites demarcados con rocas medianas y pequeñas, un muro doble lineal de 20 metros y dos pisos empedrados.

El otro sitio arqueológico, denominado LD-S26, está conformado también por un conjunto importante de estructuras pircadas, pero en este caso predominan las de planta circular que se destacan por sus dimensiones (algunas de alrededor de 10 metros de diámetro) y por tener en sus centros apilamientos de rocas que, estiman los arqueólogos, debieron tener forma de columnas antes de derrumbarse parcialmente. Estas columnas de piedra que aparecen tanto dentro como fuera de los grandes círculos de LD-S26, en la época de los Incas, recibieron el nombre de topus o sayhuas y servían para marcar distancias, límites y también, como en este caso, para hacer observaciones astronómicas.

De izquierda a derecha Beto Orellano, Jimena Martínez, Agustín Castillo y Sol Zárate.

El primer estudio de los sitios LD-S25 y LD-S26 fue realizado el día 5 de marzo por un grupo de investigación conformado por Víctor Durán (Investigador del CONICET y docente de la UNCUYO), María Sol Zárate Bernardi (Becaria doctoral del CONICET y docente de la UNCUYO), Agustín Castillo (estudiante de la carrera de Arqueología de la UNCUYO), Alberto Orellano y Jimena Martínez (Dirección de Recursos Naturales del Gobierno de la Provincia de Mendoza).

Estos nuevos hallazgos son cruciales para la Arqueología de la región que ha considerado históricamente que los Incas establecieron su límite meridional en el valle del río Mendoza, por donde pasaba el Qhapac Ñan (el Camino del Inca). Tanto en Chile como en Argentina predominan posiciones que consideran que los ambientes cordilleranos altos de las cuencas de los ríos Maipo y Diamante fueron ocupados, hasta momentos históricos recientes, por sociedades cazadoras-recolectoras procedentes de las planicies orientales.

"El haber encontrado los sitios LD-S25 y LD-S26 muestra claramente que los Incas ocuparon y controlaron los ambientes cordilleranos ubicados entre los ríos Mendoza y Diamante y que construyeron en la Caldera del Maipo un espacio sagrado que seguramente tenía al volcán Maipo y a la Laguna del Diamante como wacas", afirmaron los investigadores.

Más detalles

Con respecto a los topus o sayhuas, los investigadores argumentan que existe una posibilidad de que se hayan usado para marcar la salida y puesta del sol durante los solsticios o equinoccios. "La asociación de este sitio a observaciones astronómicas es por lo pronto una hipótesis, que se ha generado al tener en cuenta que algunas de las estructuras circulares están alineadas y otras pueden alinearse con puntos naturales que se destacan en el paisaje, por ejemplo la cima del volcán Maipo o las cumbres de otros cerros y también portezuelos", dijeron.

Por otra parte, relevaron apilamientos de forma cónica o piramidal ubicados en cumbres menores situadas al poniente, que "son claramente visibles desde el sitio y pueden haber marcado la puesta del sol". Aunque los estudios arqueoastronómicos recién comienzan a proyectarse, los especialistas estiman que arrojarán resultados muy novedosos.

Mojón en la cumbre de un cerro menor ubicado a 1,75 km de LD S26.

Coincidencias clave

Por lo pronto, este equipo, que se conformó cuando Pérez y Palacios Prado al hacer estudios de aerofotogrametría descubrieron en imágenes satelitales los sitios LD-S25 y LD-S26 y convocaron por experiencia en sitios incas de Chile a Durán, propone que LD-S26 fue un enorme instrumento de medición astronómica generado por los incas, que debió vincularse al sitio LD-S25 y que ambos fueron el lugar de destino de un camino ceremonial. "De una ruta de peregrinaje, que partía de la actual ciudad de Santiago donde los incas establecieron una capital provincial un siglo antes de la llegada de los españoles a Chile Central y Cuyo", adelantan.

Además, en ambos sitios aparecen marcas de rayos sobre grandes bloques oscuros. "Se estima que a través de estas marcas, que en ocasiones hacían los propios Incas logrando formas similares, se veneraba al dios del rayo (Illapa o Tunupa)", explicaron, destacando que este tipo de prácticas ha sido registrado en otros lugares de Argentina, Chile y Bolivia en asociación con la expansión inca.

Marca de rayo en LD S25.

Vista del sitio LD S25.

Camino de acceso al sitio LD S25 Volcán Maipo al fondo.

Vista del sitio LD S25 con la Laguna del Diamante al fondo.