Así quedó la plaza que rinde tributo al artista plástico Ramiro Quesada
Una serie de tótems de hormigón se erigen replicando algunas de sus obras, con el aporte de sus amigos y artistas Paula Lavoisier, Alberto Di Cesare, Mauricio Waissman, Ludovico Zanettini y Sergio Hellin. El terreno tiene 2.198 m2 y está ubicado en la calle Julio A. Roca al 5500, entre las calles Higuerita y La Purísima del distrito Buena Nueva.
Anoche, la Municipalidad de Guaymallén brindó un cálido y merecido reconocimiento a Ramiro Quesada en el espacio verde recuperado que lleva su nombre como homenaje. A nueve meses de su partida, su talento permite mantener vivo el recuerdo en múltiples rincones del departamento y, de la misma manera, su vínculo humano. Fue un gran arquitecto, pintor y poeta; un ser especial, entusiasta, alegre, visionario, libre, generoso y un amigo incondicional.
Parte de una familia de artistas plásticos encabezada por su padre, Luis Quesada, egresó de la Facultad de Arquitectura y poco después inició su actividad en la comuna. Tanto en la función pública como en la privada, supo compatibilizar la profesión con su capacidad y su notable creatividad. Se lo consideraba un "jazzista de la pintura", con el atrevimiento y las ganas de improvisar que eso implica. Por eso, jamás dejó de innovar y sorprender con su obra, donde el dibujo y la pintura fueron pilares, aunque también desarrolló otras actividades no convencionales, como instalaciones, ambientaciones y expresiones multimediales. Creó plazas y parques y, a través del color, de las formas geométricas y de sus personajes, logró un lazo único entre las artes plásticas y la arquitectura del paisaje urbano. Fue así que le otorgó carácter, identidad y un gran valor a los espacios públicos de Guaymallén. Entre los más recientes, la delegación Las Cañas, los polideportivos Poliguay y Joaquín Salvador Lavado "Quino", el apeadero ubicado en calle Azcuénaga y los jardines maternales Huilén, Arroz con leche, Cumelén y Amanecer.
Por todo esto, su paso indeleble por Guaymallén ahora queda sellado en un plaza totalmente renovada. En ella, una serie de tótems de hormigón se erigen replicando algunas de sus obras, con el aporte de sus amigos y artistas Paula Lavoisier, Alberto Di Cesare, Mauricio Waissman, Ludovico Zanettini y Sergio Hellin. El terreno tiene 2.198 m2 y está ubicado en la calle Julio A. Roca al 5500, entre las calles Higuerita y La Purísima del distrito Buena Nueva. Durante la habilitación del predio, Marcelino Iglesias resaltó la capacidad, el aporte y la valiosa necesidad que tenía Ramiro de dejar un legado. Finalmente, agregó: "Esto es una gran obra de arte en honor a quien fue, es y será siempre parte de Guaymallén".
En cuanto a las mejoras, la premisa fue generar un espacio verde respetando los olivos del lugar, ya que en la zona había una finca olivícola, y convertirlo en un punto de encuentro y esparcimiento para los vecinos del barrio Natania y alrededores. En base a esto, se incorporó una pista de salud sobre la margen norte de calle Roca; y, en el interior del predio, se establecieron las áreas de recreación para niños y adultos, con juegos infantiles, mesas y bancos de hormigón. El equipamiento se completa con bebederos y papeleros, que acompañan el recorrido de los caminos principales; más alumbrado con tecnología LED y sistema de riego automatizado para optimizar el uso del agua y evitar derroches. Vale mencionar que en los sectores circundantes se colocaron especies vegetales de alto valor ornamental y de bajo requerimiento hídrico, que se complementan con lo existente y enfatizan la idea de generar un lugar confortable y apto para el desarrollo de distintas actividades. Particularmente, se riegan mediante un procedimiento mixto de goteo y aspersores, vinculados a una cisterna nueva.
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