El Banco de Vinos de Mendoza y su mecanismo para que no caiga el precio del vino en el país

Alfredo Aciar es el director Ejecutivo del Banco de Vinos. En una entrevista con Memo contó en qué se basa el funcionamiento interno de la entidad que controla el stock vínico de Argentina, ya que Mendoza tiene más del 80 por ciento del total nacional.

En agosto de 2020, la Legislatura aprobó la ley 9.245 mediante la que se creó en Mendoza el denominado Banco de Vinos. Ya en funcionamiento pleno desde este año, la pregunta que surge es cómo está andando esa entidad que funciona bajo la órbita del Ministerio de Economía y Energía de la provincia y de qué se trata, en concreto, la tarea que realiza.

Para ello, Memo consultó al Licenciado en Economía, Alfredo Aciar, que es precisamente el director Ejecutivo del banco. Que fue presentado en su momento, vale refrescar, como un "instrumento de política pública que otorgará mayor estabilidad y sostenibilidad al sector, generando un marco de previsibilidad en la industria y toda su cadena de valor".

-¿Cómo funciona el Banco de Vinos?

-Yo llevo como 20 años más o menos en el sector haciendo política vitivinícola. Y este tema del Banco de Vinos es una iniciativa nueva e innovadora. Nosotros nos jugamos mucho mucho para estar a la altura de las nuevas formas de hacer política vitivinícola y es realmente muy innovadora la propuesta.

Fue creado por una ley y su respectivo decreto reglamentario. Esa ley es muy clara y nos indica una meta por dónde circular de lo que sería recomendable en materia de stock vínico. Justamente porque lo que se intenta hacer desde esta institución gubernamental es controlar el stock vínico en Argentina. Ya que Mendoza tiene el 80% de los vinos del país.

En sus inicios, recordó Aciar, quisieron sumar a San Juan para tener el 95% del vino argentino, "pero por motivos políticos no quisieron acompañarnos en esta primera", subrayó el economista.

Y siguió: "La meta es clarísima. Los bancos centrales tienen como propósito la inflation target o lo que se denomina una meta de inflación. Siguen una senda en donde dicen ‘no podemos tener ni más ni menos inflación que determinado número'. La ley de Banco de Vinos indica que en materia de stock vínico debemos estar entre los cuatro o cinco meses de comercialización. Es decir, tener guardado en bodega en forma disponible no más de cinco meses de comercialización".

-¿Para qué se controla el stock vínico?

-Durante los últimos 25 años, nosotros estudiamos todo esto a través de un modelo econométrico de dos variables; una, el stock vínico y la otra, el precio real del vino, que es sin inflación. Allí, encontramos un comportamiento y una relación inversa; cuando el stock vínico aumenta, los precios caen y cuando baja, suben. Hasta ahí, pura micro economía.

El valor agregado de esto es que en la franja de entre los cuatro y cinco meses de stock, encontramos que eran precios relativamente rentables para la producción y vendibles para quienes lo comercializan. Es un equilibrio. Si el stock se encuentra por encima de los cinco meses, empieza a caer el precio. Si llegás a los siete meses, son precios de ruina para los productores.

-¿Cuál es el mecanismo que implementan para no superar los cinco meses de stock?

-El mecanismo que tenemos es igual que el de un banco central y por eso es que se llama Banco de Vinos. Cuando sobra dinero, un banco emite unos ‘papelitos' que se llaman Letras, por ejemplo, para cambiarlos por el dinero que sobra, mediante una tasa de interés. Eso mismo intentamos copiar nosotros; cuando sobra vino salimos a captar esos depósitos a cambio de una renta.

Es decir, a quienes tienen vino y saben que no lo van a vender porque es un excedente, viene y lo deposita con ese papelito en el banco. Le dice al Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) ‘yo este vino lo saco de la disponibilidad para ser comercializado' y allí queda como bloqueado. Esto se hace de manera voluntaria, a cambio justamente del beneficio financiero mencionado.

El 1° de mayo de 2021, en su discurso de apertura de sesiones ordinarias, el Gobernador de Mendoza, Rodolfo Suarez, dijo que el Banco de Vinos sería "una herramienta financiera que termine con las recurrentes crisis vitivinícolas que llevan a nuestra industria a sufrir problemas, no sólo por la macroeconomía, sino por la estructura propia de la cadena". ¿Eso se cumplió?

-En realidad el gobernador se refirió a los ciclos vitivinícolas, que es precisamente el estudio de los precios que expliqué con anterioridad, tienen -más allá del gobierno, el tipo de cambio y las diferentes variables- un comportamiento cíclico. Sube durante dos años y medio y cae durante tres años y medio y de vuelta lo mismo. Eso es un promedio. Es decir, que el ciclo de punta a punta dura seis años.

Así que aún no podemos saber si se cumplió porque es muy poco el tiempo transcurrido. Pero estimo que en el lapso de unos tres años, desde el inicio del banco, se podrá saber. Y, allí, evaluar el ciclo de precios antes y después de la existencia de la entidad.

Nuestra aspiración, en definitiva, es que los ciclos no sean tan fuertes; que no suba tanto como ha ocurrido y que no caiga tanto tampoco. Vale decir, estabilizar el ingreso real para los productores y el insumo principal a los bodegueros que comercializan y que puedan venderlo bien en el mercado externo también.

El Banco de Vinos tiene en cuenta la cadena completa. Cuando inauguramos, el stock estaba entre cuatro y cinco meses y hasta junio de este año ha estado así. Recién en esa fecha, pasó los cinco meses. Desde allí a la actualidad, ha venido subiendo. Hoy está en 5.5, pero la tendencia es que va creciendo.

-¿Eso por qué sucede?

-Porque se va vendiendo cada vez menos por las distintas razones que ya conocemos todos, como la inflación y demás. En exportación si bien crecemos poquito en fraccionado, en granel estamos cayendo porque el año pasado se vendió mucho pero muy barato. Sobre todo, a mercados europeos.

Entonces, en la cuenta de los litros está bajando la venta y eso hace crecer el stock. Así que ahora el 1° de diciembre vamos a salir a captar depósitos para tratar de absorber ese pequeño excedente de 0.5 de comercialización.

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