Entrevista

En primera persona, el testimonio sobre la esclavitud y torturas en las FARC: "Es comparable al nazismo"

El Mayor General (R) Luis Mendieta contó en diálogo con el programa "Tormenta de Ideas" por radio Nihuil, cómo fue su secuestro, cautiverio y liberación. Sus 12 años en poder de la guerrilla de las FARC en Colombia, el horror de su accionar y el aniversario de los Acuerdos de Paz. El diálogo con Gabriel Conte y Santiago Montiveros, para leer, ver y escuchar.

G. Conte y S. Montiveros

Hace 23 años, más de 2.000 hombres de las FARC (Fuerzas Aradas Revolucionarias de Colombia) atacaron la estación de Policía de la localidad de Mitú con bombas, granadas y ráfagas de disparos de ametralladoras. Eran las 4:35 de la mañana del 1 de noviembre de 1998, cuando la pesadilla comenzó y dejó a 16 policías, 24 miembros del Ejército y 11 civiles muertos. 61 policías fueron secuestrados, entre ellos Luis Mendieta.

Permaneció 12 años secuestrado. En algunos períodos, pudo mandar pruebas de vida a su familia, mediante cartas. Luego, le fue negado y la familia pensó lo peor. A él mismo se le dijo que había muerto uno de sus hijos, como una forma de torturarlo mentalmente. Cuando recuperó la libertad en un operativo ordenado por el expresidente Álvaro Uribe, Mendieta comprobó la mentira.

Hoy, en tiempos en que se conmemoran los 5 años desde que se firmaron los históricos Acuerdos de Paz y en el que Mendieta fue uno de los negociadores en La Habana, como víctima, reniega de la suerte de miles como él que fueron torturados, vejados, esclavizados, frente a los dirigentes guerrilleros que hoy hasta ocupan escaños en el Congreso y rinden tributo a líderes de las FARC, como el reciente homenaje a "Mono Jojoy" por parte de la congresista Sandra Ramírez.

Álvaro Uribe: "Colombia sufre una gran violencia del narcoterrorismo"

Mendieta habló con el programa "Tormenta de Ideas" (sábados a las 8.30 por radio Nihuil) y contó cómo fue secuestrado, cómo vivió el cautiverio y el reencuentro con su familia, doce años después. Contó cómo trancurre sus días hoy, en medio de pesadillas y el reclamo de justicia.

Para Mendieta, el horror de la guerrilla es comparable a la de los nazis y lo cuenta en esta nota que se puede leer, escuchar y ver:

-Queremos saber qué siente usted hoy después de firmados estos acuerdos y si lo satisfacen como una persona que estuvo en un cargo oficial de alto nivel y que fue secuestrado y sufrió las tortugas durante 12 años por parte de las FARC.

-Pienso que que fueron 12 años en los cuales estuvimos con unos compañeros secuestrados, sometidos a sus tratos crueles inhumanos, degradantes. A las torturas y a lo que usted ya ha relatado, que hace parte de una carta que le envié a mis seres queridos cuando hubo una oportunidad de unas pruebas de supervivencia. Pero pensaría que en estos 5 años del acuerdo, pues han sido casi que totalmente perdidos, desde el punto de vista de las víctimas que sufrieron en todas las inclemencias de los tratos que proporcionaron los integrantes de las FARC. Quienes han salido, por supuesto, han sido los integrantes de esta agrupación. Si hacemos un resumen, dejaron amarrado en el acuerdo unas circunscripciones donde van a poder elegir otros 16 representantes en las zonas en donde ellos incidieron durante tantos años. Se creó una jurisdicción especial para la paz, una comisión de la verdad, una unidad de búsqueda desaparecidos y aparte de eso también se creó la unidad nacional de protección, una parte especial de protección de ellos, donde más o menos más de 1.300 de sus integrantes están en este momento ocupando los diferentes puestos en esa institución especialmente de protección. Aparte de eso, se destinó recursos del Estado, presupuesto nacional para las diferentes zonas del país donde ellos estuvieron ejerciendo ese accionar violento. También de regalías, que es un rubro también presupuestal por parte del Estado y la ayuda internacional de los países donantes, pues va siempre dirigida a ellos en esos planes de desmovilización, desarme, reintegración y registración. Han tenido todos los privilegios y se me olvidaba un magistrado en el Consejo Nacional Electoral, por lo tanto pueden incidir en las decisiones que se van a tomar en las próximas elecciones. 

Samper: "Con Unasur vigente estaríamos haciendo nuestras propias vacunas"

Por lo tanto, pensaría que han sido únicamente los integrantes de las FARC los que combinaron sus diferentes estrategias, seguramente para llegar al poder. Yo recuerdo que del año 1999 al 2002, cuando también se adelantó el proceso con el presidente (Andrés) Pastrana, pues estamos nosotros en esas jaulas de concentración, ahí encerrados, con esas cadenas y candados, los escuchamos decir que si el proceso de paz tenía éxito en el tiempo de presidentes Pastrana, pues obviamente seguirían combinando sus formas de lucha para llegar al poder. Una parte seguiría con la actividad política, pero otra parte seguiría armada haciendo toda clase de acciones violentas. Y vemos que en el proceso del padre presidente Santos se cometió está, indelicadeza podríamos decir, y no se hizo caso a esas observaciones. Hoy vemos que tienen un brazo político en el Congreso de la República, y toda la institucionalidad que se creo, y por supuesto tienen un brazo armado que está en este momento delinquiendo en el monte. 

-¿Cómo recuerda usted el día en que fue secuestrado?¿Cómo lo vivió?¿Qué pasó?

-Fue el primero de noviembre del año 1998, cuando me encontraba como comandante de una estación de policía en Mitú, donde incursionaron 2.000 integrantes de esta agrupación terrorista utilizando armas no convencionales que se llaman cilindros bomba, también utilizando armamento pesado como las bazucas, explosivos plásticos y una cantidad de elementos y artefactos que ellos fabrican y que fueron utilizados, no solo para atacar nuestra instalación policial, sino atacar a la población civil. Como resultado 17 compañeros murieron allí, quedaron destrozados, incinerados por la acción violenta de estos terroristas. Después en el apoyo murieron otros 19 integrantes de la fuerza pública, 15 del Ejército y 4 la Policía Nacional. Pero también ese día en los integrantes de las FARC sacaron de las residencias a la población civil sin hacer caso de ese principio de distinción y, por lo tanto, allí colocaron de rodillas e incluso en algunas residencias, fusilaron a integrantes de la población civil, cometiendo esos crímenes de guerra, esos crímenes de lesa humanidad que hemos relatado continuamente.

-¿Cómo transcurrió viendo el secuestro con viviendo con el enemigo? ¿Cómo era festejar un cumpleaños y no tener durante 12 años contacto con su familia?¿Qué fue lo peor que le tocó transcurrir en ese secuestro?

-En esos es casi 12 años, al comienzo con algunas cosas en el cuello y amarrados en las manos, pero posteriormente cuando construyeron esas jaulas de concentración, similares, pero más pequeñas que las de la Segunda Guerra Mundial, allí nos encerraron y posteriormente nos colocaron cadenas,  candados en el cuello y ya nos tocaba caminar por la selva durante todo ese tiempo. Fuimos sometidos a clases de vejámenes que ya he relacionado. Por lo tanto esos 12 años fueron de sufrimiento permanente, no solo por nuestra condición de estar ahí como secuestrados, sino también porque en el tiempo posterior del presidente Pastrana, cuando se inicia el periodo del presidente (Álvaro) Uribe, pues no permitieron pruebas de supervivencia nuestra hacia nuestras familias. 

Francisco Ljubetic, exfiscal chileno: "Si la violencia mapuche sucediera en Buenos Aires, ya la habrían controlado"

Por lo tanto, nuestros seres queridos durante más de 6 años no tuvieron conocimiento si nosotros estábamos vivos o muertos y por lo tanto ahí se trató también de una desaparición forzada. Relatar toda clase de inclemencias que sufrimos durante esos casi 12 años, hasta el 13 de junio del año 2010, cuando el Ejército Nacional, en la Operación Camaleón, me rescató junto con con otros 13 compañeros. Gracias a ese milagro de Dios, pues estamos nuevamente disfrutando la vida disfrutando la libertad y estar con seres queridos.

-Uno escucha testimonios de otras personas que tuvieron que sufrieron un secuestro un confinamiento similar al suyo y se habla mucho del vínculo, la relación que se puede llegar a tener con alguno de los secuestradores. ¿En su caso pudo establecer algún vínculo de cercanía? No digo amistad, pero un trato ameno al menos.

-Durante todo ese tiempo ellos tenían fusibles, nos estaban apuntando, estábamos en aulas. Por lo tanto el trato pues era agresivo, fuerte y especialmente cuando se presentaron determinada situación en el país cómo fue la operación Jaque, que trajo la libertad a Ingrid Betancourt, los tres americanos y 11 integrantes de la fuerza pública. Pero también cuando se voló un compañero nuestro, el intendente Pinchado. En ese tiempo pues tomaron medidas represivas y por lo tanto ahí sufrimos peor las inclemencias. Posteriormente, ellos se iniciaron hacer una actividad de mediación con el caso del gobierno venezolano, unas liberaciones unilaterales y quien estaba con nosotros en el último tiempo era Alan Jara, y a él no sacaron de la jaula y se lo llevaron a la libertad. Quedamos cuatro integrantes de la fuerza pública, los últimos, y en ese tiempo nos quitaron unos radios portátiles donde podíamos tener comunicación. Es decir, escuchar noticias, escuchar música, pero duramos más de año y medio totalmente incomunicados, es decir nos aislaron allí. Aparte de eso también nos dieron información, en el caso personal, que un hijo mío había muerto en un accidente de tránsito y me vine a  enterar cuando ya regresé a la libertad que eso no era cierto. Nos sometieron no sólo a esos tratos crueles, sino también a esa tortura psicológica durante mucho tiempo, porque pues no tenía como enterarme de que eso era una noticia falsa.

Las jaulas de concentración de las FARC, filmadas por la propia guerrilla. 

-¿Tuvo contacto con Ingrid Betancourt durante su confinamiento? 

-Durante un tiempo, y sobre todo cuando redactamos la marcha de la muerte, que nos llevaban a 38 secuestrados que estábamos allí. Éramos 28 integrantes de la fuerza pública, 10 civiles, algunos dirigentes políticos y los tres americanos en una marcha qué denominamos de la muerte. Nos tenían separados en esa marcha pues pudimos hablar unas dos o tres veces únicamente. Por lo tanto diría que ese es el relato de esa cercanía porque nos tuvieron encerrados en dos jaulas diferentes.

-¿Siente que ha triunfado finalmente o se siente todavía como una víctima?

-Por eso se trata de un crimen de lesa humanidad, porque las escuelas físicas y psíquicas de las que hablé son de por vida. La afectación no sólo fue contra quiénes estuvimos ahí en esa jaula, sino contra las familias y en el caso personal yo contigo soñándome que estoy allí secuestrado, que estoy con esas cadenas y candados, y mi señora es la que me despierta de esas pesadillas. Aparte de esa situación de pesadillas, diría que trato de llevar mi vida de la mejor manera posible, con la ayuda de Dios, por supuesto mi esposa, con mis hijos y estar disfrutando la libertad. Dada la situación de los últimos tiempos a raíz del proceso de paz y con un periodista, Erwin Hoyos Medina, que ejerció toda una vida en favor de los secuestrados, pero qué importante murió en febrero de este año, pues hemos tenidos estos últimos años en referencia a la defensa de los derechos de las víctimas que ocasionaron las FARC.

-Estos que son verdaderamente delitos de lesa humanidad ¿Deben ser juzgados a nivel internacional o deben ser perdonados? 

-Por supuesto que desde nuestro punto de vista deben ser penalizados y deben de ser juzgados. Así, si las autoridades nacionales no imponen penas, pensaría que se puede acceder a la justicia universal o a la Corte Penal Internacional. Son crímenes que cometieron en contra de la humanidad y que no se puede permitir. Yo tomaría un ejemplo muy fuerte en este momento. Es como si después de la Segunda Guerra Mundial a los integrantes del nazismo se les hubiese permitido acceder a los cargos legislativos e incluso en el Poder Ejecutivo. En cambio acá en Colombia se les permitió acceder a estos sin que pagaran ninguna pena y, sobre todo, que gracias al proceso de paz allí se exigía que dijeran la verdad, que se les aplicara justicia, que hubiesen medidas de reparación y garantías de no repetición, pero hemos visto con preocupación que esos cuatro puntos no los han cumplido durante estos cinco años, mientras que el gobierno del presidente Santos y ahora el presidente (Iván) Duque les han cumplido. Vemos que tienen todos estos cargos y aparte todas esas ayudas presupuestales y aparte los integrantes de la FARC no han contribuido en estos puntos principales. 

Mendieta contó en la TV Caracol de Colombia cómo los encadenaban por las noches.

Los tres cárteles narcos que detectaron en Chile: alerta y estrategia para combatirlos

En cuanto al perdón, por supuesto tiene que haber un arrepentimiento, tiene que haber una catarsis diría yo, por parte de ellos, pero no lo han hecho. Siempre son ofensivos cuando se les pregunta sobre el tema de las víctimas y si podemos recordar algunas frases famosas en el tiempo. Salió una criminal de guerra que está en el Congreso de la República manifestando que a nosotros nos tenían en las mejores condiciones, cuando en jaulas y con cadenas y candados. Por último, hace pocos días también en el tema de ese crimen de lesa humanidad, otro dirigente de esta organización manifiesta que lo que ahí hacíamos era por voluntad propia, cuando ahí fuimos obligados a cavar trincheras grandes donde ellos se escondían cuando había bombardeos o ametrallamientos. También nos hacían hacer huecos para la basura y unos que huecos largo que se llaman chontos, qué es donde hacíamos nuestras necesidades fisiológicas. Eso fue casi durante todos los 12 años que estuvimos allí en esas jaulas de concentración. 

-¿Usted compara a las FARC con los nazis?

-Sí, sí analizamos o hacemos un comparativo de fotografía de la situación en la que nosotros estuvimos allí enjaulados, son casi similares a la Segunda Guerra Mundial. Tuve la oportunidad de vincularme a programas de Derechos Humanos sobre el terreno y visité los diferentes campos de concentración. Por lo tanto allí pude enterarme de cuál fue la situación real de lo que pasó en el caso de la Segunda Guerra y al hacer el comparativo de lo que vivimos en esas jaulas de madera, de alambres de púas. Aparte de las garitas donde se ubicaban los vigilantes, así similares las hicieron en la selva de Colombia. Es decir que fue casi la misma dinámica y la situación más difícil fue con nuestras necesidades fisiológicas porque muchas veces no teníamos baños y nos tocaba utilizar nuestros elementos que teníamos. En botas o en cualquier recipiente, especialmente cuando cerraban esas jaulas a las 6 de la tarde y las abrían a las 6 de la mañana. Entonces cuando consumimos alimentos en descomposición, pues las diarreas eran permanentes y sufríamos crisis en la noche para evacuar nuestras necesidades fisiológicas. Por lo tanto, viendo el comparativo de la Segunda Guerra Mundial, por lo menos ahí tenían letrinas, mientras que a nosotros nos tuvieron en otras situaciones difíciles. Por supuesto que respetamos que en Europa fueron campos de exterminio donde infortunadamente perecieron millones de personas.

Mendieta, en un video de las FARC en tiempos de reclusión en "jaulas" como las de los nazis, según su testimonio.

-Contaba sobre una tortura psicológica tremenda cuando le informaban que había fallecido su hijo cuando en realidad no era así. No me quiero imaginar lo que fueron esos años y usted pensando que su hijo había muerto. ¿Cómo fue el reencuentro con su hijo y con el resto de su familia una vez usted fue liberado? Yo no sé si Ingrid Betancourt alcanzó a comentarles que había estado con usted sale porque estaba vivo o si su familia pensaba que ya estaba muerto. ¿Cómo fuerza reencuentro?

-En una liberación unilateral por parte de las FARC donde liberan a Clara Rojas y a Consuelo González, ellas fueron las que pudieron traer las pruebas de supervivencia y es cuando nuestras familias se enteraron que estábamos vivos. Fue un oxígeno, un alimento que ellos tuvieron, una esperanza mientras de vida porque durante esos 6 años, especialmente en el tiempo del presidente Uribe, que era la persecución contra las FARC, donde hubo bombardeos y ametrallamientos, continuamente en los medios salía que nosotros habíamos muerto en esas operaciones ofensivas. Imagínese el sufrimiento de nuestras familias porque no sabían si habíamos muerto. Por lo tanto el día 13 de julio del año 2000, cuando regresó la libertad con mis compañeros, que fueron muy solidarios, lo primero que hicimos fue preguntar por mi hijo José Luis y cuando vemos que se acerca una persona y ya me dicen este es José Luis y en ese momento respiro. Afortunadamente es una de las fotografías que tomaron en este caso los medios de comunicación locales y de allí pues, es el alegría inmensa porque mi hijo estaba vivo y comprobar que era así porque estuve muchas veces día y noche. ensimismado en esos pensamientos, y pidiéndole todopoderoso que ojalá le concediera la vida a mi hijo. Así indudablemente la tortura psicológica fue muy dura.

El momento en que Mendieta baja de la nave que lo rescató.

El reencuentro tras 12 años de cautiverio.

 -Queríamos tener este diálogo con usted fundamentalmente para que los oyentes de la Argentina conozcan lo que es ser víctima también de las guerrillas. Queremos escuchar su mensaje. ¿Qué es lo que tiene que pasar en Colombia para que esto se termine definitivamente? 

-Cómo lo mencionan, en nuestro caso personal fueron 12 años totalmente perdidos, irrecuperables y los daños que se ocasionaron a la familia y a todos nosotros fue son inmensos y que no se podrán, en este momento, recupera. Esperamos que ojalá la acción legislativa hacia futuro o si es posible, la misma justicia nacional o internacional, o la transicional que se ha creado, pues allí se establezcan mecanismos, sobre todo para que las FARC contribuyen con la verdad. Porque en su momento, cuando estuvimos en La Habana, era exigiendo la liberación de más 700 secuestrados y que hasta el momento no han dado información. En segundo lugar que se les aplique justicia para que paguen por los delitos de lesa humanidad que cometieron. En tercer lugar que se les incauten los bienes que ellos en ese acuerdo de paz quedaron de entregar, pero que hasta la fecha no lo han hecho y que es este caso sería para entrar a reparar ese gran universo de víctimas, porque allí percibíamos a la distancia los menores que ellos reclutaron, los veíamos con sus fusiles, con sus equipos. 

En ese tema también de la esclavitud, porque eran forzados a caminar, a recoger leña, agua y especialmente a cocinar. Y también pues hay muchos relatos de ellos, en otras fundaciones, que están en este momento sobre la esclavitud sexual a la que fueron sometidos. Entonces serán temas que a futuro seguiremos abordando y esperamos que hallan decisiones por parte de la justicia para sancionar estas conductas, que no se deben permitir, que por supuesto reprochamos continuamente, y si no es así pues tocará cuide ante la justicia universal o la Corte Penal Internacional.

Clic aquí para leer, escuchar y ver las notas del programa "Tormenta de Ideas"

Esta nota habla de: