España busca 400 mil programadores y competentes digitales, con urgencia
Los fondos disponibles para España de la Unión Europea requieren de mano de obra de "albañiles digitales", que ese país no tiene. O lo forma, o los importa.
Los expertos españoles dan cuenta de que su país tenía brecha de los conocidos como "albañiles digitales" en el entorno de unos 100.000 trabajadores antes de la llegada del covid, monto que ahora se ve aumentada a unos 400 mil, a la luz de los diagnósticos que se hacen para poder recibir fondos europeos que requieren de su mano de obra fundamental para construir la recuperación tecnológica.
De tal modo, que ha iniciado una búsqueda, con urgencia, debido a que es un requisito central para poder ejecutar los recursos disponibles. Así lo informa el diario ABC en su edición de este martes, que analizó que "la falta de profesionales digitales complica la transformación que persiguen los fondos europeos". Cerrar esta brecha que afecta a todos los sectores podría impulsar el PIB un 7%, según el Foro Económico Mundial.
Se calcula que en España hay unos 300.000 programadores, que son profesionales altamente demandados. Tanto, que solo 1 de cada 10 termina un grado de informática, en su mayoría, porque son contratados.
Más programadores, la actividad en donde hay más demanda laboral
"El déficit de mano de obra formada en competencias digitales que arrastra España desde hace años, ahora se ha exacerbado tras el paso de la pandemia", señala el diario.
En algunos países aprender a programar es obligatorio desde el colegio como en Estonia que fue pionera en Europa desde 2012 o el Reino Unido dos años después. "No es el caso en España donde la última reforma educativa tampoco ha convertido en asignatura las ciencias de la computación. A pesar de la Ley Celáa reconoce el pensamiento computacional 'como una habilidad clave' figura integrado en la asignatura de matemáticas en primaria y después también en tecnología, opcional en secundaria y bachillerato según la propuesta de contenidos mínimos elaborada por el Ministerio de Educación", señala COPE.
La profesión más buscada: desarrollador
Según José Luis Fernández, al frente del departamento de experimentación educativa del Instituto Nacional de Tecnología Educativa y Formación del Profesorado INTEF, que depende de Educación, "hay controversia en le ámbito internacional sobre si debe ser una materia específica como ocurre en algunos países o de si debe estar incluida como parte de las asignaturas de matemáticas o de informática".
Sobre lo que no hay debate es que, como ocurre con los idiomas o con el lenguaje digital, la plasticidad del cerebro de los niños favorece el aprendizaje de la programación y que debe hacerse de forma progresiva.
"Primero y ya desde la etapa infantil es posible promover ese aprendizaje sin un ordenador mediante juegos. De ahí, en secundaria, se pasa a sistemas de programación muy sencillos y visuales por bloques como Scratch en los que no se ve el lenguaje de programación que hay detrás. Eso se hará en la siguiente etapa, ya en secundaria, mediante programas en los que ya sí se aprende el lenguaje propio de la programación como Phyton que también se utiliza en el mundo profesional", señala Fernández.
Para Planas "no sabría decir si hay que hacer de la computación una asignatura obligatoria pero sí que, si hay interés, los alumnos puedan tengan acceso a lenguajes de programación que después también van a usar en el mundo laboral independientemente de la Comunidad Autónoma en la que estudien. Lo bueno es que cuando has entendido la lógica y ya dominas un lenguaje de programación es mucho más fácil aprender otros lenguajes porque ya tienes una base".
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Según explicó a COPE Alex Gómez Marín del Instituto de Neurociencia de Alicante el objetivo es "aprender una serie de reglas, casi gramáticas o sintácticas, de cómo se tienen que colocar unos determinados elementos para que después el código funcione. Y esto es muy parecido, aunque haya diferencias a cuanto te enseñan a leer una partitura."
Son habilidades con mucho futuro profesional
"En el mercado laboral saber programar es un gran impulso pero incluso aunque uno no vaya a dedicarse a la informática, saber programar ayuda a estructurar los procesos, a abordarlos y a no frustrarte porque algo no funcione, a ver qué ha pasado y probar una cosa nueva", señala Fernández.
"Podemos programar ordenadores, escribir código, ejecutar algoritmos y hacer que las máquinas hagan cosas por nosotros, ciertas cosas, esencialmente cálculo. Yo no confundiría lo que hacen las máquinas, esos cálculos por muy espectaculares que sean con el pensamiento humano que es bastante más complejo, es una parte", subrayó Gómez Marín.
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"Tiene mucha demanda y, el desarrollo de software, aglutina un número importante de ofertas laborales y así se prevé que sea también en el futuro" señala Planas que dirige el grado de Ingeniería Informática en la Universitat Oberta de Cataluña (UOC) y empezó a aprender lenguajes de programación en el bachillerato.
A su juicio, saber programar marca un antes y un después "te permite pasar de ser un receptor pasivo de tecnología a poder tener un rol activo en su creación por eso el mundo del futuro lo van a diseñar las personas que sepan programar".