Tehuelches y mapuches, ¿"primos" o adversarios?: respuesta a Pedro Zalazar
El diputado Gustavo Cairo escribió un artículo en Memo sobre los tehuelches como pueblo originario por encima de lo que reclaman los supuestos mapuches de hoy en día y recibió una respuesta del especialista en temas indígenas Pedro Zalazar. Y aquí, la vuelta de correo del legislador.
Estimado Magíster Pedro Zalazar:
En primer lugar, le agradezco el respeto con que ha contestado mi nota de opinión publicada en Memo titulada: "Tehuelches, el pueblo originario de la Patagonia y la invasión mapuche". Se nota que su aporte está realizado desde la buena fe y no desde el fanatismo o algún interés espúreo. Es por ello, que considero pertinente acordar con Ud. algunos puntos y disentir en otros.
Coincido con Ud. en que el nombre "araucanos" les fue puesto por los españoles, pues ellos se llamaban a sí mismos mapuches, huilliches o picunches, según la región de la Araucanía de donde provinieran. También aclaré que el nombre "tehuelche" es el que los mapuche usaban para llamar a los aóniken. Pero es la denominación que más ha trascendido, por eso me he permitido usarla. También coincido con su expresión "hay grupos de delincuentes que se hacen pasar por mapuches, incluso algunos lo son, a los que se les paga para tomar tierras". Hay otros puntos en los que tenemos disidencias.
Sobre tehuelches y mapuches: respuesta al diputado Cairo
En lo referido al mapa que ilustra mi publicación, si bien no fue aportado por mí a la nota, refleja claramente la situación previa a la campaña del desierto de 1879. Con dos grandes centros de poder mapuches, los ranqueles en Leuvucó (Yanketruz, Mariano Rosas, Epumer) y los salineros o boroganos de Calfucurá y Namuncurá, cerca de la laguna de Carhué. Además de la tribu del feroz Pincén que actuaba en tándem con las otras dos para la realización de sangrientos malones sobre toda la frontera argentina. Pues, los malones eran araucanos y no tehuelches. Eso está absolutamente claro en toda la documentación de la época.
Tampoco coincido en su afirmación: "los mapuches habitaban lo que es hoy territorio argentino y chileno, desde hace 12.500 años". La misma mezcla cándida o deliberadamente la situación de dos países con realidades muy distintas. En Chile sí tienen esa antigüedad, en Argentina no. La ley Indígena de Chile, nº 19.253 reconoce a los mapuche como una agrupación "que existe en el territorio nacional desde tiempos precolombinos". Los considera originarios de Chile. Por el contrario la ley argentina nº 23.302 a la que usted alude, no menciona a ninguna tribu o etnia especialmente; pero establece el principio general reconociendo derechos territoriales a las "poblaciones que habitaban el territorio nacional en la época de la conquista o colonización". No es el caso de los mapuche, que llegaron después de la conquista española al territorio argentino. A los múltiples textos citados en la nota original agrego aquí a Alonso de Ovalle en su Historia del Reyno de Chile que encontró de este lado de los Andes "indígenas de elevada talla, sin vestigios de agricultura". Evidentemente se refería a los cazadores tehuelches, con un promedio superior al metro ochenta de estatura y no a mapuches, mucho más bajos. Seguramente han cruzado pequeños grupos a lo largo del tiempo. También los tehuelches han cruzado al actual territorio chileno. Ciudades chilenas como Aysén -río retorcido- o Coyaike -paraje de la laguna- tienen nombres en lengua tehuelche; pero eso no los ha habilitado a reclamar territorios ni a ser considerados originarios de Chile.
En el país vecino los mapuche son casi el 10% de la población, en Argentina no llegan al 0,5%. Es muy claro de donde provienen. Reitero que la penetración comenzó lentamente desde el siglo XVI, pero el grueso de la invasión se produjo a partir de 1818, luego de la batalla de Maipú que terminó la guerra de independencia, en la cual la mayoría de los mapuches apoyó a los realistas. Es más, varios realistas chilenos los acompañaron en el cruce de la cordillera como los hermanos Pincheira o José Miguel Carreras quien junto a tribus mapuches devastaron pueblos como Salto y Melincué "pasando a cuchillo a la guarnición y todas las mujeres y niños, llevados por los indios como cautivos". Carreras fue fusilado en 1821 en Mendoza.
Tehuelches, el pueblo originario de la Patagonia y la invasión mapuche
Rodolfo Casamiquela en El linaje de los Yanquetruz nos dice: "el primer indio araucano, mapuche, venido del otro lado de la cordillera, se menciona recién en 1650 en la provincia de Buenos Aires". Ese mismo autor en Rectificaciones y ratificaciones del panorama etnológico de la Patagonia señala: "a fines del siglo XIII la cuña Araucana, se encaja cada vez más profundamente y comienza a difundirse, mezclarse y crecer", "los araucanos se posesionaron de estas comarcas del Neuquén desde años atrás".
El longko araucano Pascual Coña en Testimonio de un cacique Mapuche dice: "Después de salir (de la Cordillera), abrazamos de una ojeada el país argentino: no hay montañas, puras llanuras inmensas, planas como el mar, se ofrecen hasta donde alcanza la vista".
Un texto que pretende reivindicar el reclamo mapuche en Argentina es Crónicas de la Resistencia Mapuche de Adrián Moyano. Este libro narra la historia de algunas familias que reclaman derechos territoriales. En uno de los casos dice: "En Futa Huau, Florentina Leguiman cuenta que su "abuelo viejo" vino de Chile..Hoy las 150 personas que conforman la comunidad mapuche de Futa Huau caminan orgullosas sobre los campos que ocupan desde fines del siglo XIX"(pg.176). En otro pasaje del libro señala: "En derredor del lago Nahuel Huapi la presencia mapuche puede comprobarse desde el siglo XVI, aunque la memoria histórica mapuche prefiere referirse a milenios...La soberanía argentina sólo se logró con la Campaña del Desierto". También cita el caso de la familia Ranquehue de Virgen de las Nieves (cerca de Bariloche). Su ancestro conocido, su abuelo Alejandro había nacido en Pucón, Chile, en 1919, según su propio documento. En estos casos citados, es claro que se trata de familias oriundas de Chile, que se establecieron en Argentina en épocas relativamente recientes. Este libro refiere también a temas mucho más complejos. Dice que el pueblo mapuche habla del "Puelmapu como territorio mapuche del este, en coincidencia con las zonas usurpadas por la República Argentina" (pg.252). Afirma inclusive que "las sierras de Tandil y de la Ventana eran territorio mapuche (pg.264). Es decir que para un sector de esa comunidad, los territorios que alguna vez ocuparon, ya explicamos con qué métodos, desde el sur de la provincia de Buenos Aires, La Pampa, Río Negro, Neuquén y Chubut serían territorios mapuches usurpados por Argentina. Eso es totalmente falso y grave.
En cuanto a considerarse "primos" tehuelches y mapuches, la realidad estuvo muy lejos de eso. Todos los documentos de la época testimonian respecto de la lucha de exterminio padecida por los tehuelches. Además de los ya citados, para ser breve sólo agregaré el parte del comandante del fuerte de Bahía Blanca Martiniano Rodriguez, que rescata Eduardo Crivelli Montero en Araucanos en las Pampas, que da cuenta que en el invierno de 1830 una tribu tehuelche de la sierra de la Ventana fue atacada por los boroganos junto a los chilenos Pincheira, matando a toda la tribu, incluidas mujeres y niños. Rodriguez, anotó en su parte diario que desde la muralla de la fortaleza "escuchaba los galopes cortos de los lanceros borogas y soldados pincherianos y el griterío de la chusma cuando era lanceada o sableada, ruido característico de las persecusiones y las matanzas que se estaban produciendo de los indios pampas que intentaban en vano llegar hasta el refugio de la fortaleza". En septiembre de ese mismo año, boroganos y pincheiras acuchillaron a los pampas del cacique Tetruel por "traidor aliado con los cristianos de Bahía Blanca". En 1823, varios caciques tehuelches dieron parte a la guardia de Carmen de Patagones que los "indios chilenos los habían atacado y robado sus caballadas". Los invasores eran muchos, entre cuatro y cinco mil guerreros. El coronel García invitó a los tehuelches a vivir bajo la protección del fuerte, de lo contrario sostuvo, "los chilenos los acabarían". Por cierto, todas muy lejos de ser visitas de primos.
Es cierto que la asimilación producida por el proceso de tomar como esposas a las mujeres de los vencidos provocó una aculturización de las nuevas generaciones. Como dice Escalada: "como consecuencia de la práctica del matrimonio entre cautivas y guerreros victoriosos, la mezcla de sangre es completa. Prácticamente, desde aquella época no ha de encontrarse indio alguno de estirpe pura". Esto "pone una barrera infranqueable para la continuidad en el relato de padres a hijos, ya que la derrota tehuelche significó la muerte y la desintegraciyn del organismo social y cultural". Coincide Martinez Sarasola en su Breve historia de los pueblos originarios de la Argentina: "Desde la araucanizaciyn de la pampa, la cultura tehuelche estuvo en permanente retroceso. Las batallas perdidas a manos de los mapuches y la mestización los fueron diluyendo".
En cuanto al poncho araucano que usó San Martín, es conocido que los tejidos mapuches eran comercializados al este de la cordillera desde mucho tiempo antes. Un documento de la época de la conquista dice: "en 1582 Juan de Garay encontró en las proximidades del cabo Corrientes indios serranos (tehuelches) que llevaban "alguna ropa de lana muy buena y dicen, que la traen de la cordillera de las espaldas de Chile".
Para concluir reitero mi apreciación de la nota original. Todos los nacidos en territorio argentino son considerados tales, en una sociedad amplia y pluriracial como pocas. Por lo cual está claro que los mapuches nacidos en nuestro país tienen los mismos derechos que todos los demás argentinos. Lo que no tienen son los pretendidos derechos ancestrales porque ellos no son originarios de este territorio, pues llegaron después que los españoles al este de la cordillera