Con qué argumentos España desmonta la idea del "genocidio" de la conquista de América
España desmiente a la historia del genocidio de los conquistadores en la América aborigen y le llama "leyenda negra". Sostiene que la historiografía "ha demostrado que las epidemias provocaron mucha más muerte que el hierro de las espadas".
David Barreira escribió en El Español que "la Leyenda Negra es una sombra que sobrevuela y escruta de forma permanente la historia de España. Un cúmulo de falacias y verdades retorcidas vertidas especialmente desde fuera de las fronteras del país -aunque también se han registrado importantes corrientes internas- que intentan desprestigiar la figura de los españoles y de lo español; tildarlos de seres salvajes, sin escrúpulos; de conquistadores sanguinarios que arrasaban todo nuevo territorio en el que desembarcaban sus tropas".
Se refiere a la versión histórica de que los conquistadores llevaron a cabo un genocidio en América tras el primer desembarco de Cristóbal Colón.
Pero no es el único autor que intenta recuperar la idea devaluada de Hispanoamérica.
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César Cervera, desde el diario ABC, escribió: "El término anacrónico de 'Genocidio Americano' es uno de los puntales de la leyenda negra que vertieron los enemigos del Imperio español para menoscabar su prestigio. En un grabado holandés del siglo XVII aparece Don Juan de Austria, héroe de la batalla de Lepanto, vanagloriándose del martirio de un grupo de indígenas americanos. La mentira es insultantemente estúpida: el hijo bastardo de Carlos I de España jamás participó de la conquista y ni siquiera pisó suelo americano. Así, entre mentiras, cifras exageradas y episodios novelados, se gestó el mito que pervive hasta la actualidad de que los españoles perpetraron una matanza masiva y ordenada de la población americana. La verdad detrás de esta controversia histórica muestra que el auténtico genocidio, pese a que algunos conquistadores no escatimaron en brutalidad para llevar a cabo sus propósitos, lo causaron las enfermedades portadas por los europeos".
El periodista de ABC continúa en la misma línea argumental que la de quien defendió el avance ibérico sobre América desde El Español.
Y lo hace con el siguiente dato:
"La catástrofe demográfica que sufrió el continente americano desde 1492 -el año del Descubrimiento de Cristóbal Colón- es un hecho irrefutable. Antes de la llegada de los españoles se ha estimado tradicionalmente que la población del continente se encontraba entre los 40 millones y los 100 millones. No obstante, el hispanista venezolano Ángel Rosenblat argumenta en su estudio 'La población de América en 1492: viejos y nuevos cálculos' (1967) que la cifra no pasaría de 13 millones, concentrándose los principales grupos en las actuales regiones de México y de Perú, ocupadas por el Imperio azteca y el Inca respectivamente. Sea una cifra u otra, la disminución demográfica fue dramática: el 95 % de la población total de América murió en los primeros 130 años después de la llegada de Colón, según el investigador estadounidense H. F. Dobyns".
¿Quién popularizó la "leyenda negra" de la que hablan en España los defensores de la conquista?
Barreira diferenció las cosas: "Están los crímenes de la Inquisición, el empeño, costase lo que costase, de Felipe II en convertir el imperio español en el amo mundo y los asesinatos de indígenas durante la conquista de América. Todo ello ha contribuido a generar ese pensamiento antiespañolista que en multitud de casos se levanta en torno a mentiras".
¿Pero dónde nace la Leyenda Negra? Indicó en El Español que "la mala opinión hacia lo español comienza a registrarse, de forma escrita, en algunos libros llenos de falsedades y exageraciones, como el del príncipe Guillermo d'Orange, Apología. Ante la propagación de estos bulos y de la hispanofobia, cuyo germen sitúan otros expertos en la Italia prerrenacentista de la Baja Edad Media, algunos historiadores salieron al quite para tratar de desmentirlos. Es el caso de Julián de Juderías, el primero en estudiar de forma detallada el tema, que trata de derrumbar todas estas mentiras en su libro La leyenda negra. Estudios acerca de España en el extranjero".
Las claves de las muertes masivas, según ABC
- "La sangría demográfica hay que buscarla en dos factores: el traumatismo de la conquista (las bajas causadas por la guerra, el desplome de las actividades económicas y los grandes desplazamientos poblacionales) y sobre todo las enfermedades. Los habitantes de América habían permanecido aislados del resto del mundo y pagaron a un alto precio el choque biológico. Cuando las enfermedades traídas desde Europa, que habían evolucionado durante miles de años de Humanidad, entraron en contacto con el Nuevo Mundo causaron miles de muertes frente a la fragilidad biológica de sus pobladores. Un sencillo catarro nasal resultaba mortal para muchos indígenas. El resultado fue la muerte de un porcentaje estimado del 95% de la población nativa americana existente a la llegada de Colón debido a las enfermedades, según los cálculos del ecólogo Jared Diamond".
- "Fueron las grandes epidemias, sin embargo, las que provocaron el mayor impacto. Una epidemia de viruela que se desató en Santo Domingo entre 1518 y 1519 acabó con prácticamente toda la población local. Esa misma epidemia fue introducida por los hombres de Hernán Cortés en México y, tras arrasar Guatemala, bajo hasta el corazón del Imperio Inca en 1525, donde diezmó a la mitad de la población. Precedido por la viruela, la llegada de Francisco Pizarro a Perú fue el golpe final a un imperio que se encontraba colapsado por las enfermedades. La epidemia de viruela fue seguida por la de sarampión, entre 1530-31; el tifus, en 1546; y la gripe, en 1558. La difteria, las paperas, la sífilis y la peste neumónica también golpearon fuerte en la población".
El genocidio en la leyenda negra
- "Los españoles han causado una muerte miserable a 20 millones de personas», escribió en su texto 'Apología' el holandés Guillermo de Orange, esforzado padre de la propaganda negativa del Imperio español. Con la intención de menoscabar el prestigio de la Monarquía hispánica, dueña absoluta del continente durante casi un siglo, los holandeses, los ingleses y los hugonotes franceses exageraron las conclusiones del libro «Brevísima relación de la destrucción de las Indias», escrito por el fraile dominico Bartolomé de Las Casas. Probablemente, este fraile, que acompañó a Cristóbal Colón en su segundo viaje, no habría jamás imaginado que su texto iba a ser la piedra central de los ataques a España cuando denunció el maltrato que estaban sufriendo los indígenas".
- "Como explica Joseph Pérez, autor de 'La Leyenda negra' (GADIR, 2012), Las Casas pretendía 'denunciar las contradicciones entre el fin -la evangelización de los indios- y los medios utilizados. Esos medios (la guerra, la conquista, la esclavitud, los malos tratos) no eran dignos de cristianos; el hecho de que los conquistadores fueran españoles era secundario'".
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En su argumentación, España ha señalado, desde la pluma de Barreira, una serie de datos que son pasados por alto a la hora de contar la historia de la manera más conveniente para unos u otros.
Algunos tramos son los siguientes:
- "Las traducciones y reediciones de la 'Brevísima relación de la destrucción de las Indias' se multiplicaron entre 1579 y 1700: de ellas 29 fueron escritas en neerlandés, 13 en francés y seis en inglés. Lo que todos obviaron cuando emplearon a de Las Casas para atacar al Imperio español es que él mismo representaba a un grupo de españoles con el coraje de denunciar la injusticia, la mayoría misioneros, y a una creciente preocupación que con los años atrajo el interés de las autoridades".
- "Este grupo crítico consiguió que en 1542 las Leyes Nuevas confirmaran la prohibición de reducir a los indios a la esclavitud y sancionaron el fin del trabajo forzoso, la encomienda. Asimismo, en la controversia de Valladolid, donde por desgracia se sacaron pocas conclusiones finales, se enfrentaron quienes defendían que los indígenas tenían los mismos derechos que cualquier cristiano contra los que creían que estaba justificado que un pueblo superior impusiera su tutela a pueblos inferiores para permitirles acceder a un grado más elevado de desarrollo".
Para Barreira, "curiosamente, los enciclopedistas franceses, muy críticos con todo lo referido a España en otras cuestiones, fueron los primeros en ver que las cifras presentadas por de Las Casas -20 millones de muertos causados por los métodos de los conquistadores- eran del todo imprecisas. En 'El Ensayo sobre las costumbres' (1756), Voltaire afirma que Las Casas exageró de forma premeditada el número de muertos e idealizó a los indios para llamar la atención sobre lo que consideraba una injusticia. 'Sabido es que la voluntad de Isabel, de Fernando, del cardenal Cisneros, de Carlos V, fue constantemente la de tratar con consideración a los indios', expuso en 1777 el escritor francés Jean-François Marmontel en una obra, 'Les Incas', que por lo demás está llena de reproches hacia la actitud de los conquistadores. La Revolución francesa y la emancipación de las colonias en América elevaron a de Las Casas a la categoría de benefactor de la Humanidad".
Los críticos se convierten en los conquistadores
- "Más allá del brutal impacto de las enfermedades, es cierto que la violencia de la Conquista de América provocó la muerte directa e indirecta de miles de personas. El que existiera un grupo de personas críticas con los métodos empleados por los conquistadores -un grupo de hombres que perseguían como principal objetivo el hacerse ricos- o que los Reyes españoles plantearan soluciones -aunque fueran incompletas e incluso hipócritas- no exime a España de sus pecados históricos y del daño cometido, pero sí la diferencia de precisamente los países que censuraron una actuación que luego ellos mismos practicaron. Sin entrar a valorar el fangoso proceso llevado a cabo por l os anglosajones en Norteamérica, la explotación de caucho en el África negra dejó a sus espaldas 10 millones de muertos en el Congo Belga".
- "'La colonización europea de los siglos XIX y XX fue culpable de crímenes semejantes a los cometidos por los conquistadores españoles. La única diferencia es que no encontraron a un de Las Casas para denunciar las injusticias con tanta repercusión', sentencia el hispanista Joseph Pérez en el citado libro.