Argentina parlamentaria: La necesidad de un cambio rotundo en el sistema político

Por Licenciado en Comunicación, Emiliano Follis.

Emiliano Follis

Mucho se ha hablado sobre el agotamiento del sistema político del país. Cuando empezamos a meternos en el tema encontramos opiniones muy diversas sobre las causas. Algunos indican la desproporción de poder entre los tres poderes del estado, otros apuntan a tener un poder legislativo bicameral (Senadores y Diputados) solo de resonancia discursiva, otros que el problema es la clase política en fin, un sin número de causas relacionadas.

Ante posibles soluciones siempre se plantean paliativos dentro del sistema pero nadie se atreve a un cambio de 180 grados. Por ese motivo, nace la hipótesis de porque no pensar en cambiar el sistema presidencialista argentino por uno parlamentario.

Argentina acogió un sistema político presidencialista en el cual el gobierno y el estado se centran en una sola persona. Por cuatro años, como mínimo, el destino del país será dirigido por el presidente haga las cosas bien o no. Esto significa que el Gobierno puede ser liderado sin el apoyo popular ya que el electorado tendrá que esperar que se termine el mandato.

En los días posteriores a las elecciones legislativas PASO 2021 observamos con mucho asombro que el poder del gobierno no lo tenía el primer mandatario argentino sino, el poder estaba en manos de su vice presidenta algo totalmente inusual dentro del sistema acogido por el país.

El expresidente y gran líder uruguayo, Julio María Sanguinetti, explicaba muy sabiamente que el poder normalmente está arriba. Puede encontrarse afuera pero en un sistema presidencialista el poder nunca puede estar abajo.

Como en toda crisis se puede vislumbrar grandes oportunidades, porque no pensar en cambiar el sistema político pero de verdad. Un sistema amplio en representación donde todos los sectores (Izquierdas, Centros y derechas) cuenten con voz y voto en el Congreso como también, un sistema que las crisis políticas no perjudiquen el ritmo de la gestión del estado.

En el mundo encontramos más de 50 países con sistemas políticos parlamentaristas. Podemos destacar la República Federal Alemana, Inglaterra, Dinamarca como también países americanos como es el caso de Canadá. En estas naciones el electorado vota por sus representantes al Parlamento y estos representantes son los que nombran al jefe del Gobierno llamado Canciller o Primer Ministro.

Un gran ejemplo de como funciona este sistema son las elecciones pasadas en la República Federal Alemana. Luego de 16 años la canciller, Ángela Merkel, deja el poder. Un poder que construyo desde la Unión Democrática Cristina de Alemania para luego liderar el Parlamento, el país y la Unión Europea. En Alemania no gobierna el partido de Merkel en soledad sino, es una coalición formada por varios partidos para lograr el respaldo del parlamento.

Si Argentina pasara a un sistema parlamentarista contaría con un congreso nacional unificado es decir con una sola cámara. Los ciudadanos votarían plataformas políticas/ideas y no a una persona en particular. Los acuerdos de gobierno se realizarían finalizada la elección donde las coincidencias serán las que lleven a formar es Gobierno.

Otra de las posibles ventajas es romper con la hegemonía de candidatos "porteños/bonaerenses". La "carrera" política se centra en los partidos por lo tanto para aspirar a ser Primer Ministro primero deben ser jefes de sus agrupaciones.

De esta manera, podría pasar que más hombres y mujeres del interior tengan grandes posibilidades de líder el país. Es decir, pensar las estrategias y la construcción políticas desde adentro hacia afuera.

¿Lo mejor que le pude pasar a la Argentina es tener un sistema político parlamentarista? Es una pregunta que no podría afirmar pero si me entusiasma pensar que contamos con opciones para cambiar esta realidad. Espero que sirva como un aporte a la discusión.

¿Qué es el Sistema Parlamentario?

Como se expresa en el economipedia, el parlamentarismo es un sistema político. En este, el Parlamento tiene un papel central en la vida política. Asimismo, su funcionamiento tiene una serie de características muy particulares que lo diferencian del presidencialismo y del semipresidencialismo.

Hay tres variedades principales de sistemas parlamentarios:

1) el sistema de primer ministro o de gabinete, de tipo inglés, en el que el Ejecutivo prevalece sobre el Parlamento.

2) el de tipo francés de gobierno por asamblea.

3) el parlamentarismo controlado por partidos, que es considerado un punto intermedio entre los sistemas 1 y 2.

Entre las características que son propias a los sistemas parlamentarios destacan:

El Parlamento elije al Jefe de Gobierno.

El Parlamento no comparte con ningún otro órgano del Estado la dirección de los asuntos públicos (el gobierno).

El Poder Legislativo se divide en dos cámaras.

El Jefe de Estado tiene una función simbólica, ya que no dispone de atribuciones políticas

Las prerrogativas del Ejecutivo se ejercen por medio del gabinete alrededor del primer ministro.

El gobierno surge y se mantiene gracias al respaldo de la mayoría parlamentaria.

El primer ministro y su gabinete están sujetos al control político, a través de diversos mecanismos, por parte del Parlamento.

La integración del Parlamento traduce la estructura del sistema de partidos.

El Parlamento puede destituir gobiernos y el Ejecutivo disolver al Parlamento.

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