La confianza solo se obtiene con gobernabilidad

"La gobernabilidad es un activo necesario para llevar a cabo un plan de gobierno, pero además es el principal requisito para que un pueblo tenga confianza", dice la diputada Daniela García en esta nota.

Daniela García

La realidad de la política nacional golpea amplia y profundamente a la ciudadanía. Lejos de escuchar el reclamo expresado en las urnas de las PASO, el oficialismo nacional se recluye en su interna intentando no ser el perdedor de la misma. Esta interna está representada por el presidente y la vicepresidenta de la nación.

Cuando el gobierno se somete a las urnas cada dos años, se busca legitimar una gestión y comprobar si se apoya o se expresa el desacuerdo con la misma. El fin de semana pasado, la gente dijo que NO al Modelo Nacional, dijo que NO a la suspensión de clases y a las escuelas cerradas, que NO al vacunatorio VIP, que NO a las reuniones exclusivas en Olivos, dijo que NO a la profunda y desesperante crisis económica actual. La gente le dijo que no a un modelo agotado, encerrado en sí mismo.

Esto motivó una interna en el oficialismo gobernante, que lejos de realizar una autocrítica y replegarse para mejorar trabajando en un proyecto diferente al que venía transitando, implementando una política que eficientice la economía, disminuya la inflación, disminuya la pobreza, genere oportunidades de trabajo, entre otras tantas necesidades actuales y realizar esa revisión de políticas públicas necesaria para un nuevo rumbo, generó una crisis institucional con renuncias, cartas, audios, (de los pocos que tenemos conocimiento) intensificando una crisis institucional que el Gobierno Nacional transita hace ya varios días sin resolución de conflicto, sin acuerdos firmes y sin mostrar unidad.

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Lo peor es que en esta pelea no se está definiendo un proyecto nacional, se están definiendo internas que deberían haberlas dirimidos en las Primarias de 2019, o bien en las PASO actuales. Lamentablemente, una vez más, el peronismo nos vuelve a introducir, a todo el pueblo argentino, en sus discusiones internas. La realidad actual no nos refleja los diferentes modos y modales para el país que desea el kirchnerismo, sino, una vez más como digo, la lección nunca aprendida por este movimiento: SU PARTIDO no es el ESTADO.

Ellos, el Frente de Todos, convierten una institución que debe garantizar la igualdad y la libertad de forma neutral, sin privilegios o favores, en algo que claramente, desean poseer, controlar y someter a sus necedades y caprichos individuales. Debemos insistir en que la interna que los aqueja no debe afectar ni al proceso electoral institucional que transitamos como así tampoco a la vida de los argentinos y argentinas.

En este tire y afloje de poder entre cargos de relevancia institucional en el que el Frente de Todos está inmerso, desvía el foco de atención en el que deberían estar trabajando dia y noche ya que no se están realizando políticas que solucionen la problemática que hoy nos trasmite la gente, que le preocupa a la clase trabajadora, que la aquejan a miles de mujeres en todo el país. Existe una clara falta de "gobernabilidad" por parte del partido gobernante. Estas peleas internas, culpas, e individualismo están lejos de llevar soluciones a la problemática colectiva y genera mayor incertidumbre y desesperanza, siendo esto lo peor que puede sucederle a nuestras instituciones, poniendo en jaque la capacidad de gobernanza.

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Escuchar el voto popular implica entender la preocupación de todos los sectores, y de todas las personas. De estas últimas se desprenden la gran relevancia que cobró el voto en blanco junto con el descontento generalizado, fenómenos que debemos estudiar; pero por sobre todo implica que tanto a sectores y personas no se está llegando con las soluciones propuestas.

Pese a las "diferencias ideológicas y procedimentales" que plantean dentro del frente gobernante, no existe una preocupación tal por el rumbo del país, y si la hubiese, está marcada por la impericia y el impulso, no por la razón y la sensatez.

Es menester una revisión de las políticas, pues en este contexto: ¿quién puede invertir en el país? ¿Qué emprendedor tomaría un crédito? ¿Cuál es la expectativa de un joven de tener un empleo? ¿Cuál es la esperanza de que baje la inflación, y que suba el poder adquisitivo?

La gobernabilidad es un activo necesario para llevar a cabo un plan de gobierno, pero además es el principal requisito para que un pueblo tenga confianza. Es hora de dejar de jugar a la interna para hacerse cargo de gobernar, y tomar los cargos institucionales con responsabilidad, respetando la jerarquía que cada uno ejerce y gobernando para mejorar las condiciones de vida del pueblo argentino, con paz, con decisión y escuchando lo que las urnas dijeron el domingo pasado.

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