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Quién fue y por qué el Vaticano beatificó a fray Mamerto Esquiú

La celebración del primer beato catamarqueño se organizó con tres días de festividades, que comenzaron el viernes cuando el gobernador Jalil recibió al legado papal, que luego presidió una misa en la Catedral Basílica Nuestra Señora del Valle ante un número reducido de autoridades provinciales y eclesiásticas que portaban doble barbijos y fueron acreditadas con anticipación.

El franciscano fray Mamerto Esquiú fue consagrado beato en la explanada de la iglesia de Piedra Blanca, a poco metros de la casa de adobe donde nació en 1826, en una ceremonia con estrictos protocolos que obligó a unos dos mil fieles a seguir la transmisión a través de pantallas en un predio cercano.La santa misa estuvo encabezada por la imagen de la Virgen del Valle que lució un manto especialmente bordado por devotos de la Virgen y de Fray Mamerto Esquiú en el que estaba estampado un mapa de Argentina donde sobresalían las provincias de Catamarca, donde nació Esquiú; Córdoba, donde fue Obispo Diocesano; el rostro del beato y tres flores como estrellas, que representan los votos que hizo como franciscano, que fueron pobreza, obediencia y castidad.

Frente a la iglesia, en la plaza principal de Piedras Blancas, se ubicaron en sillas los 1.200 invitados a la ceremonia, entre los cuales el secretario de Culto de la Nación, Guillermo Olivieri; el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil; autoridades de distintas provincias y representantes eclesiásticos.Todos presentaron un test antígeno o PCR realizado 24 horas antes de su ingreso a la provincia por pedido del Comité Operativo de Emergencia local.Es que la pandemia de coronavirus postergó la beatificación, que finalmente tuvo lugar este sábado, luego de que la Comisión Teológica de la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano dio por aprobado el milagro atribuido a Mamerto Esquiú, que fue la inexplicable cura de Ema, una niña recién nacida con osteomilietis femoral grave en Tucumán en 2017.

El portal de la iglesia católica Vatican News profundizó junto a Fray Pablo Reartes (un estudioso de la vida de Fray Mamerto Esquiú) sobre la figura del nuevo beato argentino y la importancia de su legado, teniendo en cuenta la gran contribución del religioso en temas como la defensa de los derechos, la comunicación y el servicio a la Iglesia, ya que fue periodista, diputado y Obispo de la ciudad de Córdoba:

"Mamerto de la Ascensión Esquiú creció en una familia humilde de labradores donde se vivían las virtudes cristianas como el amor familiar, la entrega y el sacrificio cotidiano. A los cinco años, debido a una promesa que hizo su madre, María de las Nieves, porque él había nacido enfermo, empezó a vestir el hábito de San Francisco. Como se curó milagrosamente, desde entonces nunca más se sacaría el sayal franciscano"

La importancia de su vida espiritual

Asimismo, fray Pablo destaca que el religioso desempeñó innumerables oficios y tareas, tanto eclesiásticas como civiles: fue periodista, docente, diputado por la provincia de Catamarca, legislador y también escribió cinco sermones patrios en distintos momentos difíciles de la historia de la República Argentina.

Pero lo más importante -continúa explicando fray Pablo- fue su vida espiritual, que la hereda de San Francisco de Asís, ya que Mamerto perteneció a la provincia Franciscana de la Asunción de la Santísima Virgen del Río de la Plata, en Argentina, erigida en 1612.

Un obispo cercano a su pueblo

El 12 de diciembre de 1880, fue nombrado Obispo de Córdoba y tomó posesión de su sede episcopal el 16 de enero del año siguiente.

Cabe destacar que el legado pastoral de este fraile franciscano, aún vive en el corazón de la Iglesia argentina, que lo recuerda como un hombre austero, que se empeñó en reordenar la administración diocesana, poner nuevamente en acción la pastoral eclesiástica y conocer personalmente a los pueblos y fieles de su diócesis.

El milagro: la curación de una niña tucumana

En este sentido, nuestro entrevistado explica que hay innumerables testimonios sobre la santidad de fray Mamerto, quien trabajó sin descanso y con gran generosidad, poniendo su vida al servicio de la Iglesia hasta el día de su muerte, el 10 de enero de 1883, en la posta catamarqueña de "El Suncho".

Y precisamente la devoción del pueblo fue fundamental en el camino hacia la beatificación de Esquiú. Las oraciones de los fieles a este querido Obispo dieron sus frutos, especialmente con la concesión de un milagro que fue aprobado por la Comisión Teológica de la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano: la curación inexplicable de una niña recién nacida con osteomielitis femoral grave, hecho que ocurrió en la provincia argentina de Tucumán.

"Felices por esta gracia de Dios"

"Estamos felices de haber llegado a esta instancia de la beatificación -concluye fray Pablo Reartes- porque lo vivimos como una gracia, un don y un privilegio por poder estar presentes acá, y ser testigos de la obra de Dios en nuestro querido hermano, fray Mamerto Esquiú".

La ceremonia de beatificación de Mamerto Esquiú

Al comenzar la misa el obispo de Catamarca, Monseñor Luis Urbanc, se dirigió al legado papal, cardenal Luis Héctor Villalba, arzobispo emérito de Tucumán, para solicitar a Francisco que inscriba en el número de los beatos al Venerable Siervo de Dios Mamerto de la Ascensión Esquiú y Medina, quien nació el 11 de mayo de 1826 y falleció el 10 de enero de 1883 en La Posta de El Suncho.Posteriormente, el vice postulador de la causa Fray Marcelo Méndez hizo un repaso por la vida y obra de Fray Mamerto Esquiú y Medina, quien fue fraile, sacerdote, obispo, docente, periodista y reconocido legislador, destacado por su encendida defensa de la Constitución Argentina de 1853.

Uno de los momentos culmines de la misa se vivió minutos después de las 10.30, cuando Villalba leyó la carta apostólica en la que el Papa inscribe en el libro de los beatos al sacerdote franciscano.Minutos antes de concluir la misa, Urbanc le entregó un rosario bendecido y enviado especialmente por el Pontífice a Ema, la niña que recibió el milagro, cuya familia retribuyó el gesto otorgando reliquias del flamante beato al representante papal.Después autoridades eclesiásticas develaron la imagen oficial del nuevo beato que a partir de ahora podrá ser venerada, y el rito concluyó cuando los mas de 1.200 presentes en la explanada del templo comulgaron recibiendo la eucaristía.

Mientras tanto, a dos kilómetros de allí, cientos de vecinos del departamento Fray Mamerto Esquiú, donde viven poco más de 12.000 personas, siguieron la ceremonia a través de pantallas gigantes que instaló la municipalidad junto a sillas y baños, en el kartódromo de Payahuiaco, ubicado en la Ruta N°1."Es una emoción gigante que Fray Mamerto Esquiú sea declarado beato. Es una fiesta de las que todos los catamarqueños somos parte y que se haya realizado en nuestro departamento, nos llena el corazón", dijo a Télam Luciano Ariza, un vecino que esperaba el paso de la imagen del flamante beato.Finalmente los devotos congregados allí pudieron ver la imagen que fue colocada en una urna de vidrio y trasladada en la caja de una camioneta desde la Iglesia hasta el kartódromo junto a una nutrida caravana de automóviles.Durante su paso por Piedras Blancas cientos de vecinos también saludaron al nuevo beato con pañuelos bancos, banderas con la imagen de Esquiú, delante de casas ornamentadas con gallardetes y banderas blancas y amarillas del Vaticano.

El camino para la beatificación tuvo un paso importantes el 24 de abril de 2019 cuando la Comisión Teológica de la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano dio por aprobado el milagro y el 21 de noviembre de ese año en Roma la Consultación de los Médicos de nivel internacional convocada por la Santa Sede declaró su inexplicalidad, y fue atribuido a la intercesión del fraile franciscano.Finalmente, fue decretado beato por el papa Francisco el 19 de junio de 2020.La ceremonia iba a realizarse el pasado 13 de marzo pero fue postergada hasta hoy por la situación sanitaria que vivía el país en ese momento derivada de la pandemia de coronavirus.La misa tuvo lugar a escasos metros de la vivienda de adobe donde nació el fraile, sobre la cual se construyó un tinglado para preservarla, y que refugia aún algún mobiliario de la época.

La vivienda fue visitada por el legado papal tras un acto que siguió a la misa en el que el arzobispo emérito de Tucumán recibió una réplica en plata del corazón de fray Mamerto Esquiú cincelada por el reconocido platero Juan Carlos Pallarols, quien se encuentra en Catamarca participando de los actos.La celebración del primer beato catamarqueño se organizó con tres días de festividades, que comenzaron el viernes cuando el gobernador Jalil recibió al legado papal, que luego presidió una misa en la Catedral Basílica Nuestra Señora del Valle ante un número reducido de autoridades provinciales y eclesiásticas que portaban doble barbijos y fueron acreditadas con anticipación.Para este domingo están previstos otros actos protocolares y una misa de Acción de Gracias por la Beatificación que presidirá el cardenal Mario Poli, Arzobispo de Buenos Aires.

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