10 de Agosto de 1814: San Martín, designado Gobernador Intendente de Cuyo
En homenaje a esta fecha, hace unos años el autor de esta nota, Juan Marcelo Calabria, fue uno de quienes propuso y elevó el borrador de la actual Ley N° 9085 por la que se Instituyó el día 10 de agosto de cada año como el Día del Licenciado en Administración en todo el territorio de la Provincia de Mendoza, recordando al gran Líder, Administrador y Gobernador Intendente de Cuyo José Francisco de San Martín.
El Libertador de América José Francisco de San Martín, cuya vida y obra recordamos muy especialmente durante todo este mes, fue un hombre de una personalidad poderosa y completa producto de su gran formación y preparación para los puestos de conductor y líder que le tocó desempeñar a lo largo de su vida pública, de gran carácter, fuerza, valentía y preponderancia en los puestos de mando, al mismo tiempo se mostraba sencillo, austero, detallista y campechano en su trato cotidiano, al que agregaba un toque de cordialidad, picardía, afabilidad y buen humor.
Luego de su paso por el norte y su encuentro con Manuel Belgrano, José de San Martín había solicitado al entonces Director Supremo Gervasio Antonio de Posadas la, recientemente creada, Gobernación Intendencia de Cuyo, accediendo el Directorio a su pedido el 10 de Agosto de 1814 fecha en que se expidió el Supremo Decreto en que se lo designó en el cargo "a su instancia y solicitud", nombramiento que el futuro Gobernador esperaba ansioso durante su estancia en Córdoba, mientras se reponía de su salud y planificaba los pasos a seguir en su misión de la libertad de América.
Después de 10 días de viaje, habiendo dejando atrás su descanso en Córdoba desde donde partió el 27 de Agosto de 1814, entre el 6 y 7 de Septiembre el Coronel San Martín llegaba a la "Inmortal Provincia de Cuyo", portando los despachos de Gobernador Intendente de Cuyo.
Ya en la Posta del Retamo, el día 7 le comunicaba al Cabildo de Mendoza que: "no obstante lo que he sufrido en la marcha, llegaré a esa ciudad al ponerse el sol". Poco antes de su llegada el ayuntamiento mendocino le informaba que había dispuesto un hospedaje a la altura del nuevo dignatario, ante lo cual San Martín respondió que declinaba hospedarse allí ya que había mandado disponer una casa por su cuenta, sin embargo ante la insistencia del Cabildo y la posibilidad de incurrir en un desaire a tan honorable cuerpo el flamante Gobernador cedía a las instancias de dicha corporación, comenzando así su austero y sencillo gobierno de la "Ínsula Cuyana".
Una vez en Mendoza, el futuro libertador recibe una carta del Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata Gervasio Antonio de Posadas, en la que entre otras cosas le comunicaba: "... lo hago a usted descansando en su ínsula en la que aún habrá alcanzado a comer algunas uvas frescas. Trate usted de cerca y con franqueza y confianza al administrador de aduana Don Juan Gregorio Lemos y este solo vecino le dará una exacta idea de los hombres buenos y malos... por tanto, amigo mío, este solo vecino honrado dará a usted todas las noticias que usted me pidió... Sobre todo la tecla principal consiste en llevarse siempre bien con los cabildantes, sean los que fueren cada año, pues estos abarcan toda la población con sus relaciones y parentescos; de modo que estando queridos de ellos, lo estará usted de todo el pueblo". Poniendo en práctica estas recomendaciones tomaba contacto con los habitantes de Mendoza, quienes se ponían a disposición de su nuevo líder y vecino destacado que pronto ganaría el corazón y la confianza de aquellos montañeses.
Más adelante Posadas, avisaba a San Martín sobre la partida de su esposa diciendo: "Mucho partido puede ganar con su trato (en aquella capital) el amable genio de Remedios, la cual va bien acompañada con Doña Benita Merlo y su esposo Manolito Corvalán, que es natural de esa ciudad, de una de las familias principales... los 600 pesos que día a su madama fueron míos y me los pagará usted del modo que dice, entregándolos al dicho don Juan Gregorio Lemos o del modo que quiera...".
Luego en una nueva comunicación por demás interesante Posadas le expresaba: "Me alegro que haya usted sido bien recibido de esas gentes y que el temperamento mejore su salud, en breve tendrá allá a su costilla, con cuya amable compañía se acabará de poner bueno y hará vida tranquila y deliciosa" y en la misma misiva, ante los requerimientos que San Martín le había hecho para auxiliar a los patriotas de Chile, el Director en un tono irritado le decía: " Yo no extraño que los chilenos pidan; lo que no puedo dejar de extrañar es que ustedes que son paisanos, que son militares y que saben de esta farándula de armas me vengan pidiendo cosas a centenares y millones, cuando yo todavía no he visto un fusil trabajado completamente en Buenos Aires, ni en la sala de armas he visto jamás archivado un fusil ni de Montevideo ni de Jerusalén, ni bueno ni descompuesto. Señores coroneles, señores jefes de tropas, ustedes son los que se guardan los fusiles, los sables, los cartuchos, las piedras, etc., y de consiguiente el jefe del estado es un fundido para disponer de estos artículos... con que ustedes, como compañeros acudan unos a otros y socórranse con los sobrantes que tengan".
Así mientras San Martín comenzaba una relación de esfuerzo y trabajo mancomunado con los cuyanos para poner en pie de guerra a la provincia; al mismo tiempo daba comienzo la profusa comunicación con Buenos Aires solicitando todos los recursos disponibles para la formación del Ejército Libertador. En tanto, el Gobernador se ponía al tanto de lo que sucedía en el Norte, en la Banda Oriental y en el propio Buenos Aires. En Cuyo, daba impulso a la economía, la agricultura y la industria, imponía un severo plan de ahorro y ajuste fiscal de las cuentas públicas y desplegaba su plan político - militar desde la cuna de la libertad.
Preocupado por la demora de Remedios, los primeros días de Octubre recibía otra carta del Director en que le anticipaba: "Por fin ya partió su madama, la cual no ha tenido la culpa en la demora, sino sus padres, pues no han querido que pase a un país nuevo sin todos los atavíos correspondientes a su edad y nacimiento. Al fin son padres y es forzoso que al menos en esta ocasión los disculpe usted...".
Mientras se producía este intercambio epistolar la Patria Vieja caía en Chile y los patriotas, al otro lado de Los Andes, eran completamente diezmados en Rancagua, donde a pesar del denuedo de O' Higgins y sus hombres, los realistas lograban recuperar el control territorial poniendo en peligro, a partir de ese momento, la causa revolucionaria de las Provincias Unidas del Río de la Plata y de toda América.
A partir de ese momento los trabajos de San Martín al frente de la Gobernación Intendencia de Cuyo se convertirán en la indeclinable misión de equipar una poderosa fuerza militar que pueda contener la contrarrevolución amenazante desde Chile, y con el Ejército de Los Andes preparado poner en práctica el plan de liberación continental.
El plan de San Martín había sido pensado para ser llevado a cabo desde un Chile patriota; con la caída de este país en manos enemigas, el plan parecía destinado a ser desechado. Pero San Martín tomó la decisión de seguir adelante, sólo que primero tendría que liberar Chile.
Una de las primeras medidas como gobernador de Cuyo fue recorrer los pasos cordilleranos, tanto de Mendoza como de San Juan, con el objetivo de recoger información directa de lo que era posible hacer ante una posible invasión realista.
Además, llevó adelante una importante tarea administrativa, ordenó el establecimiento de postas, la mejora de caminos, la construcción de canales para el regadío, mejoras edilicias, la reglamentación del trabajo de los peones en el campo, la vacunación masiva contra la viruela y se interesó por la instrucción pública con el apoyo al funcionamiento del colegio de la Santísima Trinidad y la fundación de una biblioteca.
Estaba en todos los detalles que permitirían hacer progresar la ciudad pero además, trabajó en la idea de crear en Mendoza un ejército disciplinado y fuerte con el cual contener las posibles invasiones de los españoles desde Chile y pasar luego la cordillera buscando el camino hacia Lima, a la que consideraba el eje de la dominación española.
Un tiempo antes del arribo de San Martín a Mendoza, llegaron a la ciudad -deportados desde Chile- el brigadier Juan Mackena, fray Justo Santa María de Oro y otros chilenos, quienes pusieron al gobernador al tanto de lo que acontecía al otro lado de la cordillera. San Martín informó al Director Posadas sobre la situación y le solicitó ayuda para organizar el Ejército de los Andes.
Poco tiempo después de hacerse cargo de la gobernación de Cuyo, San Martín recibió noticias del desastre de Rancagua (octubre de 1814). Recibió además, un pedido de ayuda de parte de José Miguel Carrera y se puso de inmediato en marcha por caminos cordilleranos para organizar el auxilio de los emigrados.
Por ese tiempo, Remedios de Escalada llegó para establecerse junto a su esposo en Mendoza. Al tiempo quedaría embarazada y antes de que San Martín iniciara el Cruce de los Andes, daría a luz a su única hija, Mercedes Tomasa.
Para costear los gastos de la organización del ejército se recaudaron celosamente los impuestos, se impusieron empréstitos forzosos para mejorar las finanzas, se estimularon las donaciones que el pueblo cuyano realizó generosamente. Las donaciones recibidas fueron dinero y joyas, aunque la más notoria fue el trabajo de la población. Los hombres se dedicaron a la confección de armamento a la par que recibían instrucción militar. Las mujeres cosieron uniformes, tejieron ponchos, bordaron banderas. En Mendoza había una importante colonia inglesa, por lo que se estimuló a los extranjeros a prestar colaboración.
Numerosos bandos se dejaron leer en las esquinas habituales para atender al progreso de la ciudad. San Martín no descuidó la ciudad, exhortó a los vecinos a blanquear los frentes de las viviendas, limpiar la extensión de la Alameda, y colaborar en el equipamiento del ejército. El orden que puso en la actividad de las pulperías, las disposiciones contra el juego, y la regulación del tránsito con la prohibición de galopar en las calles, redundaron en la seguridad de sus habitantes. También la Salud preocupaba al general, y se ocupaba como hombre de acción que era. Con la creación de dispensarios, la implementación de una verdadera campaña de vacunación antivariólica y la lucha contra la hidrofobia, mejoró la calidad de la salud pública. La creación de nuevas postas de correo en Mendoza y en San Juan dio un nuevo impulso a las comunicaciones, estableciendo una ruta directa al norte argentino, evitando el largo rodeo que imponían los extensos caminos por Córdoba
Desde su llegada a Mendoza, San Martín tenía en mente el plan de liberación continental, que quizás trajera en mente desde Europa y que sin duda terminó de definir a partir de sus charlas con Belgrano, Güemes y los caudillos norteños en su paso por el Ejército del Norte.
Es increíble cómo, de este pequeño caserío, se pusiera en pie de guerra el primer ejército profesional adiestrado y preparado para la lucha independentista que había visto el continente.
Así San Martín convirtió a Cuyo en un Estado presente, fuerte y omnipresente en todos los aspectos de la vida de sus habitantes, impulsando la salud, la educación, el reordenamiento territorial y, sobre todo, el desarrollo económico como principales herramientas de su gestión, pues necesitaba una región de Cuyo fuerte y pujante que le diera los recursos necesarios para llevar a cabo la suprema misión de la Libertad de América.
Desde octubre de 1814 y hasta enero de 1817, Cuyo dio todo lo que tenía y más para satisfacer las demandas del gran líder americano. El mismo San Martín se asombraba de lo que los cuyanos habían logrado y de allí su frase: "...estoy en la Inmortal Provincia de Cuyo y aquí todo se puede, todo se hace...".
Finalmente y gracias al apoyo de los cuyanos el Libertador cruzará el macizo andino, librará las batallas de Chacabuco y Maipú dando la libertad a Chile, asegurando la independencia Argentina para finalmente concretar la expedición libertador del Perú y una vez allá afirmar la libertad de Ecuador y coadyuvar a la liberación de la Gran Colombia de Bolívar; todo cuanto pudo lograr desde su base en Mendoza, pues como el mismo Gobernador había asegurado: "Estoy en Cuyo y todo es posible".
En Mendoza, San Martín destacó como un Líder visionario, dedicado íntegramente a la misión de la libertad e independencia, sin ambiciones y con muy pocas ambigüedades en su actuación pública; sus sueños no fueron de deidad, ni oropeles de gloria; por el contrario una vida simple y austera marcaron el camino de un conductor contraído a la causa de América convirtiéndose sin duda en un verdadero libertador; uno como pocos ha visto el mundo; incomprendido por sus contemporáneos pero rescatado al fin como ejemplo de entrega y patriotismo por la historia y por quienes lo precedieron tal como el mismo lo anunciara en la plenitud de su vida pública: "En cuanto a mi conducta pública, mis compatriotas (como en lo general de las cosas) dividirán sus opiniones; los hijos de estos darán el verdadero fallo".
Y el fallo de esos hijos lo presentó como un verdadero guía para los gobernantes de América, ya en sus últimos días, intercambiaba cartas con distintos mandatarios de la jóvenes repúblicas americanas a quienes escribía prodigando sencillos consejos y sentencias que usualmente concluía con frases como: "Dios le de acierto" o "... que el acierto presida en todo lo que emprenda, son los votos de este su apasionado amigo y compatriota". Desde voluntario "ostracismo" San Martín se convirtió en el modelo de un líder exitoso y ético al cual seguir, virtudes que le fueron reconocidas en sus últimos días, aunque olvidadas por muchos años en la vertiginosa historia de América, posterior a su deceso.
Hoy recordamos aquel 10 de Agosto de 1814, una de las fechas que parecen perdidas en el calendario patrio pero que es fundamental como uno de los hitos centrales en el largo camino de la consolidación de la libertad e independencia de América. Sin duda el acto de designación de San Martín como Gobernador Intendente de Cuyo marco el inicio de la gran obra político, administrativa, cultural, económica y militar de San Martín en Cuyo. En homenaje a esta fecha, hace unos años propusimos y elevamos el borrador de la actual Ley N° 9085 por la que se Instituyó el día 10 de agosto de cada año como el Día del Licenciado en Administración en todo el territorio de la Provincia de Mendoza, recordando al gran Líder, Administrador y Gobernador Intendente de Cuyo José Francisco de San Martín.
EL AUTOR. Juan Marcelo Calabria. Miembro correspondiente por Mendoza de la Academia Sanmartiniana, Miembro Adherente del Instituto Nacional Belgraniano, Docente de la Universidad Nacional de Cuyo y autor del libro "San Martín: Modelo de Líder Americano", entre otros.
Fuentes:
Calabria, Juan Marcelo. "San Martín, Modelo de Líder Americano". Edición Impresa, Bs. As. 2014. Digital, Mendoza, 2020.
Calabria, Juan Marcelo y Colimodio, Roberto A. "San Martín más allá del Bronce". Edición Impresa. Buenos Aires, 2017.