¿Las clases presenciales son una prioridad para el gobierno porteño?

Eduardo Rivas cuenta, en esta nota, su experiencia personal con la presencialidad educativa en la Ciudad de Buenos Aires.

Eduardo Rivas

Me contagié de covid-19 y, en consecuencia, seguí los protocolos de aislamiento a fin de evitar el contagio y la propagación del virus. Conmigo lo siguió toda mi familia, considerados contactos estrechos mío. Dada una pequeña complicación, el período de aislamiento se extendió más que los 11 días iniciales que nos fijara el profesional que nos hizo el seguimiento clínico epidemiológico.

Dieciséis días después del primer síntoma me dieron el alta y también a mis hijos, quienes no tuvieron ningún tipo de síntomas y pese a ello cumplieron con el mismo aislamiento mío.

Llegó el momento de retomar las clases presenciales... pero nos habían corrido el arco, porque el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires emitió a finales de mayo, y difundió a principios de junio, la ‘Guía de actuación de las familias frente a casos sospechosos o confirmados de covid-19'.

El caso de mis hijos, entonces, que llevan 14 días sin clases presenciales por ser contacto estrecho de un positivo deben sumar ahora 10 días más de aislamiento... pese a contar con su propio alta.

El médico que realizó el seguimiento, que también fuera realizado telefónicamente por representantes del Ministerio de Salud de la Nación y del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, firma el alta para ellos, confirmando que cada uno ‘Se encuentra de alta epidemiológica a partir del día de hoy', (¿fecha?) pero no pueden volver a clases presenciales.

Mis hijos tienen muchísimas más posibilidades que la mayoría de los niños de la Ciudad, y sin embargo no puede acceder a lo que discursivamente es central para las autoridades locales, las clases presenciales, y en consecuencia seguirán su formación de manera virtual, aunque no con clases virtuales. ¿Qué les queda a quienes no tienen esa posibilidad? ¿Los obligarán a mentir para que puedan retomar las clases? ¿Cómo probar que efectivamente hubo aislamiento al interior del hogar? ¿Cuál es la posibilidad real de cumplirlo? ¿Cuántas familias porteñas pueden hacerlo?

¿Cuántos son los niños porteños que pueden ‘separarse del caso positivo para cumplimentar el aislamiento' y en consecuencia evitar tener que estar aislados 10 días más?

¿En serio la educación presencial es un interés real en lugar de un mero slogan de ocasión?

Se da la paradoja que yo puedo salir a trabajar por contar con el alta epidemiológica pero mis hijos no pueden ir a estudiar pese a contar con el mismo alta. Raro.

Señor Jefe de Gobierno, si realmente cree que ‘la prioridad es la educación', si está convencido que niños como mis hijos ‘son quienes más necesitan de la sociabilización entre pares y del contacto cara a cara con docentes', explíqueme ¿Por qué no pueden ir a la escuela?

Porque sabe qué, además, como ellos cuentan con el alta epidemiológica pueden ir a jugar con sus compañeros de escuela a la plaza, pero no compartir la escuela. ¿Ilógico, no?

Señora Ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, ¿No le parece que habría que revisar la ‘Guía de actuación de las familias frente a casos sospechosos o confirmados de covid-19? Si no lo cree, y está en todo su derecho de hacerlo, deje de decir que las clases presenciales son su prioridad porque miente.

PD: ¡Ah! Y le pido un favor. Vacunen a los docentes. Pasó cerca de medio ciclo lectivo y no todos los docentes de mis hijos están vacunados, pese a haberse inscripto en tiempo y forma.

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