Ni Una Menos: la tristeza y el enojo, convertidos por ellas en lucha organizada

Silvia Minoli, docente jubilada y principal impulsora de las búsquedas y reclamos de justicia por las desapariciones de Soledad Olivera (2011) y Johana Chacón (2012), reflexiona sobre la problemática por violencia de género, a seis años de la primera movilización del colectivo Ni Una Menos.

Silvia Minoli

Este 3 de junio de 2021 se cumplieron seis años desde aquella primera marcha convocada por el colectivo Ni Una Menos en Mendoza. Esa increíble multitud de personas, en su mayoría mujeres, marchamos entrelazadxs por la bronca y también por la emoción.

Bronca por las desapariciones, muertes, violaciones, golpes y maltrato social enquistado. Emoción por unirnos para desafiar a ese patriarcado milenario que nos quitó la alegría de vivir en libertad, sin discriminación y sin violencia machista.

Por las calles céntricas de Mendoza reclamamos JUSTICIA y derechos vulnerados históricamente, hartxs de que nos quitaran a nuestras hermanas, amigas, niñas de diversas edades, simplemente por el hecho de ser o sentirse MUJERES.

Hoy nos encontramos ante este movimiento mundial que hizo temblar la tierra, revolucionando modos de reclamar e intervenir, logrando leyes impensadas, vistiendo cielos de verde, con tacos y ropas prohibidas, creando un escenario donde los roles sean los deseados y no los impuestos.

Cada año los cánticos, frases y gritos se amontonan en las gargantas e inundan los medios de comunicación, las redes sociales, interpelando a aquellxs responsables que miran hacia otro lado.

Reconocemos la lucha, nos sumamos a la militancia feminista, pero me pregunto ¿por qué un femicidio cada 22 horas?, ¿Qué acciones son necesarias para que el deseo de Ni Una Menos se haga realidad?

Tal vez la palabra PRESUPUESTO + perspectiva de género en las acciones + voluntad política, pueda salvarnos.

Pero ya no nos callamos más porque nos duelen las ausencias de Fernanda, Johana, Soledad, Gisela, María José, Marina, Viviana, Florencia, Abigail...y nos duele el maltrato y nos duele el silencio.

POR ELLXS, a la tristeza y al enojo, los convertimos en lucha organizada y reclamamos NI UNA MENOS, VIVAS NOS QUEREMOS.

Silvia Minoli. Docente jubilada.

Esta nota habla de: