Mendoza merece ser parte del régimen de promoción de empleo

Los mendocinos no vamos a permitir una nueva discriminación y trato diferenciado frente a otras jurisdicciones.

Pamela Verasay

Mendoza se caracteriza por ser una provincia que se ha forjado gracias al esfuerzo, la perseverancia y el trabajo. Le asignamos un alto valor a las cosas bien hechas y a las oportunidades; es por esto que sorprendió y preocupó a toda la sociedad mendocina cuando Alberto Fernández se desentendió del compromiso firmado (entre otros por él mismo cuando era Jefe de Gabinete) y anunció que frenaba Portezuelo del Viento. Esto no era dádiva ni transferencias de recursos discrecionales. Era el acuerdo que compensaba a Mendoza por otros regímenes de promoción en los que no fuimos incluidos. Para llegar a este compromiso por los fondos de esa obra hicimos todos los pasos técnicos y legales, planteando nuestra posición en todas las instancias correspondientes en tiempo y forma. A pesar de todo esto el Gobierno Nacional se empecinó en embarrar la cancha nuevamente, y Portezuelo hoy sigue siendo un sueño. Por lo tanto, en los hechos, Mendoza todavía no logra compensar definitivamente la pérdida que sufrió por la Promoción Industrial. Los mendocinos la luchamos desde siempre, pero redoblamos los esfuerzos ante la adversidad, con la perseverancia que nos caracteriza. Ejemplo de esto fueron los 30 años que duró la Promoción Industrial en provincias vecinas.

Algunos actores voceros del oficialismo aseguran que la provincia sería incluida en los beneficios del régimen de promoción de generación de empleo en el sector industrial productor de bienes. Los mendocinos no vamos a permitir una nueva discriminación y trato diferenciado frente a otras jurisdicciones, sólo por el mero hecho de pertenecer a otro color político. Nuevamente es necesario poner en marcha toda una serie de movimientos diplomáticos tendientes a incluir a Mendoza. Hata el momento queda evidenciado que estamos frente a un Gobierno Nacional que beneficia a los amigos, que carece de planificación adecuada, que no tienen sustento o justificación técnica, sino que utiliza como única lógica la presión política; pero esta vez los mendocinos dijimos basta.

Es justo que Mendoza, una provincia que se ha modernizado, que trabaja junto al sector privado, que logra que el Estado funcione, que acompaña el desarrollo de los ciudadanos y del sector privado en lugar de ser un obstáculo, sea incluida en los beneficios del régimen de promoción de empleo. Mendoza está comprometida con la austeridad y la eficiencia, optimiza el gasto y baja impuestos (un ejemplo de esto fue lo ocurrido con el Impuesto Automotor que fue corregido, o el no aumento de Ingresos Brutos como hicieron otras provincias cuando el país suspendió el Pacto Fiscal; uno de los casos más recientes el aumento de la alícuota al 9% en IIBB en Tucumán a los Ingresos Financieros en general, La Rioja lo incrementó al 11% e incorporó las locaciones de servicios con una alícuota del 2,5%). Sería absolutamente injusto que la Provincia que hace el esfuerzo por administrarse eficientemente se vea excluida de beneficios que sí son otorgados a los vecinos, que muchas veces sólo esperan la ayuda nacional, sin hacer los deberes internamente.

Estamos convencidos que a las promociones y beneficios impositivos hay que aprovecharlos para generar las condiciones de desarrollo y crecimiento, invertir en investigación y desarrollo, mejorar los procesos productivos, incentivar con políticas complementarias del Gobierno Provincial. Sería bueno que en un próximo programa de promoción sean tenido en cuenta quiénes son los que vienen manteniendo el empleo hace años, quienes mantienen sus impuestos y cargas sociales al día, y si por ejemplo, una Pyme ha venido pagando durante 10 años su formulario 931 - de cargas sociales - al día, se vea beneficiado por los próximos 2 o 3 años con una reducción de los aportes por cumplidor. Es necesario comenzar a dar señales a quienes vienen sosteniendo el empleo hace años, mostrándoles que cumplir trae beneficios.

La promoción de determinadas regiones como herramienta de política económica nos desafía a utilizarla correctamente para que produzcan efectivamente una mejora en el sector productivo y no sea una herramienta de subsidio mal administrada. En Mendoza tenemos garantía de buena administración de la cosa pública y mejor coordinación con el sector productivo el cual cada vez tiene que ser más grande. No podemos decir lo mismo de otras provincias.

En la provincia seguiremos generando condiciones de competitividad, porque ningún sistema de promoción debe ser eterno, y por lo tanto debemos estar preparados para cuando termine de concretarse este beneficio. Si logramos que la mayoría de los beneficiarios de este posible régimen de promoción de empleo sean pymes vamos a lograr que cuando se termine la promoción todos los beneficiarios puedan seguir trabajando gracias a la competitividad alcanzada y al aprendizaje del proceso productivo. A esto hay que sumarle fluidez al vínculo Estado- sector productivo, apuntar a elevar el nivel de inversión en la producción de bienes y servicios, en tecnología asociada a la producción, capacitación técnica y de la Industria 4.0. Con esto vamos a lograr potenciar los efectos de cualquier promoción.

Mendoza merece ser parte de este Programa, no sólo por la austeridad y eficiencia de su Estado local, sino principalmente por los que se han visto relegados año tras año de estos beneficios poniendo la espalda todos los días: los mendocinos.

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