M. Noramuena

Chile, el baile de los que sobran

Desde Santiago, el abogado Manuel Norambuenaa, lector de Memo, ofrece su punto de vista particular sobre el estallido social que vivió Chile.

Manuel Norambuena

 Mucho se ha escrito durante estos días y hay consenso que el reclamo social que motivó el reciente estallido en el país de "Los Prisioneros", banda ícono del Rock de los años ochenta, es la desigualdad en la distribución de los ingresos y concentración de los mismos que genera el modelo macroeconómico de los "Chicago Boys", instalado por Pinochet y administrado fecundamente en democracia, hasta hoy en día. 

En las calles, se escuchan estrofas del "Baile de los que sobran", porque en la microeconomía, en el bolsillo de los Chilenos no se refleja en el ámbito laboral, educacional, salud, previsión, entre otros, la prosperidad que el modelo económico ha significado unos de los PBI más sólidos de Sudamérica y TLC con varios mercados del orbe. 

Destacados empresarios están haciendo catarsis en la prensa y piden a sus pares hacer los esfuerzos necesarios y propender hacia la equidad necesaria contra la desigualdad y potenciar las confianzas que han sacudido a la sociedad chilena. 

En este sentido, el economista Branko Milanovic, exinvestigador del Banco Mundial, declaró en redes sociales "que los ricos de Chile tienen el ingreso de los ricos de Alemania, mientras que los pobres del país tienen el ingreso de los pobres de Mongolia", y como país miembro de la OCDE sigue siendo más desigual que Perú y Argentina, con quienes tiene una estrecha relación económica y social. 

Chile se presenta como un pavimento de mosaicos blancos y negros, un piso ajedrezado sobre el cual se convive con una cosmovisión dualista (bien - mal; luz - oscuridad; racional - irracional), son dos aspectos de una sola realidad, que nos representan los pares contrarios, dicotomía entre la macro y micro economía. 

La tarea en curso de los actores de todos los sectores políticos y económicos, será tener La Plomada necesaria para responder de manera eficiente a la ciudadanía que ha sido tolerante y complaciente con el modelo económico, pero que requiere de efectivas políticas públicas a su favor; por lo pronto, el gobierno ha cancelado los foros de Apec y COP25, a 17 días y un mes de su realización, en un gesto de enfocarse a la problemática nacional, cuyo aporte del fisco alcanzaba $55 mil millones para la organización de ambos eventos. 

Es así, que en una charla con mi querido amigo José, me dice "Che, mirá que lo de Chile se parece a la letra de la "Marcha de la bronca", que responde más bien a un quiebre social de confianza. Sin duda, la música es un reflejo de lo cotidiano, por su parte, Nietzsche aludió a que "la música era un hechizo. Una bruja que pervierte y absorbe. Y que no tenía nada que ver su procedencia con las musas ni las sirenas, como decían otros filósofos. La vida sin la música es sencillamente un error, una fatiga, un exilio". 

Pues bien, en el decantar de los acontecimientos se vislumbra una sociedad líquida, según Bauman, en la cual, las Instituciones han demostrado no anticiparse ni responder eficientemente a las confianzas que la sociedad espera, en la cual, la indolencia no tiene más cabida en este pacto social, donde el ciudadano necesita ciertas certezas de bienestar social que el Estado Nación no le provee; por el contrario, percibe que es gobernado por técnicos y políticos que, con ocasión de las alzas del Metro de Santiago (Subte), por acción u omisión, han perdido el sentido común, que debería ser, el más común de los sentidos para gobernar. 

EL AUTOR. Manuel Norambuena es abogado chileno.

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