Déjà vu: 10 gobernadores piden una nueva Promoción Industrial cuando aun no se repara el daño a Mendoza que produjo la anterior
Nunca los resarcimientos de los daños provocados a Mendoza han llegado a tiempo, por lo que habrá que hacer oídos sordos a los cantos de sirena que puedan surgir en ese sentido, tales como "compromisos" para resarcir de futuros daños por beneficiar a otras provincias.
El gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, es uno de los 10 gobernadores que integra la Región Norte Grande (NOA-NEA) que pidió públicamente al presidente Alberto Fernández una reedición de la Promoción Industrial para el norte argentino como la que ya existió entre los '70 y finales de 2010.
"Teníamos ventajas comparativas tributarias que permitieron a las empresas radicarse bajo esas normas", dijo Quintela en declaraciones a distintos medios de Buenos Aires.
Aquella promoción que generó la dictadura militar y que continuó Carlos Menem por decreto, generó que la actividad económica de Mendoza cayera, y la Nación compensó con una obra que aún no comienza, Portezuelo del Viento.
Este tipo de promociones, si no son para todo el país, termina castigando a las provincias que tienen actividad propia, que han sabido generar un entramado empresarial y que se preocupan (lográndolo o no, como Mendoza) por la generación de empleo genuino y no solo con el Estado como "bolsa de empleo".
La propuesta de los gobernadores que piden ser beneficiados es un retroceso a épocas de las arbitrariedades de la dictadura y deja en claro algo que muchos se cuidan de decir: que el país es muy desigual hacia adentro y que sí, hay estados provinciales inviables, que sólo pueden sobrevivir con subsidios, dádivas porque son incapaces de ordenarse a sí mismas.
En la Argentina hay provincias en las que su clase política es la élite más rica solo por estar en el Gobierno. No existen los equilibrios ni los controles sociales suficientes y solo saben pedir más y más, nunca reinventarse productivamente.
Hace unos días comprobamos con un caso, el de Abigail entre miles que aun no salen a la luz pública, cómo Santiago del Estero tiene un estadio monumental y una pista de motociclismo para el show y el beneficio de empresarios privados y no un hospital en condiciones para tratar casos como el de la niña, que tuvo que ser traslada a Buenos Aires.
Circo y votos: ni siquiera "pan y circo", porque el hambre es la marca de su población empobrecida.
De allí que Mendoza está frente a una nueva amenaza:
- Necesita unificar un lobby mendocino en Buenos Aires, multipartiario, que enfrente con argumentos y acciones al ejército de mandatarios que tienen llegada a la Casa Rosada y piden una nueva Promoción Industrial.
- Terminar con los prejuicios que impiden el desarrollo y explotación de la riqueza minera que tiene Mendoza, de modo de garantiza la autonomía económica.
- Definir dentro de sus fuerzas políticas quiénes trabajarán por Mendoza y quiénes se subordinarán a las decisiones que surjan del porteñocentrismo, muy permeable a pactar con los feudalismos provinciales.
Nunca los resarcimientos de los daños provocados a Mendoza han llegado a tiempo, por lo que habrá que hacer oídos sordos a los cantos de sirena que puedan surgir en ese sentido, tales como "compromisos" para resarcir de futuros daños por beneficiar a otras provincias.
Mendoza ha renacido muchas veces, pero la crisis actual está demostrando una gran incapacidad para poder volver a brotar. Un nuevo ataque sin quiénes la defiendan a tiempo, terminará por ponernos a la altura de la mediocridad de los que simplemente se sientan a esperar que les resuelvan sus problemas.